14.-André-Pierre Gignac.

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Skyla comenzó a ladrar y a ponerse un poco histérica, sky de tanto esfuerzo por soltarse, jalando de su correa, había logrado que el collar rompiera la argolla de la cual estaba agarrada la correa.

—¡SKY VEN ACÁ! — grite entre los ladridos de skyla, y comencé a correr detrás de él junto a mi otra cachorra.

No caí en cuenta de cuántas vueltas tuve que darle al parque para poder alcanzarlo, pero en realidad nunca lo pude alcanzar, hasta que el solo paro acercándose a dos niños, quienes lo estaban acariciando, justo en lo que más le gustaban, las caricias, pero era extraño, nunca se dejaba acariciar por extraños.

—Sky, come here right now — dije algo agitada, los niños pusieron su atención en mi, al ver que sky comenzó acercarse a mi con su colita entra las patas.

—¿Es tuyo? — preguntó una nena, le calculaba unos 5 años de edad, su cabello era muy rubio

—Así es. — le respondí con una sonrisa y ella se acercó a acariciarlo.

—¿Son hermanos? — preguntó el pequeño a su lado, era muy parecido a ella.

—Sí, él es sky y ella es skyla. — el pequeño se acercó a acariciar a skyla un poco temeroso— adelante, skyla es un amor con los niños.

Asintió y la tocó con confianza acariciando su pelaje, podía ver las colitas de mis perritos contentos ante el tacto de los pequeños. Vi a dos chicos adolescentes acercarse junto a un hombre, imaginaba que era su padre.

—Où étaient-ils ? Je leur ai dit de ne pas aller là où je ne peux pas les voir(donde estaban? Les he dicho que no se vayan a donde no pueda verlos) — dijo con regaño, su francés, era un francés perfectamente pronunciado.

—Papa, nous ne regardions que ces chiots(papá, solo estábamos viendo a estos cachorritos) — se defendió el pequeño, estaba en lo correcto, era su padre. Entonces entendí la belleza de los niños, su padre era apuesto, alto, piel blanca y una barba muy bien marcada.

—Papi, sus perritos son hermosos, ¿podemos tener uno? — pidió con sus manos unidas y me miro. — ¿qué marca con tus perros? — dijo la pequeña y reí ante su pregunta

—Tonta, los perros no tienen marca, se le dice raza. — dijo el pequeño, me sorprendía lo bien que hablaban ambos idiomas.

—Exacto, es raza, ambos son raza golden retriever. —dije, su padre me miro y me regalo una sonrisa.

—Discúlpalos, los perdí de vista un solo segundo — rió. — soy André, ellos son mis hijos, Mavy, Edén —apuntó a los pequeños — André y Grace.

—Un placer, soy Alexia, ellos sky y skyla. — apunte a mis cachorros.

—El placer es nuestro, Alexia. — estrecho mi mano con la suya, mientras me miraba con una sonrisa.




Grace, André Jr y Edén caminaban junto a mi, estábamos caminando al centro del campo, André llevaba un cuadro gigante con una camiseta del club enmarcada con el número 200, era un reconocimiento por los 200 goles que André había marcado con Tigres.

André salió corriendo del túnel, llevaba el uniforme de entrenamiento, y estaba tapado hasta la cara, el clima en Monterrey estaba muy frío, además estaba lloviendo.

Cuando llegó hasta nosotros, saludó a los niños besando sus frentes y mejillas, cuando llegó hasta a mi dio un beso en mis labios. André le entregó el cuadro a su papá, y los fotógrafos del club nos pidieron acercarnos a él para tomar la foto juntos y el reconocimiento.

—Gracias por venir y traer a los niños, mi vida, faltaron mavy, sky y skyla — solté una risilla

—Debora me aviso que Mavy estaba enfermita, por eso mejor se quedó en casa, cuando salgamos de acá deberíamos ir a verla. — asintió

IMAGINAS-ONE SHOTS [Club Tigres]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora