Prologo

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Chiang Rai, ciudad tranquila para el turismo, en donde los visitantes buscan perderse en el verdor de las montañas y conocer la cultura de los pueblos nativos del norte de Tailandia, ¿quién iba imaginar lo que estaba sucediendo en una de las cabañas de renta?, era de noche y en uno de los complejos turísticos caracterizado por la privacidad de sus huéspedes, nadie escucharía los gritos desesperados de una mujer pidiendo ayuda.

Un hombre contemplaba a su víctima con regocijo, había sido muy fácil atraparla, lo mejor de todo es que ella era un poco especial, era policía, pensó que iba a ser difícil debido a su entrenamiento, pero no fue así, era una simple mortal como cualquier otra que hubiera atrapado antes, igual de tonta y confiada, la tenía sobre la cama amarrada de pies y manos, se había asegurado de cubrir todo con plástico, no quería hacer un desastre que fuera muy difícil de limpiar, no quería que descubrieran su juego, así que se le dibujo una sonrisa en sus labios cuando ella comenzó a despertar.

—¡Por fin despiertas!, tu no me conoces y yo a ti tampoco, pero no sabes con quien te has estado metiendo, voy a ser tu peor pesadilla—. Se movió para tomar unas tijeras que estaban encima de la mesa de noche —Puedes gritar todo lo que quiera, nadie te va a escuchar—. Tomo uno de sus dedos y lo corto sin ningún miramiento, viendo como la sangre caía sobre el plástico protector, aquello iba a ser hermoso, no hicieron falta más palabras, solo siguió con su labor de cortar uno a uno los dedos de ambas manos, en medio de gritos impotentes de aquella mujer que nunca fueron escuchados, nadie iría a salvarla de sus garras.

El dolor había hecho que ella se desmayara, para su gusto no aguanto nada, así que tranquilamente recogió los dedos y los metió en una bolsa, para luego proceder a cortar los de los pies, la finalidad de aquello era hacerle la vida más difícil a la policía, no iba a dejar que la identificaran tan fácilmente, ahora tocaba la siguiente fase, le hubiera gustado que estuviera despierta y escuchar sus gritos para eso, pero no importaba, así que tomo un machete y corto su cuerpo en pedazos, disfrutando como los chorros de sangre teñían de rojo el plástico, definitivamente aquello era una hermosa obra de arte y lo mejor es que lo tenía todo grabado para la posteridad.

—Espero que te haya gustado el espectáculo, lo hice por ti bebé—, dijo mirando hacia la cámara con una sonrisa, antes de levantarse y apagarla.

Era momento de disponer de aquella masa de carne, sangre y huesos, así que rápidamente tomo todas las partes y las llevo hasta el baño, en donde lleno la bañera y las sumergió en agua a excepción de la cabeza, esa se encargó de desfigurarla lo máximo posible con un cuchillo hasta hacerla irreconocible y la metió en una bolsa, los dedos recolectados, los metió en un recipiente de cerámica y los roció con gasolina para luego proceder a quemarlos, se aseguró de que toda aquella piel se chamuscara por completo, de esa manera no habría reconocimiento por huellas dactilares, con aquello se aseguraba que no descubrieran pronto de quien se trataba, también contaba con que el hallazgo de las partes de aquel cuerpo tardara por lo menos un día.

Salió nuevamente hacia la habitación y recogió el plástico, asegurándose de no dejar que ninguna gota de sangre salpicara la habitación de la cabaña, esa parte debía parecer impecable, como si nada hubiera ocurrido, le dio un nuevo vistazo al panorama en general y cuando estuvo satisfecho de que nada estaba fuera de sitio, decidió que era momento de irse, tenía que hacer algo antes de abandonar por completo Chiang Rai, cerca de su ubicación había un rio que debía visitar, así que cuando estuvo en el lugar arrojo la cabeza en el agua y miro con un brillo en los ojos como esta era arrastrada por la corriente.

La primera fase del plan estaba cumplida, estaba cada vez más cerca de su objetivo, con suerte podría ver a su bebé pronto y sacarlo de donde estaba, el tiempo estaba en su contra solo tenía unos pocos días para que estuvieran juntos nuevamente.


TrastornadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora