Hyunjin, El mejor amigo de Félix. Eran mejores amigos desde pequeños, soñando con gobernar un reino juntos. Pero por decisión del destino, Félix es separado de Hyunjin debido a un suceso... Un acto? O unas palabras?
¿Que habrá sido de la vida de amb...
Un gran resplandor que golpeaba mí cara hizo que frotara mis ojos con mis manos para después estirarme, pero unas grandes manos en mí cintura lo impidieron.
Sonreí al ver qué se trataba del hyunjin. Se veía tan lindo durmiendo, el parecía ser simplemente perfecto. Lo miré unos segundos para después acariciar delicadamente su mejilla.
-No me mires mucho, me da vergüenza.- Dijo hyunjin con su voz ronca y aún bastante adormilado y yo reí.
-Buenos días, hyun.- Sonreí.
-Buenos días, ángel.- me dijo aferrándose más a mí torso y yo entrelacé mis dedos sobre su larga cabellera rubia.
-¿Tienes hambre? Es algo tarde y pronto vendrán por ti.
Hyunjin asintió adormilado, quedándose dormido en mí pecho de nuevo. Por lo que me separé lentamente de él sin despertarlo para colocarme una sudadera blanca.
Se acercaba el invierno, y la temperatura había comenzado a bajar, por lo qué estaba algo frío.
Aproveché que era mí día libre y no había nadie en el palacio, ya que mí madre salió. Coloqué música clásica con mí delantal puesto y me dejé llevar, cocinando y a la vez bailando.
Estaba terminando de cortar la fruta cuando sentí unos brazos tomar mí cintura, para después girarme. Dándome la vista de un hyunjin con cabello desordenado, sin camisa y un pantalón de pijama.
-Ya casi está el desayuno.- le sonreí dulcemente.
-Mmh, ¿Por qué me dejaste sólo?- me dijo abrazándome y yo reí.
-Hyun, es tarde y necesitaba hacer el desayuno.- dije corresponiendole el abrazo.
-Ayúdame a terminar de cocinar y te daré un regalo.- sonreí. Y hyunjin se separó alegre y se colocó su delantal rápidamente.
Terminamos de hacer unos pancakes con fruta, unas galletas con chispas de chocolate y un chocolate caliente. Nos sentamos a comer y estaba todo muy rico, platiqué mucho con hyunjin pero ya casi era hora de que viniera Minho, así que nos arreglamos.
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Llevábamos bastante rato caminando por el pueblo, hasta que llegamos a la entrada esperando a Minho, pero hyunjin habló.
-En el desayunó mencionaste que me darías un regalo...- dijo sonriendo algo emocionado.
-Tienes razón, ¿Que te gustaría...?- pregunté con un tono curioso e inocentemente. Para después sentir las manos de hyunjin atrayéndome hacía él tomándome de la cintura, acorralándome en un árbol cerca, estábamos tan cerca que podía sentir su respiración.
-Hyun...- Elevé mí mirada directamente conectando con sus ojos. Éste me miró con una mirada fuerte y llena de deseo. Se acercó más a mí.
-Quiero besarte, enserio quiero hacerlo lix, solo déjame... Hacer ésto.- dijo para después terminar con todo el espacio que nos separaba. Juntando sus labios contra los míos.