Tercer debate

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Hola todos mis queridos lectores, una vez más les traigo otra entrega de Debate de Corazones. Este es el último capítulo de este fanfic.

Aclaraciones de este capítulo: toma lugar justo donde quedamos del capítulo 2. Como saben el 2.5 es ñapa.

Espero que lo disfruten.

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Zulay y Lombana se separaron rápidamente al darse cuenta de que habían sido descubiertos, pero sus explicaciones cayeron en oídos sordos. Cuando preguntaron qué hacía Mulino allí, este admitió con una sonrisa burlona: "No me dejaron entrar, pero eso no me detuvo para conseguir una primicia. ¿Ustedes creen que nadie los iba a ver? ¡Son tontos!".

Una sensación de pánico los invadió mientras intentaban desesperadamente recuperar el control de la situación. Compartieron una mirada cargada de complicidad y sin necesidad de palabras, intentaron forcejear por el celular donde Mulino les había tomado la foto.

Zulay se lanzó hacia Mulino, tratando de arrebatarle el teléfono, mientras Lombana intentaba agarrarlo por la espalda. Mulino se movió ágilmente, esquivando sus intentos desesperados mientras reía con malicia.

El forcejeo continuó, cada movimiento cargado de tensión y desesperación. Zulay y Lombana estaban determinados a recuperar el control de la situación, pero Mulino se mantenía un paso adelante, aprovechando su ventaja.

Finalmente, en un momento de frustración y desesperación, Zulay gritó: "¿Qué quieres para que no digas nada?"

Mulino la miró con una expresión calculadora. "Quiero ver a Martinelli", respondió con frialdad.

Lombana quedó en estado de shock por la revelación de Mulino, su mente luchando por procesar la situación. Miró a Zulay con una mezcla de incredulidad y preocupación.

"Zulay, ¿por qué sabes dónde está Martinelli? ¿Ese man no esta desaparecido?", preguntó Lombana, su voz temblorosa por la intensidad del momento.

Zulay lo miró a los ojos, su expresión sombría pero decidida. "Eso lo hablamos después", respondió evasivamente. "Ahora tenemos que resolver esto."

Estaban a punto de irse con Mulino, pero Lombana sintió un impulso irresistible de retener a Zulay a su lado. Agarró su brazo con firmeza, mirándola con determinación. "No vas a ningún lado sin mí", declaró, su voz llena de determinación y protección.

Zulay se sorprendió por la firmeza de su tono, pero al mismo tiempo sintió un calor reconfortante en su interior. Asintió en silencio, reconociendo el gesto de Lombana, y juntos se prepararon para enfrentar las consecuencias de sus acciones, sabiendo que juntos serían más fuertes.

Zulay llevó a Mulino al segundo piso de la Casa Redonda, sorprendiendo a Lombana con su acceso a esa área restringida. Antes de que Lombana pudiera preguntar cómo había obtenido acceso, Zulay le cortó con una mirada significativa, indicando que era mejor no hacer preguntas.

Mulino corrió hacia los brazos de Martinelli, preocupado y aliviado al mismo tiempo. "Mi amor, ¿estás bien? ¿Dónde está Brunito?", preguntó con voz temblorosa.

Martinelli asintió, intentando mantener la compostura."Brunito está aquí"dijo y el pequeño perro soltó un ladrido feliz "Ya casi todo está listo para nuestro escape", respondió con determinación, tratando de infundir confianza en sus palabras.

Las lágrimas llenaron los ojos de Mulino mientras se aferraba a Martinelli, reacio a dejarlo ir. Sin embargo, su angustia se convirtió en furia cuando se volvió hacia Lombana, acusándolo de ser responsable de la difícil situación en la que se encontraban. "¡Es tu culpa que Ricky esté pasando por todo esto!" gritó, su voz llena de dolor y resentimiento. "Él no es un chico malo, sólo quiere ser él mismo."

Debate de Corazones: Entre Ideales y PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora