Capítulo 15

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A medida que Ana se preparaba para mudarse a su nueva ciudad para comenzar su nuevo trabajo, tanto ella como Carlos se enfrentaban a sentimientos encontrados de emoción y tristeza por la separación que se avecinaba. Sin embargo, sabían que su amor era lo suficientemente fuerte como para superar cualquier distancia y desafío.

El día de la mudanza llegó finalmente, y Ana se despidió de Carlos con lágrimas en los ojos pero con esperanza en el corazón. Prometieron mantenerse en contacto diariamente a través de mensajes de texto, llamadas y videollamadas, y planearon visitarse regularmente cada vez que fuera posible.

A medida que pasaban los días, Ana y Carlos se acostumbraron a la nueva dinámica de su relación a distancia. En lugar de sentirse separados, encontraban formas de mantenerse conectados y compartían detalles de sus vidas diarias, apoyándose mutuamente en los momentos difíciles y celebrando los logros juntos.

El tiempo pasó rápidamente, y pronto llegó el momento de la primera visita de Carlos a la nueva ciudad de Ana. Estaban emocionados de reunirse y pasar tiempo juntos, y planeaban aprovechar al máximo cada momento juntos.

Cuando finalmente se encontraron en el aeropuerto, Ana corrió hacia los brazos de Carlos con una sonrisa radiante. Se abrazaron con fuerza, sintiendo cómo la distancia se desvanecía en ese momento de reencuentro.

Durante el fin de semana juntos, Ana y Carlos exploraron la ciudad, compartieron risas y crearon recuerdos inolvidables. Se dieron cuenta de lo mucho que habían extrañado el uno al otro y se comprometieron a hacer todo lo posible para mantener viva la chispa de su amor a pesar de la distancia.

Al despedirse en el aeropuerto, Ana y Carlos sabían que su amor era más fuerte que nunca. Aunque la distancia seguía siendo un desafío, estaban seguros de que juntos podían superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Con una sonrisa en los labios y la promesa de un futuro juntos, se despidieron con la certeza de que su amor era indestructible.

Mientras caminaban juntos por el aeropuerto, Ana y Carlos saboreaban cada momento de su tiempo juntos, conscientes de que tendrían que separarse nuevamente pronto. Sin embargo, se aferraban a la esperanza de que cada despedida solo los acercaba más al próximo reencuentro.

—Ana, este fin de semana ha sido increíble. No puedo esperar para verte de nuevo —dijo Carlos, con una sonrisa en el rostro mientras caminaban hacia la puerta de embarque.

Ana asintió, sintiendo cómo su corazón se llenaba de gratitud y amor por el hombre a su lado.

—Yo también estoy emocionada por verte nuevamente, Carlos. Eres la luz de mi vida, y cada momento contigo es un tesoro que atesoraré siempre —respondió Ana, con sinceridad.

Cuando llegaron a la puerta de embarque, Ana y Carlos se detuvieron y se abrazaron con fuerza, sintiendo cómo el tiempo parecía detenerse en ese momento de despedida.

—Te amo, Ana. Siempre estaré aquí para ti, sin importar la distancia —susurró Carlos, con ternura, antes de darle un suave beso en los labios.

Ana sonrió, sintiendo cómo las lágrimas de felicidad llenaban sus ojos.

—Te amo también, Carlos. Eres mi roca, mi apoyo, mi todo —respondió Ana, con emoción, antes de darle un último abrazo antes de partir.

Con una sonrisa en los labios y el corazón lleno de amor, Ana y Carlos se despidieron en el aeropuerto, sabiendo que su amor era más fuerte que cualquier distancia y que cada momento juntos valía la pena cada segundo de separación. Con la promesa de un futuro lleno de reencuentros y amor, se separaron con la certeza de que su amor era eterno y que juntos podían superar cualquier desafío que se les presentara en el camino.

Tiempo de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora