Capítulo 1

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Después de perder a sus padres y a su abuelo en el gran incendio que destruyó la antigua aldea en la que vivía, Itadori Yuji, un niño omega de diez años, fue acogido por el clan Zenin, donde se crió como uno más de los muchos sirvientes allí.

Gracias a su personalidad gentil y obediente, de un simple sirviente de limpieza pasó a ser la dama de compañía de Zenin Megumi, un omega de cabello negro destinado a casarse con Kamo Noritoshi, el heredero del clan Kamo, uno de los tres grandes clanes de Heian-Kyõ.

Con el paso del tiempo, el chico pelirosa creció y se convirtió en un hermoso joven, que era elogiado a diario por los diversos alfas que se cruzaban en su camino.

Sin embargo, a pesar de ser agraciado con hermosas palabras, Yuji sabía que todas eran falsas, pues la intención de estos alfas no era cortejarlo con intenciones de un futuro matrimonio, sino tenerlo en su cama para pasar una noche de diversión. Por eso siempre evadía las insinuaciones de tales hombres, con la afirmación de que como era una simple dama de compañía, no podía comprometerse con nadie más que su amo.

Pero incluso con su negativa, muchos alfas intentaron dominarlo, requiriendo a menudo intervención con el uso de la fuerza. Y este era el momento en el que se revelaba la verdad sobre Itadori Yuji, pues a pesar de ser un omega obediente y sumiso como las leyes indicaban que debía ser, detrás de sus dulces sonrisas y amables palabras había un lado oscuro al que solo aquellos que creían ser superiores se enteraban.

Aunque su relación con Megumi era la de sirviente y amo a los ojos de todos, un vínculo de hermandad los unía desde las sombras. Con solo uno teniendo la compañía del otro a lo largo de los años, era imposible que tales sentimientos fraternales no afloraran y se fortalecieran en cada momento importante de sus vidas.

Sin embargo, pronto sus pasos seguirían rumbos diferentes, pues en unos meses el omega de ojos azules cumpliría veinte años y sería entregado a su prometido, y Itadori como posesión de los Zenin, permanecería y se convertiría en sirviente de otra persona.

Yuji siempre supo que ese momento llegaría, era algo inevitable que un simple sirviente como él no podía evitar y lo único que quedaba era aceptar y apoyar a su amigo en lo posible, o eso creía, pero el destino tenía otros planes para Zenin Megumi y él, y comenzó a actuar cuando los dos omegas aún tenían quince años, en lo que fue su primera visita a uno de los tres grandes clanes.

En ese viaje conocieron a algunos de los miembros del clan Gojo; Satoru, el jefe del clan, un alfa dominante que tenía fama de ser cruel y vil con los omegas, sin embargo Yuji descubrió que todos los rumores no eran más que mentiras y que el hombre peliblanco en realidad era una persona amable, después de todo un alfa que trataba a su omega tan bien como él lo trataba, era imposible que fuera el monstruo que hablaban que era.

También conocieron a Okkotsu Yuta, un pariente lejano del actual líder, que a pesar de parecer inicialmente alguien frío y distante era una persona tímida y gentil, con una personalidad protectora y altruista completamente diferente a la de la mayoría de los alfa. Un hombre que se ganó a los dos omegas de inmediato, siendo el primer amigo alfa de Yuji y el primer amor de Zenin Megumi.

Otro que conocieron fue Kento, un omega dominante de cabello rubio que era el esposo de Gojo Satoru, la persona que cuidó a Yuji cuando su celo llegó repentinamente de manera prematura. Esa fue la primera vez que Itadori había visto a un omega tan bien cuidado además de Megumi; él era diferente a los demás que conoció en su antiguo pueblo y a los que pertenecían a los Zenin, personas que eran menospreciadas, humilladas, obligadas a vivir vidas degradantes e infelices por los alfas que se consideraban sus dueños.

Yuji sabía que si no fuera por la energía maldita que poseía, habría sufrido el mismo destino que los demás. El descubrimiento sobre sus dones se hizo dos años después de su llegada y en esos años en los que aún era solo un sirviente que se ocupaba de la limpieza, vivió en primera mano cómo eran tratados los de su segundo género. Las palabras crueles, los castigos, las miradas llenas de lascivia, las miradas de lástima, el chico pelirosa fue tratado como un gusano, una cosa inmunda que ni siquiera debería respirar el mismo aire que los alfas.

Pero entonces un día mientras descansaba en una parte poco visitada de la residencia, vio a un chico de cabello negro acompañado de unos betas y a pesar de nunca haberlo visto en persona Yuji sabía muy bien quién era. En el momento en que los betas lo vieron intentaron expulsarlo del lugar pero fueron detenidos por Megumi usando uno de sus perros. Todos se sorprendieron cuando el omega de ojos azules se le acercó para preguntarle si se encontraba bien y Yuji le preguntó si podía acariciar al perro.

Ese día Itadori conoció al jefe del clan y como era un omega como el otro chico y tenía energía maldita, se convirtió en su dama de compañía y también en su protector, permitiéndole entrenarse con Megumi para protegerlo de cualquier peligro que podría surgir. Y eso es lo que hizo durante los siguientes ocho años y lo que le gustaría seguir haciendo, pero desafortunadamente todas las solicitudes del omega pelinegro para que Yuji fuera con él al clan Kamo fueron rotundamente negadas.

Con el vigésimo cumpleaños de su mejor amigo acercándose, todos estaban haciendo lo mejor que podían para terminar los preparativos de su boda con Noritoshi en el tiempo que les quedaba. Yuji no consideraba al joven Kamo una mala persona, cada vez que estaba con Megumi siempre era educado y atento y creía que los dos incluso podrían tener una vida feliz, si el omega de ojos azules no le hubiera entregado ya su corazón a alguien más.

Pues durante los últimos casi cinco años, el joven Zenin y Okkotsu mantuvieron una relación secreta, siendo Itadori el cómplice de sus encuentros. Yuji se sintía triste por su amigo tener que deshacerse de sus sentimientos y casarse con alguien a quien no amaba, pero eran solo omegas sin voto ni voz, criaturas sin control de sus propios destinos.

Sin embargo, como para demostrarles a todos, que ni siquiera los alfa pueden tener el destino de alguien en sus manos; en una noche de tormenta cuando los relámpagos iluminaban el cielo, al mismo tiempo que Megumi le confesaba a Yuji que estaba embarazado de Okkotsu Yuta, Ryomen Sukuna comenzó a marchar por sus dominios buscando un omega para concebir a su prole.

Con Megumi prometido al clan Kamo como un omega puro e intacto, esperar un hijo de otro alfa era inconcebible y si fuera descubierto solo traería desgracias para todos y con la búsqueda de Sukuna de un omega para sí mismo, la situación se había vuelto extremadamente peor. Porque al igual que los otros clanes, pequeños o grandes, los Zenin también estaban en los dominios del alfa maldito.

Ryomen Sukuna era un alfa dominante que gracias a su avidez de poder se había convertido en un ser inimaginable desde hacía muchos más de doscientos años; un mitad humano mitad maldición. Todo lo que el omega peli rosa sabía sobre él era a través de historias susurradas en secreto. Un ser de más de dos metros de altura, con cuatro brazos, cuatro ojos y dos bocas, para algunos una deidad, para otros un monstruo, para los hechiceros alguien imposible de vencer, con batallas que muchas veces libran y muchas veces se pierden.

Una criatura que rondaba las pesadillas de muchos antes y que ahora hacía desmayar a los omegas con solo escuchar su nombre, al fin y al cabo, para ellos no había peor castigo que convertirse en el receptáculo de los cachorros del alfa maldito.

Hoshi no HikariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora