Que piensa Sonia de Antonio

4 0 0
                                    

Sonia, con la nariz metida en sus libros, era un barco a la deriva en un mar de palabras. Su mente, absorta en las complejidades del comportamiento humano, no dejaba espacio para las miradas intensas de Antonio.

Él, desde su mesa, la observaba con fascinación.  Le encantaba verla sonreír, aunque la sonrisa no fuera para él.  Sonia, con su mirada perdida en las páginas, a veces esbozaba una sonrisa leve, sin darse cuenta de que su sonrisa se dirigía a la nada, a un punto imaginario en el espacio.

Antonio, ilusionado, interpretaba esas sonrisas como un guiño a su presencia, como una señal de que ella también sentía algo por él.  Pero la verdad era que Sonia, con su mente en otro lugar, no lo veía.

Cuando Antonio la saludaba, Sonia respondía con un gesto cortés, una sonrisa educada que no reflejaba ningún interés personal.  A veces, su mente tan absorta en la lectura, no captaba el saludo de Antonio, y él se sentía aún más intrigado por su aparente indiferencia.

En ocasiones, cuando la cafetería estaba llena, Sonia se veía obligada a sentarse frente a Antonio.  Él, emocionado, esperaba una conversación, un intercambio de miradas, un gesto de complicidad.  Pero Sonia, con su timidez y su aversión a la socialización, se mantenía en su propio mundo, ignorando por completo la presencia de Antonio.

Su sonrisa, sin embargo, se expandía con naturalidad cuando interactuaba con los empleados de la cafetería.  Ella sabía que ellos no sobrepasarían su lugar, que no la mirarían con la intensidad de Antonio, que no la harían sentir incómoda.  Con ellos, podía ser ella misma, sin la presión de las miradas intensas, sin la necesidad de responder a un interés que no sentía.

Antonio, cada día más obsesionado, no lograba descifrar el enigma de Sonia.  Su sonrisa, su indiferencia, su timidez, todo lo interpretaba como un juego, como una estrategia para mantenerlo en vilo.  Pero la realidad era mucho más simple: Sonia, con su mente en otro lugar, simplemente no lo veía.

NARRADOR:
Sonia, con la mirada perdida en su libro, se levantó de su mesa para dirigirse a la universidad.  Sin mirar a su alrededor, salio de la cafetira y al caminar por la por la acera choca sin darse cuenta con el pecho de Antonio y cae al suelo., Sonia se frota el trasero y sus libros caen al suelo. Antonio rápidamente los recoge y le ofrece su mano.

*Antonio
Aquí tienes tus libros.

*Narrador
Sonia tarda un momento en tomar su mano, pero finalmente lo hace. Antonio le entrega sus libros y ella le agradece.

*Chica
¡Gracias!

*Narrador
Sonia se va sin dirigirle una mirada., Antonio se siente enojado por su indiferencia.

*Antonio (furioso)(piensa internamente)
¿No se da cuenta de mi presencia? ¿Por qué no me hablo? ¿Por qué no me invito a salir? ¿Porque no me coquetea ? Que le pasa ?

Sonia pasa junto a él nuevamente y Antonio, lleno de rabia, la toma del brazo sin medir su fuerza, La jala hacia él y chocan contra su pecho, haciendo que sus cosas caigan al suelo una vez más.

*Sonia (gritando)
¡¿Qué te pasa?!

*Narrador
Antonio la mira desconcertado.

*Antonio (confundido)
¿Qué te pasa a ti? ¿No crees que se te olvidó algo?

*Narrador
Sonia se queja de dolor y Antonio se da cuenta de que la está lastimando. Aunque está furioso, no puede evitar notar cómo ella se muerde el labio ligeramente por dentro, una manía que encuentra adorable.

*Sonia (con voz entrecortada)
Por favor, déjeme. Me está lastimando.

*Narrador
Antonio afloja un poco su agarre, consciente de que la está lastimando, pero no la suelta.

*Antonio (exigiendo una disculpa)
¿Se te olvidó pedir disculpas? Tropezaste conmigo, te ayudé a recoger tus cosas y ni siquiera te disculpaste.

*Narrador
Sonia lo mira con sus hermosos ojos, ahora llorosos, y finalmente se disculpa.

*Sonia (disculpándose)
Lo siento, señor. Me disculpo por chocar con usted.
Y se dicie ella misma y este loco de donde salio, que miedo.

*Narrador
Sonia le agradece nuevamente por la ayuda, y Antonio afloja aún más su agarre. Ella se suelta y da la vuelta para irse, pero Antonio la detiene una vez más.

*Antonio (alterado)
No me vas a invitar a salir. ¿Por qué no aprovechas este supuesto accidente para acercarte a mí? ¿Estás jugando conmigo o es una táctica?

*Sonia (susurrando con voz cortada)
Suelteme ya.

*Narrador
Sonia,  Dios esté hombre esta loco, porque lo voy a invitar a salir no lo conozco y de que habla que yo apropósito choque con el , de que habla jugando yo táctica esta de mente.

*Narrador
Ella se suelta de su agarre y corre no le importo dejar sus cosas tiradas ya que solo eran sus libros de la Universidad son caros pero sabe que su abuelo Pedro catamarán le compraría un palacio si ella se lo pidiera, huye corriendo como loca desquiciada del lugar sin siquiera voltear a verlo.

*Sonia, con el corazón latiendo con fuerza, se alejó corriendo de la cafetería.  No podía creer lo que había pasado.  El hombre, con su mirada intensa y sus palabras amenazantes, la había dejado completamente aterrorizada.

Desde ese día, Sonia dejó de ir a la cafetería.  No quería volver a ver al hombre que la había asustado.  Ya no se sentía segura en ese lugar.

También dejó de tomar el autobús.  Ahora, prefería que uno de los chóferes de la familia la llevara a la universidad y la recogiera al final de las clases.  No quería volver a sentir ese miedo, esa sensación de vulnerabilidad.

Con lágrimas en los ojos, le contó a su madre lo que había pasado.  Su madre, sin dudarlo, le echó la culpa de lo sucedido.

"De seguro tú andas de ofrecida", le dijo, con un tono de voz severo.

Patricia, la hermana de Sonia, había llenado la cabeza de sus padres con historias sobre la supuesta vida licenciosa de Sonia.  Les había contado que Sonia era una "fácil" y que andaba con varios hombres.

Sonia, con la garganta seca, intentó defenderse, pero su madre no la escuchó. 

Sonia, con el corazón roto, se retiró a su habitación.  No entendía por qué su madre le echaba la culpa de lo sucedido.  Ella no había hecho nada malo.

Sin embargo, sabía que no podía hacer nada para cambiar la opinión de su madre.  Patricia, con su encanto y su astucia, había logrado convencer a sus padres de que Sonia era una mujer de mala reputación.

Esto es lo que pasó Sonia en el café y lo que pensó de Antonio.

El Juego De Las Sombras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora