Las calles estaban abarrotadas de niños correteando de un lado a otro con sus disfraces de Lunari y Shenlong seguidos por sus familiares quienes andaban preocupados de que no tropezaran. Los más mayores cargaban con faroles de luz vestidos de la indumentaria tradicional de la isla y así toda la ciudad capital emprendía el camino hacia el parque de Sangara acompañando al sol en su atardecer. La salida de la ciudad estaba custodiada entre las montañas por los militares de la isla de Dalsai, quienes guiaban a los habitantes y ayudaban a aquellos que tenían más complicaciones para llegar al destino. Las montañas tenían una peculiaridad y es que su forma de altos pilares simulaba una especie de barrera natural que separaba la ciudad de Zenithial con el resto de la isla.
En los senderos de tierra y césped habían diferentes paradas de comida y entretenimiento que animaban el ambiente y aportaban mucha más brillo junto con las habituales farolas. El sendero se unía a los caminos de los diferentes poblados juntando de esta manera a toda persona que vivía en la isla. Las montañas que rodeaban la ciudad de Zenithial ahora simplemente la escondía y la dejaba atrás conforme los habitantes avanzaban.
El Parque de Sangara, que se encontraba a una hora de la ciudad, se teñía de un color rojo escarlata por el pronto atardecer. Las hojas de arce caían de las ramas de varios árboles y a pesar de no ser la temporada, los manzanos daban su fruto desde hace un par de semanas para que los habitantes de la isla pudieran disfrutarlos en un día tan importante. El estanque de agua brillaba y las sombras de las carpas se movían tranquilamente a pesar del ruido que comenzaba a resonar en el parque por la llegada de miles de personas.
Los habitantes de la isla de Dalsai se acercaron a Lunari alumbrando con sus faroles de luz arcano, una llama de fuego azul que se creaba a partir de las grandes y brillantes escamas de Shenlong. Estas se recogían de entre las piedras cerca del escondite de Shenlong durante las vacaciones de verano para guardarlas hasta septiembre y hacer uso de ellas en unos días en específico.Lunari era el árbol más destacado del frondoso parque. Un arce rojo de más de 50 metros de altura con un tronco impresionante y ramas robustas llenas de hojas. Como cada 23 de septiembre, los habitantes disfrutaban de este día al que llamaron “Cisma”. Aunque este día era aún más especial.
—No me puedo creer que tengamos la suerte de ver los doscientos años del Cisma.
—Que suerte, hay personas que no llegaron a ver ni el centenario. —Comentaron los ciudadanos.Sienna observaba a los niños que se sentaban en primera fila cerca de Lunari y poder ver el show lo mejor posible. Los disfraces sobresalian demasiado y se molestaban entre ellos con las pequeñas ramitas de árbol con lo que hizo que Siena soltara una pequeña sonrisa.
Eran cerca de las 17:00 cuando el sol comenzaba a esconderse detrás de Lunari en el horizonte. Aunque la población estaba emocionada por poder presenciar un evento tan significativo para la isla de Dalsai, era cierto que además de la señora Earbolt, nacida en el primer centenario y cumpliendo cien años, nadie había vivido tanto tiempo como para poder experimentar dos centenarios en una sola vida. A pesar de que solo se sabía de los documentos históricos del primer siglo, no se podía asegurar que sucediera lo mismo.光
Cuenta la historia, escrita por la misma Lunari en su puño y letra o lo que pudo escribir de ella, que el 23 de septiembre de 2030 el mundo se apagó solo para encenderse una nueva luz. Las ciudades de todo el mundo cayeron en una oscuridad profundamente intensa. El frío quemaba la piel por la falta del sol y el aire pesaba. Las aguas temblaron y absorbieron muchas costas y ciudades de todo el mundo. Las grandes ciudades perdieron la electricidad y por el propio apagón los residentes no se percataron de cómo las olas gigantescas los consumían y llevaban consigo las grandes y sofisticadas estructuras.
Al final, quedó poco más que las tierras céntricas que no estaban rodeadas por el mar. A pesar de estar presente, la luna solo tenía un tono naranja ámbar sin brillo. A este acontecimiento se le puso el nombre de Cisma.
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Luces de Dalsai
FantasyDespués de dos siglos de un evento que arrasó el planeta, Sienna Blythe y los residentes de Dalsai descubren que aún existían reinos que lograron sobrevivir a lo que llamaban el Cisma. La isla de Dalsai logró coexistir a pesar de sus diferencias y...