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Veo la nieve cubrir la ciudad desde la ventana del consultorio de la doctora que me hará mi chequeo. Mi abuela insistió tanto en venir porque quiere verlos por primera vez y termine accediendo, por lo que entra conmigo una vez que llaman mi nombre.

Obviamente omito la parte donde casi muero en aquel baile, por lo que procedemos al ultra sonido, donde me levanto la blusa y bajo un poco el pantalón para que me unten de gel.

-Dios, estoy que me meo.-dice mi abuela haciéndome reír, la doctora también sonríe y miro la pantalla esperando ver mis dos amores.

-ahí los tenemos.-dice y efectivamente, las dos figuras están ahí, y está es una de las cosas de las que me jamas me cansaré, me dará nostalgia cuando de a luz y deje de venir.

-No veo...-dice mi abuela y le señalan la pantalla, me grabo su reacción en mi cabeza y los ojos se me empañan al ver la forma de mis dos hijos.-Ay, son tan pequeños.

-¿Doctora, es normal que aún no se note mi embarazo?.-pregunto algo atemorizado, se que mi embarazo es anormal pero, ¿aun así debe verse, no?.

-Es normal en algunas personas, ten en cuenta que tenías anemia de la cual te curaste, los momentos de estrés y tristeza repercuten en ti.-si bueno, ya nada en mi vida es normal.-Debes comer lo que debes, nada de tomar ni nada de eso, si tienes un antojo, complételo.

-es que su cuñada le puso una estúpida dieta que ni sirve.-se queja mi abuela sin dejar de ver la pantalla.-pero bueno, su cuñada no está aquí así que la llevaré a donde quiera a comer.

-seris bueno, una buena distracción.-dice y pone los latidos que amo escuchar.-solo que eso si, no ahorita por la nieve.

-Sabemos cocinar, eso es lo bueno.-asiento deleitándonos con el sonido.-se escuchan tan lindo...

-están creciendo muy bien.-me quita un peso de encima.-no hay de que preocuparse.

Después de limpiar mi abdomen, me cubro con mi ropa para poder irnos. Mi abuela maneja con cuidado, miro la nieve en las calles, como en los tejados de las casas que vamos pasando, niños jugando con la nieve, y espero ver a los míos también haciendo lo mismo. Ya veo sus narices rojizas por el frío, así como bien abrigados pareciendo bolitas.

-aprovecharemos la ausencia de Aura para que comas todo lo que te apetezca.-sonrío al saborear toda la comida de la que me privaron. Se que ella lo hacía por cuidarme pero es que...¡se me antojan tanto unos tacos!.

Una vez que llegamos a casa, veo a mi padre en la cocina haciendo un café, en cuanto me escucha entrar alza la mirada para verme.

-¿fueron a comprar tacos?.-asiento poniendo la bolsa con los platillos en la isla.-pero si tardaron demasiado.

El no sabe nada de mi embarazo, no encuentro el momento indicado para decirle.

-Hay nieve y debíamos manejar con cuidado.-digo. Saco los platillos de sus bolsas colocándolas en su lugar bajo su mirada. La cual me examina y siento que mira a través de mi, lo miro y no se que tiene que se ve...-¿sucede algo?.

-Tu mirada...nunca la mire más brillante.-se acerca a mi. Mi padre es alto, creo que hasta del mismo vuelo de Jerome, se parece a Hunter pero con cabello canoso.

-Bueno, siempre ha sido así.-digo y el asiente.-quizá no lo notaste.

-Te he visto en las fotos, tu mirada estaba decaída.-dice y me sorprende que lo haya notado porque jamás hablo de eso.-Con lo de Charles.

Anhelo: Perdición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora