5. Infedelidad

191 10 1
                                    

16 de Octubre, 2019.

Claudia se encontraba en la casa que alquiló para verse con su amada y su hijita.

Jugaba con la pequeña con sus muñecas mientras decoraban la pequeña casita, esperaba a su amada llegar después de un larga jornada de trabajo, por otra parte Claudia había pedido unos días de vacaciones para disfrutar a su niña.

Transcurrió dos horas más y por fin tocaron se abrió aquel portón gigante. Lo que indicaba que era su bella esposa.

Se escucharon unas llaves abrir la puerta principal, Claudia cargo a la niña y se dirigió a la planta baja para ver llegar a Xóchitl.

Cuando abrió la puerta Xóchitl, su rostro parecía ser triste y decepcionada, no se daba cuenta de alguna razón alguna el por qué su semblante. Algo que le dio una leve pista era que llevaba en sus manos un sobre. ¿Que contenía?

Claudia decidió hablar.

— ¿Todo bien, mi amor? — pregunto muy preocupada por el estado de su mujer.

— ¡Eres una estúpida, Claudia! — le aventó el sobre que llevaba en la mano.

Claudia bajo a la niña y recogió aquel sombre que era el motivo de la amenazante pelea.

Lo abrió y se dio cuenta de algo terrible.

Eran unas fotos de ella y Jesús besándose. No sabía cómo llegaron a las manos de Xóchitl pero sabía muy bien que era editado, se notaban demasiada editada la foto.

Se tranquilizó respiro profundo y habló.

— Mi amor, por Dios, esas fotos son editadas, ¿No lo vez? Mira... — La agarró del brazo para que pudiera verlas de mejor manera, pero Xóchitl se zafó de su agarre.

— ¡Claudia por Dios Santo! ¿Crees que soy estúpida? — Su rostro estaba empapado de sus lágrimas.

— ¡Claro que no Xóchitl, pero se necesita ser muy imbécil  para darse cuenta que son editadas! — levantó la voz.

Claudia se arrepintió de lo que digo, no fue lo que quería decir.

— ¿Ahora soy imbécil? — Dijo sarcásticamente.

— ¡Yo no quise decir eso! Pero parece que buscas cualquier excusa para romper con lo nuestro, esas fotos son editadas y tú sabes muy bien que después de lo de Mazatlán que no lo veo y mi me interesa verlo, a la que te amo es a ti pero no lo entiendes, dejé todo y todos por ti, mi trabajo, mi familia, absolutamente todo Xóchitl y solo por ti y nuestra hija como para que vengas a regar todo lo que hemos construido — Claudia ya lloraba.

— No soy otros de tus títeres que puedes manipular a tu antojo con tus discursos emotivos, y tampoco me eches en cara que dejaste todo por mi cuando yo hice lo mismo y jamás te eh echado la culpa a ti — Respiro y se limpió algunas lágrimas. — Yo y Claudita nos iremos y jamás nos volverás a ver y también quiero el divorcio. — Agarró a la bebé.

El escuchar esas palabras de Xóchitl fue como una apuñalada a su corazón, estaba helada. No sabía que hacer solo no paraba de llorar, por un error ahora el amor de su vida se iría para siempre y con ella su mayor adoración. Perdió todo, hasta si misma.

— Xóchitl razona por favor, podemos arreglar eso te juro por Claudita que jamás te fui infiel con Jesús no me alejes de mi niña ni de ti — Se arrodillo.

— ¡No tienes descaro Claudia! Jurando por tu propia hija, tú jamás cambiarás, y tus palabras ahora para mi no valen nada, y es la última vez que verás a Claudita por qué ante la ley y la sociedad es hija mía y de Rubén — Agarro su bolso y salió de la casa azotando la puerta.

Claudia fue corriendo detrás ella.

— ¡Xóchitl por favor perdóname, hago lo que quieras pero no me dejes, insultame o incluso pégame pero no me dejes yo te amo no lleves a mi hija por favor! — le imploraba mientras la sostenía fuertemente de sus pies.

— ¡Suéltame maldita loca! — la empujó y se fue.

Claudia se quedó llorando, agarró las llaves de su carro y se fue a un bar para beber hasta perder la conciencia.

Pasaron cuatro horas, Claudia estaba demasiado mal se la pasaba diciendo que las extrañas, que se quiere morir, que no le importa nada más si no son ellas.

El gerente del bar al ver el grave estado de Claudia decidió llamarle a AMLO ya que sabía que eran amigos y tal vez el la podría ayudar.

Pasó 10 minutos y llegó.

— Discúlpenla ella no es así — volteo a ver al hombre que lo llamo. — y muchas gracias Agusto — se fue junto con claudia.

Llegaron a la casa de Claudia ella le contó todo.

AMLO por fin lo había aceptado y ahora ver lo que sucedió le causó un gran disgusto y también curiosidad, ¿quien era el culpable de la tragedia de Claudia y Xóchitl?

Hola amores, aquí les dejo un cap espero les guste 💘

Un amor de presidencia  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora