ROMMIES ¡¡!! young miko

𝒆𝒍𝒆𝒗𝒆𝒏¡¡!!

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Los golpes en la puerta de su cuarto la hicieron despertar asustada, o más bien del cuarto de Victoria.
Los recuerdos de lo vivido durante la madrugada le cayeron como un balde de agua fría, y allí se encontraba Conny, procesando todo en la cama de Victoria, quién aún dormía a su lado, sujetando su cintura.

— ¡Vicky! Levántate también, que se nos hará tarde, y si puedes intenta despertar a Conny, ¡golpeé su puerta pero es como si no hubiera nadie dentro! Nunca duerme tanto...— Se escucharon los gritos de Ariana del otro lado de la madera.

Mierda, ¿cómo saldría del cuarto sin levantar sospechas? Osea, tal vez su amiga entendería que fue solo por la tormenta, pero no perdería esta oportunidad para molestarlas por el resto de sus vidas.

— Vicky... pss... Vicky.— Susurró cerca de la rubia, sacudiendola ligeramente para despertarla, pero parecía que se trataba de un muerto. — Demonios ¡Despierta! — La movió más bruscamente, logrando que de a poco fuera abriendo sus ojos.

— ¿Qué sucede? — La voz ronca que Victoria tenía por las mañanas se hizo presente, dejando algo embobada a la castaña.

— Ariana ya esta en casa, y anda intentando levantarnos, ¿cómo saldré sin que me vea? — Murmuró algo preocupada la castaña.

— Pues, intentaré distraerla, tu quédate aquí, y te aviso cuando salir.— Ahogó un bostezo, levantándose perezosamente de la cama.

Se colocó un suéter holgado y sus pantuflas de gatito, y salió tras la puerta.

Al cabo de unos minutos, la rubia volvió al cuarto, sentándose a un lado de la castaña en la cama.

— Ya puedes salir tranquila, se metió al baño luego de pelearla con que yo me ducharia primero.— Contó divertida, haciendo reír un poco a la contraria. — ¡Es tan peleadora!

— Si que lo es.— Le dió la razón. — Pues iré a preparar el desayuno ¿si? — Vicky asintió a sus palabras, dejándola salir tranquila.

Victoria echaría la culpa al alcohol por lo sucedido anoche, si bien era algo que claramente ambas querían, ahora no se sentía taaan cómoda con respecto a su situación con la castaña.

No es que Conny no le gustase, era una chica genial y muy bonita, pero el escándalo que vivió con su compañera de cuarto anterior era algo que no quería volver a experimentar, y sentía que con la castaña estaba repitiendo el mismo patrón, así que lo dejaría allí. Ya se había sacado las ganas de estar con ella, ahora podría continuar con su vida tranquila, sabiendo que había cumplido su capricho.

Pero no se le era tan fácil, ya estaba acostumbrada a Conny, a sus risas cuando estaba algo ebria por el vino, su cara de satisfacción cuando bebían el té por la tarde, o lo pacífica que se veía al dormir la siesta, mierda. Tardó un poco en caer ante la idea de que sus sentimientos iban un poco más allá de una amistad con derecho a roce, ¡mierda, mierda, mierda! Victoria no estaba preparada para esto.
Casi le da un ataque de pánico al percatarse que estaba cayendo por una chica, ósea, ella no está lista para enamorarse de nadie, tal vez nunca lo esté, y aquí estaba ahora, en su cuarto, el cual había compartido la noche anterior con la chica que tanto deseaba. Estaba espantada, no sabía que sentía Conny por ella, y le asustaba que sea correspondido, si Conny también estaba cayendo por ella debían parar todo esto, porque Victoria jamás podría amarla como se lo merece, simplemente no es ese tipo de persona.