The SIREN

[01]

--¡Padre, tienes que ver esto que hallé!, es realmente increíble..

Ingresa a la oficina del hombre con tanto entusiasmo, sin contar que alguien más lo acompañaba. Al entrar, su sonrisa rápidamente se desvaneció al darse cuenta que fue un pésimo momento en aparecerse por aquí. Iba a disculparse para luego retirarse y dejarlos solos nuevamente, pero en cuánto su papá le hizo un gesto de aprobación que podía quedarse, evitó a toda costa mirar al otro individuo que evidentemente le miraba con cara de irritación su sola presencia no solo le fastidia, lo odia. Lo odia como no tienen una idea.

La mirada del vejete rueda rotativa y sin afán en ambos rostros. Los detalla cuidadosamente, cada pliegue, postura , expresión, y aunque sean como dos gotitas de agua, debe de admitir que el destello que desprenden sus ojos son muy diferentes. Observa el cigarro acabado entre sus dedos, al ya no encontrarle que aspirar, lo deja en el cenicero. El Sr. Min se toma su tiempo, termina por recargar todo su peso con el espaldar de la silla, y después de mesearse un poco, decide romper la barrera del silencio para decir lo siguiente.

---Ahora sí. ¡Hablemos!.

Confirmó no queriendo alargar más la situación.

---¿Hablar?---- se ofendió---¿Estabas esperando a que llegara tu hijo favorito para poder humillarme delante de él?.

Sabía que saldría a la defensiva, por eso trató de mantenerse en calma.

---No empieces, Min Yoon Gi ----sentencio--- Tú sabes muy bien del porqué estás aquí delante de mi, y si tu hermano apareció en esta oficina, no fue porque yo lo llamara, fué, porque él si hace algo productivo en su vida.

La quijada de Yoongi se desploma, sorprendido , molesta, ofendido e irónicamente. Enseña las palmas de sus manos, da las claras señales de no querer decir nada, aunque por dentro tengas esas ganitas de vomitar odio a diestra y siniestra. Por otra parte, su hermano respira hondamente, quería corregir a su padre de su gran equivocacion, pero también se quedó callado, detesta el saber que los comentarios de mal gusto del anciano, ayuden tanto en que su propia sangre alimente cada vez más ese desprecio por el.
De nuevo, un silencio los embargó a los tres. Papá Min se cruza de brazos, mira la computadora a su frente, y después de darle play al vídeo que uno de sus tantos empleados le mandó, le dió la vuelta a la laptop para que su hijo Yoongi lo viera.

----Eres tú....¿No es así?---- curvo una ceja. Gi observa el vídeo, desvía la mirada enfadado y aprieta la quijada --- Dime...¿Si no eres tú, mi querido hijo?--- esperaba una respuesta, lo cuál no recibía ---¿Eres tú, o no eres tú el del vídeo?.--- se desespera.

----SI SOY YO...¿CONTENTO?.---- explotó. Su padre suspira decepcionado, cierra la computadora y de nuevo se toma posición brazos cruzados. El de tes pálida observa su comportamiento, prefiere que le grite mil veces a que no se quede callado. Eso es peor, saber que le está dando igual a su padre lo que haga o no---- Lamento muchísimo por no ser tan perfecto como el---- hizo un gran esfuerzo porque su voz no saliera quebrantada. Su dedo índice señaló a su hermano quién tenía la mirada gacha----Por no ser como Santo Suga.

Padre e hijo se miraron profundamente a los ojos.

---¡Me quiero ir a la mierda!..¿Será que me puedo ir ya, papá?.

Apretó sus nudillos. El Sr. Min cubre su rostro sin ánimos de empezar una discusión. Siempre es lo mismo entre esos dos, y al final solo se lastiman con palabras muy hirientes el uno al otro.

---Vete Yoongi. Vete por favor. No te quiero ver más. No al menos unos días, por ahora.

Después de eso Gi se retira del lugar no sin antes azotar la puerta. La tiró tan mal que ni se bismuto en cerrarla bien quedado ella abierta. Suga completo el trabajo con paciencia, luego se apresura en servirle un vaso con agua dónde el mayor aprovecha para tomarse su medicina diaria. Detesta tener que tragar pastillas, pero este tipo de alteraciones le hacen daño a su presión, se lo ha dicho muchas veces su doctor, pero su salud es algo que no se lo toma muy enserio.