𝟭𝟬 | Decisiones

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Freen se acurrucó en el pecho de Becky y presionó su rostro contra la tibia piel. Tenía el cuerpo totalmente sensible y cansado, solo quería que la inglesa la consientiera como solía hacerlo después del sexo. Desde la primera vez que estuvieron juntas, la inglesa se encargaba no solo de su placer sino de que se sintiera como una princesa después de hacerlo. Becky quería demostrarle sin palabras que para ella no era solo sexo.

La llenaba de dulces besos y caricias, le daba cumplidos y se aseguraba que le hubiera gustado. Si era necesario, incluso la ayudaba a limpiarse y vestirse de nuevo. Adoraba mimarla y aunque nunca hablaron de esos momentos dulces entre ambas, terminaron por volverse parte de su rutina.

Freen suspiró complacida al saber que ahora le tocaba volver a disfrutar del lado tierno de Becky y cerró los ojos. Se relajó al sentir las familiares caricias en su cabello y una mano posarse con cariño sobre su cadera.

—¿Te gustó?— susurró la inglesa sobre su cabeza— ¿Fue bueno para ti?— Freen rio y levantó la mirada.

—Estuviste perfecta.

—¿Era lo que esperabas?

—Solo quieres que lo diga, ¿cierto?— Becky sonrió tímida al ser descubierta—. Fue mucho más de lo que había imaginado. No me puedo mover.

Becky sonrió, engreída, y la presionó más cerca aún.

—No tienes por qué hacerlo. Te quiero aquí.

—Eres consciente de que aún hay una fiesta abajo, ¿cierto?

—En un par de horas los echaré a todos. Quiero estar contigo.

Freen estiró los labios y recibió un dulce beso.

—Eres más buena que antes, si eso es aún posible.

—¿Ah, sí?

—Sí. Me vuelves loca— susurró.

Con pereza, Becky acarició la cadera de la menor, subiendo para tocar la curva de su delicada cintura y maravillándose con la amplitud de su trasero. Era totalmente perfecta, mucho más que en sus fantasías. Nunca se cansaría del cuerpo de Freen, y de repente, se llenó de celos de todas las personas que la habían tenido de esa forma en los últimos años.

Se enojó también consigo misma, porque si no la hubiera dejado, seguiría siendo la única. Su agarre se volvió un poco más rudo, posesivo, y Freen lo notó.

—¿Pasa algo?

La vergüenza de haber sido descubierta se hizo presente en su rostro. No le gustaba incomodar a Freen con sus celos tontos, y en el pasado había hecho un trabajo excepcional para esconderlos.

—No...

—Te conozco. Dime qué pasó.

—Es ridículo.

—Nada es ridículo si viene de ti.

Le dio un pequeño pico en sus labios. ¿Acaso podía ser más perfecta?

—Es que... me puse celosa— Freen no pudo evitar reírse, y Becky se puso más roja—. Viste, te dije que era ridículo.

—¿Celosa de qué, Becca?

—¿No me vas a mirar raro?

—No.

Suspiró para seguir hablando. No podía creer lo débil que era ante la menor y lo fácil que era obedecerla.

—Celosa de todas las que te han visto desnuda mientras yo no estaba.

Freen se rio más fuerte sin poder evitarlo. Sí, era tonto, pero le resultaba verdaderamente adorable que Becky haya pensado en eso. La inglesa hizo un puchero.

Teenage Dream「 Freenbecky 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora