Blasfemia

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Sus compañeros le habían dicho que no debía preocuparse por los demonios de menor rango, apenas empezaba y era normal que no fuera capaz de exorcisarlos por completo.

Sin embargo, para Kyojuro, infundió una pequeña espina de inseguridad y envidia.

Así que, en un intento desesperado de probar a sus compañeros que era bueno en lo que hacía, termina invocando a un demonio de alto rango. Fue un error.

Uno que le traería consecuencias a su pobre corazón.

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El joven rubio caminaba por los pasillos con cierta velocidad, no empezaba a correr porque sería altamente sospechoso y lo que menos quería en ese momento era responder las preguntas de sus compañeros.

- ¿Correr no sería más rápido para huir de mi?

- ¡Déjame en paz y desaparece de una vez demonio!

El rubio le lanzó un pequeño jarrón de decoración que había en su habitación cuando logró llegar a ella. El demonio sonrió mostrando sus colmillos al atrapar dicho objeto, dejándolo de lado y empezando a acercarse al chico.

La puerta a sus espaldas se cerró con seguro, Kyojuro trago duro, buscando algo con lo que defenderse.

- Que delicia de aroma, el miedo siempre huele exquisito.

- No te tengo miedo.

- Oh, por supuesto. Porque eres tan valiente y fuerte que apenas me viste, huiste. Si, seguramente ese rico olor no viene de ti.

- No uses el sarcasmo conmigo.

El demonio se paseó a su alrededor, moviendo su cola en movimientos parecidos a los de un gato, analizándolo. El pelirosa sonrió en grande cuando sujeto las manos del rubio por la espalda y lo puso contra la cama.

- ¡Sueltame! ¡Déjame!

- Si, ese delicioso aroma viene de ti.

Una lengua áspera y larga se paseó por el cuello del rubio, quien soltó un jadeo de sorpresa. El cuerpo le tembló cuando sus manos fueron sujetadas con más fuerza. Fue en ese momento donde sintió que realmente lo había arruinado.

- Eres un demonio de la lujuria.

- No, no. Yo soy el demonio de la lujuria, querido.

Kyojuro comenzó a entrar en pánico, debía liberarse y tratar de huir. Si se quedaba más tiempo no quería ni imaginar todo lo que ese demonio le haría a su pequeño y santo cuerpo. Ese último pensamiento le dio las fuerzas para patear al demonio, quien lo soltó y retrocedió sorprendido.

- Ya veo, una daga fundida en fuego celestial. Ni siquiera aquí esos malditos del cielo dejan de molestar.

- Es solo para situaciones de emergencia, como está.

- ¿Ustedes los humanos catalogan el invocar sin permiso ni control a un demonio de alto rango como una "situación de emergencia"? Vaya, me siento halago que estén en lo correcto.

Kyojuro apretó los dientes, lo hacía a propósito. Ese maltido demonio lo hacía a propósito, lo odiaba. Y también se odiaba por haberlo invocado en primer lugar, ojalá pudiera ir al pasado y detener ese evento.

- Solo desparece de una vez.

- No puedo.

- Claro que si, solo que quieres arruinar mi existencia y por eso te quedas.

- No, en realidad no puedo.

La cola del demonio se movió de forma lenta mientras tomaba asiento en uno de los muebles de la habitación del rubio, su mirada recorriendo todo el cuerpo del humano y sonriendo de una cierta forma, que a Kyojuro le incomodó.

AKAREN WEEK 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora