The SIREN

[05]

Coral es el tipo de chica callada, que no se mete con nadie, que le vale un pedo la vida de los demás, y que evita a toda costa tener contacto con el resto del mundo. Mientras no se metan con ella, todo es amor y paz, a de quién sea tan estúpido de cruzar esa línea...

Dos semanas ha transcurrido desde que empezó a trabajar aquí. Su presencia es casi invisible, y aún siendo así, a la señora Kang no le había agradado tanto el desempeño de sus empleadas, como lo ve precisamente en coral. La ha puesto a prueba repetidas veces, tanto así, que llegó al punto de darse por vencida. No importa cuánto lo intente, la nueva, siempre resulta haciendo algo sin querer que le gusta a la anciana; sobre todo, que no refunfuña así la ponga hacer lo mismo, mil veces.

Es como si le diera la impresión de que está niña no conoce más expresiones en sus rasgos faciales. No sé le ve molesta, triste, estresada, naada. Tampoco se le ve feliz, simple y sencillamente, no demuestra lo que lleva en su interior.

Yanmin, una de las chicas se le acercó a Coral al comienzo tan solo para advertirle que Yuna, es la más vieja trabajando aquí en la mansión Min. Cuando no está la señora Kang presente le gusta mandar al resto de las empleadas como si fuera la mandamás, y si no hacen lo que dice, conseguirá meterlas en un gran aprieto para remarcar su dominio. A más de una la ama de llaves ha despedido por culpa de Yuna; es que esa chica es realmente mala, y como todo lo hace bien, ¿Quién va a sospechar de esa carita Angélical que aparenta?

No es que Coral le haya tenido paciencia durante este tiempo, tan solo no ha encontrado el momento exacto para dejarle claro que con ella no se meta. Yanmin no se equivocó en advertirle, e inclusive, antes de que le dijera aquello, Yuna ya la estaba irritando con tanta observación de arriba abajo; con esa mirada de odio, pero que no se preocupe, que Coral sintió la misma pesadez que ella, y cuando algo no le gusta, fácilmente se deshace de lo que le estorba.
No ha encontrado, ¡Corrección!, ya lo encontró. Hoy es la noche perfecta, o el encuentro perfecto para quitársela de encima de una buena vez por todas. Ya está harta de que Yuna le tiré la comida encima y se disculpe con ese discurso barato que fué sin intención, ya está cansada que cada vez que va al baño ella la encierre bajo llave, y que sino es por Yanmin que la ha ayudado durante esas repetidas ocasiones, tiene problemas con la señora Kang.

La tiene hasta aquí, que cuando la ve caminando por el pasillo o por cualquier otra parte, le ponga el pie para que se caiga, la estruje, la empuje, le jale el cabello, le esconda el uniforme o se lo eche a la basura. Hasta aquí, hasta aquí la tiene y ya no la va a soportar más. El vaso ya se llenó hasta el tope, pero este ya se está regando...

Siendo tan solo cuatro chicas del servicio, les asignaron una sola habitación para ellas. Cada una con su respectiva cama, pero con el suficiente espacio de tener sus cosas retiradas la una a la otra. La señora Kang las manda a descansar a la misma hora, y exactamente a la misma hora las levanta. Tienen derecho a un día de descanso a la semana, y les pagan quincenal, también mensual con todos los derechos de la ley. Hoy fue un día realmente muy agotado para todas, pero con la paciencia que se caracteriza, Coral esperó a que Yuna se levantara.
Cómo sospechó, la chica de greñas negras con bata blanca larga hasta las rodillas, no fue al baño, salió del cuatro seguramente con rumbo a la cocina. Son más de la una de la mañana, y no desperdiciando más tiempo, Coral igualmente se levanta para seguirla con sus silenciosos pies descalzos. Encontró a Yuna bebiendo un vaso con agua en medio de la oscuridad; lo metió bajo el grifo, y después de dejarlo dónde lo tomó, se dió vuelta tranquilamente para dirigirse una vez más a su acogedora cama calientita.

Se llevó un gran susto cuando se topó con Coral frente a frente y su mirada matadora, aún así compuso su postura para no demostrarlo.

---¡Estúpida!--- masculla Yuna con enfado--- ¿Qué te traes, eh? ¿Acaso me estás siguiendo?, mira tarada, que te quede bien claro que...