Capítulo 4

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¯⁠\⁠_ La tercera luna _⁠/⁠¯

ロщ┌┘.└┐.┌┘.└┐щロщ┌┘.└┐.┌┘.└┐щロ

Sigo sin entenderlo, no lo entiendo para nada, siempre he sido un cobarde, huyendo de lo que para mí son monstruos, es por eso que mi familia me abandono.

Todos a los que crei importarles me abandonaron.

Una de las cosas por las cuales me abandonaron fue por mi naturaleza cobarde y mi extraño sentido del oído, podia escuchar hasta a una aguja caer.

Todo parecía ser muy malo para mí, pero no fue asta que conocía a mi maestro, mi abuelo, el fue el primero en mostrarme afecto de verdad.

Fue el quien me enseñó todo.

Es cierto que en ciertos puntos era muy rudo conmigo, como la vez que por miedo me subía un árbol para protegerme y me cayó un rayo, sigo sin entender como fue que termine con el cabello amarillo si antes lo tenía de color negro.

Pero en su mayoría del tiempo fue siempre un maestro comprensivo y paciente con mis miedos y con mis problemas.

Pero también conocí a quien ser mi rival.

Kaigaku.

El fue muy grosero y agresivo asia mi, pero lo soportaba por querer ayuda con la carga a mi abuelito.

Era muy difícil para mí, solo podía usar una postura de la respiración del rayo, era frustrante.

Pero mi abuelo me enseñó una cosa:

ロщ┌┘.└┐.┌┘.└┐щロщ┌┘.└┐.┌┘.└┐щロ

"Si solo puedes dominar una cosa, perfecciónala"

ロщ┌┘.└┐.┌┘.└┐щロщ┌┘.└┐.┌┘.└┐щロ

Eso me ayudó a superar más o menos mi inseguridad, pero mi compañero no ayudaba, el constantemente me decía cosas que me siguen afectando aún.

Pero con el apoyo de mi maestro logre perfecciónar mi técnica de respiración y pude lograr un buen avance, pero seguía siendo un cobarde al tenerle miedo a todo.

Motivo por el cual Kaigaku me podía lanzar en cara eso y mucho más.

En la selección final Kaigaku y yo pudimos sobrevivir, pero claro, el peleando y yo escondiendome, aunque en algunos momento me despertaba y de la nada aparecía en otra parte.

Pese a eso no hice nada, eso fue motivo suficiente para Kaigaku quisiera que me descalificaran, pero no lo hicieron.

El en un momento tomo a una de las niñas encargadas del pelo y empezó a gritarles, yo por instinto le quite la mano que estaba sosteniendo a la niña y le dije que la soltará.

Recibí un golpe de su parte pero valió la pena, si soltó a la niña pero solo se largo de ahí a esperar al siguiente llamado.

Al recibir a nuestros cuervos el mío no era más que un pequeño pichón que me gritaba a cada rato en el oido.

Kaigaku se rió de mi pequeño pichón, mostrando que su cuervo de enlace era uno normal y según el más útil.

𝕹𝖚𝖓𝖈𝖆 𝖖𝖚𝖎𝖘𝖎𝖒𝖔𝖘 𝖊𝖘𝖙𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora