𝟬𝟮 | (Re)encuentro

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Freen tuvo que pensarlo tres veces antes de tocar el timbre de la casa de Becky. La última vez que estuvo ahí, seis años atrás, la situación era muy diferente. Se habían escapado del colegio durante una actividad deportiva, aprovechando el desorden que habría durante un par de horas para que nadie notara su ausencia. En un inicio, Freen se encontraba satisfecha con pasar ese tiempo en algún salón alejado, pero la insistencia de Becky sobre que no le gustaba que fuera silenciosa la había llevado a aceptar que la llevara a su casa. Pocas veces lo hacía, de hecho, Freen se maravillaba de tener a Becky en su habitación cada que quisiera, pero la casa de la castaña quedaba a tan solo unas cuadras del colegio, y sabían que debían volver pronto.

Esa noche, sin embargo, la situación era algo diferente. Freen no sabía con qué cara saludar a su examiga con derechos, con la cual no se habla desde hace seis años, y encima de todo, está más buena que nunca. Antes de tener más tiempo para sobre pensar, se armó de valentía y tocó el timbre.

Ya estaba respirando con fuerza cuando una chica abrió la puerta y se le lanzó encima. Freen se sobresaltó, pero al instante se dio cuenta de que era su mejor amiga del colegio.

— ¡Hasta que por fin te dejas ver, ingrata! — Nam chilló en su oreja, y Freen tuvo que agarrarla de los brazos y calmarla un poco.

— No seas exagerada. No te he visto en, ¿qué, cinco semanas?

— Seis, y me parece una falta de respeto.

— Perdón, el trabajo...

— Ya, ya. Cuánto te apuesto a que sólo te estoy viendo hoy porque babeabas por Becky en el colegio.

Freen se puso roja. Si bien Nam y ella eran muy cercanas, nunca le había dicho a nadie acerca de lo suyo con Becky. Le daba demasiada vergüenza lo que podía pensar la gente. A ojos de los demás, ella siempre había sido una chica correcta, dulce e inocente.

— No inventes, Nammie.

— Ya, han pasado seis años, no me lo vas a negar ahora. Si la mirabas como si fuera una pizza.

Freen murmuró una grosería y se metió a la casa, a lo que Nam le respondió con una carcajada mientras la seguía.

Pasó los siguientes minutos saludando a sus amigos y emocionándose por volver a ver a algunos luego de mucho tiempo. Sus ojos vagaban nerviosamente entre los presentes, buscando a Becky sin éxito. Era imposible que no esté, era su casa, pero el hecho de no verla de inmediato sólo hacía que sus nervios aumentaran. Al cabo de un rato fue a la cocina por un vaso de agua y se ganó una mirada de intriga de Nam, al decirle que no necesitaba que la acompañen, que ya sabía dónde estaba.

Freen aprovechó el separarse de sus amigos para respirar un poco y acomodar su vestido. No veía a muchos hace ya algunos años, por lo que se había vestido para tratar de impresionar (puede que principalmente a Becky, pero eso era algo que no iba a admitir). Tenía un vestido sencillo pero lindo, de color lila con cierto brillo, descubierto en la espalda y mucho más escotado de lo que acostumbraba. Llevaba el cabello lacio y se había maquillado sutilmente, lo suficiente para hacer su mirada más profunda y sus labios más llamativos. Dio una rápida chequeada a su ropa para asegurarse de que todo estuviera en su lugar, y empujó la puerta de la cocina.

Lo que encontró fue algo que definitivamente no esperaba. Becky estaba apoyada en una pared, sosteniendo una copa de vino, mientras conversaba animadamente con una chica. Se reían mucho, y cada tantas palabras, Becky estiraba la mano para tocarle el brazo o el cabello.

Freen se quedó muda. La chica en cuestión estaba sentada sobre la isla de la cocina, y balanceaba las piernas mientras reía. No sabía que Becky había traído a una chica de Inglaterra, y sintió una punzada de decepción. Sin embargo, el sentimiento duró sólo unos segundos, porque fue reemplazado por la verdadera intriga. Cuando se fijó bien en ella, se dio cuenta de que se veía realmente menor. Pero lo más sorprendente de todo, es que era muy parecida a ella.

Teenage Dream「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora