Libre (hiccup x tú)

Capitulo 1

          ____ Freysson

Y aquí estoy, en medio del inmenso mar, víctima de una rabieta de mi padre que desembocó en mi exilio. Dos semanas han pasado desde que perdí de vista tierra firme, y mis fuerzas flaquean. La decisión de escapar de mi hogar ahora me parece como una sombra que me persigue en este vasto océano, donde mi destino se desvanece entre las olas.

—Supongo que es inevitable. Mi propósito estaba escrito: morir en medio del mar, olvidada por todos, eso es... algo triste... — dije recostandome en la madera de mi pequeño barco cerrando los ojos— Quizás fue un error haber discutido con papá, pero eso ya no importa.

Hace días que me rendí. Dejé de navegar y me entregué a las olas, permitiendo que me llevaran a donde ellas quisieran.  

En medio de mis pensamientos sobre el anhelo de regresar a mi hogar, fui sacudida por la oscuridad repentina. Abrí los ojos lentamente, solo para encontrarme con una tormenta imponente que yacía sobre mí.

—Mierda, definitivamente no sobrevivire — intente reforzar el viejo mástil y abri las velas con la esperanza de escapar de aquella tormenta, pero era demaciado tarde.

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Luchaba contra las olas embravecidas, el rugido del viento y el estruendo de las olas se fusionaban en un caos ensordecedor mientras luchaba por mantener el control del barco. La lluvia azotaba mi rostro mientras me aferraba al timón con desesperación.

Una ola monstruosa se alzó frente a mi, amenazando con engullir mi frágil bote. Con un estruendo ensordecedor, la ola se estrelló sobre la embarcación, derribándola con fuerza.

Me sumergida en las oscuras profundidades del mar, luchando por mantenerme a flote en medio del caos. De repente, me encontré incapaz de ver algo. Solo percibía el sabor salado del agua invadiendo mis fosas nasales, y luego todo se volvió oscuro.

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Tosí desesperadamente, expulsando todo el agua que había entrado por mi nariz y boca. Me impulsé hacia adelante con los codos, arrastrándome con esfuerzo hacia la arena. Cada centímetro era una lucha agotadora, mi cuerpo entero dolía como si hubiera sido golpeada una y otra vez.

Luego de esa tormenta tan atroz, aún estaba viva... quizás mi destino no era morir después de todo. Me levanté de la fría arena, aún sintiéndome aturdida. La noche estaba a punto de caer y, siendo sincera, no quería pasar demasiado frío, asi que decidí buscar un poco de leña para prepararme.

Me adentre en el lúgubre bosque que bordeaba la playa, comencé a recoger ramitas y hojas para encender mi hoguera. Después de un rato, logré encender el fuego y me esforcé por calentar mi frio cuerpo. Mi estómago gruñía como una bestia; el hambre era feroz. Lamentablemente, los suministros del barco no sobrevivieron.

—Por los dioses, si no morí ahogada, probablemente moriré de hambre.—me dije a mi misma mientras escuchaba gruñir mi estomago.

—Ya es demasiado tarde, creo que es mejor descansar, mañana me ocuparé de ti— dije refiriendome a mi estomago.