Libre (hiccup x tú)

Capitulo 4

 ____ Freysson

Después de aquel suceso, las cosas cambiaron drásticamente. Hiccup discutió con Estoico sobre la decisión de dejarme libre definitivamente. Al parecer, Estoico no cambió de opinión, pero tampoco ordenó que me encerraran de nuevo. He tratado de hablar con Hiccup sobre lo que sucedió. No quisiera causarle más problemas con su padre, pero por más que intento tocar el tema, él lo evita cambiando la conversación. Es algo incómodo ir por Berk y ver a Estoico fulminándome con la mirada. No estoy segura si sería buena idea conversar con él. He hablado con Brutacio sobre eso, y me aconseja que me aleje, porque no sería bueno tener a Estoico como enemigo...

Las cosas con Astrid han sido... incómodas, muy incómodas. Ella le dice a Hiccup que todo está bien, pero cuando estamos solas, me deja muy en claro que no le agrado.

—Buenos días, Astrid.

—Buenos días— respondío, sin hacer contacto visual.

—Oye, ¿qué te parece si damos un paseo juntas? Para conocernos mejor y alivianar el ambiente entre nosotras— sugerí.

—Lo siento, tengo trabajo que hacer. Debo llevar estas hachas con Bócon y no tengo tiempo suficiente como para desperdiciarlo contigo—respondió aun sin mirarme.

Ella comenzó a alejarse, y sentí que mi intento había fracasado. Hiccup se acercó y me saludó. 

—Buenos días, ___—dijo. —Los chicos ya están en el comedor, ¿vienes?.

—Si-i, voy tras de ti— respondí, siguiéndolo hacia el comedor.

[...]

Todos estábamos sentados en el comedor, todos menos Astrid. 

—Qué sucede, ___? Te veo más pensativa de lo normal— preguntó Hiccup. 

—Perdón, he estado distraída últimamente— respondí. 

—¿Es por Astrid?. 

—Siento que por mi culpa se está alejando de ustedes. Rayos, estoy arruinando su amistad— Hiccup tomó mi mano con amabilidad y la apretó ligeramente. 

—Para nada, ___ . Astrid siempre ha sido complicada, pero tú no influyes en eso.

—A veces es una cascarrabias— añadió Brutilda. —Creo que necesito hacer las paces con ella— mencioné. 

—Yo puedo acompañarte, dulzura. Sé exactamente dónde se encuentra ahora— se ofreció Pátan.

Cuando estaba a punto de levantarme, Hiccup me sujetó fuertemente del brazo. —Yo también los acompaño— dijo. 

—¿Hiccup? 

—Créeme, no quieres estar a solas con el— susurró.

Acompañada por Pátan y Hiccup, nos dirigimos hacia donde se encontraba Astrid. El ambiente se tornó tenso mientras avanzábamos hacia nuestro destino. Cuando finalmente llegamos al lugar donde ella realizaba sus entrenamientos, mi corazón comenzó a latir más rápido.

—Bien, quédense aquí. Quiero hablar con ella a solas, si no les molesta— les dije.

—No, para nada, hermosa. Ve a hacer lo tuyo— respondió Pátan.

—¿Estás segura? Tal vez podamos ser de apoyo moral—preguntó Hiccup, preocupado.

Tomé a Hiccup de los hombros e hice que me mirara fijamente. —Escucha, estaré bien. No creo que ella sea capaz de matarme— le aseguré.