Parte 10. Presencia no grata

362 21 0
                                    


Capítulo 10. Presencia no grata 

Sostenía a Sohek contra el pecho. Le daba un poco de amamantar mientras Tsutey terminaba de arreglarlo todo para nuestra partida. Aunque los hombres de Parker se habían marchado, seguía siendo peligroso permanecer cerca de este lugar. Estábamos en busca y captura y eso hacía todo más inseguro para nosotros y el bebé. Además, el lado sobreprotector de Tsutey, que cada vez conocía mejor, no le permitía descansar y eso me preocupaba.

- ¿Estás lista? – terminé de acomodar al bebé en una serie de mantas aferradas firmemente en mi torso. Estaba bien sostenido. Asentí hacia Tsutey. – Bien, vamos.

Alzamos el vuelo y atravesamos el bosque camino a un clan cercano al mar. Sería la primera vez que vería el océano y estaba expectante ante la idea. Hicimos algunas paradas para alimentar a Sohek. Le pedí a Tsutey que durmiera, pero no cedía. Era un terco.

Finalmente, tras unos cuantos días de viaje llegamos a la aldea de metkayina, el clan que vive junto al mar. Pude ver a varios na'vi montar criaturas marinas pescando con redes. Algunos saludaban desde abajo. Se escucharon voces que llamaban desde lejos nuestro nombre y Tsutey nos dirigió hasta allí.

Al aterrizar, la figura de Arvok, Moat y Neytiri se hizo presente junto a la de otros dos na'vi, un hombre y una mujer, cuya tez era más clara y ligeramente diferente al del clan omatikaya. El hombre se veía amigable, pero la mujer emitía miradas de desconfianza hacia mí.

- Tsutey, te recibo compañero – dijo el hombre acercándose a saludar a Tsutey – Siento lo que ha ocurrido con tu hogar.

- Gracias por recibir a mi gente Tonowari - respondió Tsutey. Se giró hacia mí – Os presento a mi mujer y mi hijo, Lucy y Sohek.

- Una humana – susurró Tonowari mirándonos a ambos. Yo me removí incómoda ante las miradas que me destinaban ambos líderes y el resto de na'vis que se habían acercado a cuchichear – Cuando escuché los rumores, no pensé que fuera cierto...

- No puede ser, es antinatural – exclamó entonces la mujer mirándonos con desprecio – Una humana no puede ser compañera de un na'vi. ¡Y ese niño lleva sangre de demonio!

- Ronal... - intentó detener Tonowari a su esposa, pero esta le bufó. Tsutey se encontraba completamente tenso a mi lado.

- Es mi atokirina – expresó con voz severa y contundente. Ronal abrió los ojos impactada y murmullos no tardaron en aumentar a nuestro alrededor. – Si tienes un problema con ella, lo tienes conmigo también. No pienso estar en un lugar donde no acepten ni a mi mujer ni a mi hijo.

- Ronal... - habló entonces Moat, quien se había mantenido al margen hasta ese momento – Ella no es como esos demonios que dices, es especial. Fue escogida por Eywa.

- ¿Cómo es posible? – le inquirió con duda Ronal.

- Fui testigo de ello, créeme – le afirmó dándome una mirada. Yo apreté a Sohek con fuerza contra mi pecho.

- Esto es algo que nunca antes había pasado – comenzó a decir entonces Tonowari. Abrió los brazos dirigiéndose a su clan – Lucy será aceptada como una más. Trátenla con el respeto que caracteriza a nuestro pueblo.

- Gracias – le expresé a Tonowari, quien me dio un asentimiento de cabeza acompañado de una sonrisa amigable.

- Os acompañarán a vuestra tienda – se acercó a Tsutey quien seguía completamente serio. Después me miró a mí, dirigió la vista hacia Sohek y finalmente a Tsutey – Lamento lo que ha pasado.

AtokirinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora