Ya tenía la costumbre de caminar por las calles durante los dos días a oscuras bajo la llama azul en septiembre de cada año, pero esta vez sentí algo diferente.
Los días siguientes a la celebración del Cisma, nuestra percepción del tiempo era diferente a la que teníamos normalmente. No sabíamos si eran las dos de la mañana o las dos del mediodía durante este tiempo sin mirar antes el reloj arcano. Los poderes de todos y cada uno de nosotros se extinguirian como el fuego rojo y solo podíamos depender de las armas sin magia y de la luz arcana que nos protegía.
Lo único que se podía escuchar en el amplio pasillo del ágora eran mis pasos en el suelo de mármol. La luz de los faroles de la pared se reflejaban perfectamente en los cristales del edificio blancos por la congelación, y si no fuera por estas ropas, yo estaría igual.Cuando abrí el portón me encontré con varias llamas azules y diferentes rostros conocidos de la asamblea de hermanos y conforme avanzaba veía con claridad a mis compañeros y superiores.
—Buenos días o tardes…— Me hablaba Newt con una sonrisa.— O noches. No sé— Saludé de vuelta con la mano a mi amigo y dirigí mi mirada al resto.
—¿Tensos? — Pregunté señalando con la cabeza a las nueve personas que se encontraban en la sala a parte de nosotros dos. Ni siquiera sabía por qué preguntaba, podía notarlo en el ambiente.
— Cualquiera lo estaría, no ha ocurrido nada así en 200 años.— Suspiró.— ¿Por qué tiene que pasar nuestra generación por una crisis? ¿no podía esperar a que me retirara?
—Pensaba que te gustaba el jaleo. — Le sonreí.
—¿Siiii? Pero referente a dramas amorosos e intrafamiliares de la gente no a un posible acontecimiento que pusiera en peligro a la isla.La gran mesa redonda de piedra estaba preparada para que todos los presentes tomaran su asiento y empezase la reunión. Estando todos en sus respectivos asientos solo una persona se quedó en pie, Romer, el mediador de las reuniones y quién ponía orden cuando se armaba el caos.
—Damos por iniciada la centésima trigésima tercera asamblea de los hermanos. Sé que no es común hacer reuniones durante estos días. Nuestra energía es más baja, la poca luz no nos permite reconocernos unos a otros y los puntos de hoy son, cuando menos… —Pausó con el ceño fruncido.— singulares. Así que hagamos de esta reunión algo beneficioso y rentable en lo máximo de lo posible.
El apuntador sacó papel y lápiz y comenzó a escribir cada palabra que Romer decía. Debido a la falta de iluminación, el hombre, acercó su vista a la hoja enfocándose con la luz arcana.
—El primer punto. Es posible inferir de los escritos que la voz que se escuchó durante el Cisma podría ser la de Lunari. Ulises la escribía con una voz firme pero femenina. con pausas suaves y entonaciones musicales. Por lo tanto, como todos entendimos ese día, era una advertencia.
Newt susurró un leve "obvio" al escuchar esa última afirmación. Era un poco irascible cuando tenia sueño y el cisma le quitaba más energía.
Solo pude ver el reflejo de la llama azul en un rostro que no lograba identificar cuando Romer alzó su mano hacia una silla muy lejos de la mía. Al parecer había alzado la mano para poder hablar.
—Deberíamos ampliar la vigilancia, a pesar de que nos cubra la protección de Shenlong. Podríamos correr peligro de un ataque si lo que dijo la voz es cierto.— Reconocí al portador de la voz al instante. Ghoddlar, el comandante oficial, por ende, mi superior y el de todos los guardias de la isla.
—Ya escuchamos tu petición ayer por la noche después de lo ocurrido, pero ahora mismo tanto el ejército como los habitantes se encuentran en un estado débil para ponerse en guardia. Si agrupamos a más soldados, más acabarán agotados. Lo mejor es seguir con los cambios de guardias de números reducidos. — Le rechazaba pronto Eleonor. — Además, eso solo lograria alertar a los habitantes.
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Luces de Dalsai
FantasyDespués de dos siglos de un evento que arrasó el planeta, Sienna Blythe y los residentes de Dalsai descubren que aún existían reinos que lograron sobrevivir a lo que llamaban el Cisma. La isla de Dalsai logró coexistir a pesar de sus diferencias y...