ROCK N LOVE; 𝗞𝗠 [AU]

Goosebumps Pt2

Capítulo Narrado

Jungkook como de costumbre llegó con su parlante a la plaza dónde siempre se reunía con sus amigos. No era un grupo grande, pero siempre es preferible calidad antes que cantidad. Más aún cuándo varios le echan mala vibra encima, pues no es un secreto que es codiciado, sinó consultenle a su casillero que recibe todas las cartitas de amor que le envían.

Seguido de él llegaron Yoongi, Jin y hoseok, qué siempre se iban juntos porque vivían cerca, lo cuál facilitaba mucho las cosas para sus salidas. Yoongi sacó una cajetilla de cigarrillos de su mochila, ofreciéndole uno a Jungkook, quién gustoso lo tomó al igual que Hoseok. Mientras tanto pasando totalmente de Jin, quién nunca ha tenido vicios y no por tener ellos ciertos hábitos iban a malinfluenciarlo a él.

— Yoongi ¿andas con fuego, cierto? — Le preguntó el azabache a su amigo luego de buscar un rato entre sus cosas. - Porque lamento informarte que se me quedó el encendedor en casa.

—... ¿Me estás jodiendo? Siempre traes tú y justo ahora que yo no tengo, se te ocurre dejarlo en tu casa, idiota. — Habló mirando mal al contrario, quién sólo le hizo una mueca burlona y con una sincronización perfecta miraron a Hoseok. Él no podía fallarles ¿verdad?

—¿Qué miran? ¿Tengo cara de tener encendedor? Si fumo solamente cuándo me veo con ustedes, no es vicio. — Mencionó encogiendose de hombros a la misma vez que tomaba asiento junto a Yoongi, devolviéndole el cigarrillo sin prestarle mucha importancia.

Jin sólo observaba la escena entre esos tres con una sonrisa en su rostro, pues no era la primera vez que algo así ocurría y para la suerte y salvación del grupo, él ya estaba acostumbrado a ser quién resolvía. Así que con todo el orgullo y la cara en alto, se quitó su mochila y sacó un soplete de cocina de su mochila, lanzandolo a las piernas de Jungkook.

— Qué mierda, no te puedo creer que hayas traído un soplete. — El azabache estaba a punto de carcajearse en su lugar, pero Hoseok y Yoongi ya se habían adelantado, la situación era memorable.

Final feliz, los tres pudieron fumarse su cigarrillo diario antes de entrar a clases, obviamente no sin antes bañarse en perfume. Los profesores podían mirarlos o tenerles mala onda por su rebeldía, pero no podían decirles nada sabiendo que habían alumnos mucho peores. Además un punto que siempre les jugaba a su favor; puntualidad.
Siempre eran los primeros en llegar, y en los eventos que hacía la institución, siempre buscaban a Jungkook para presentarse.

Jungkook, Yoongi y Hoseok se volvieron amigos en 6to básico, luego se las pelearon todas con sus padres cada uno para poder terminar en el mismo Instituto. Jin se unió después en 1ro medio, aislandose del resto, pero sin poder salvarse de los tres mosqueteros que les encantaba adoptar gente. Qué luego se quedaran con ellos ya era un cuento diferente, claro.

Wherever I May roam, Jungkook no podía dejar de escuchar esa canción, parecía disco rayado. Llevaba fácil unas 2 semanas poniéndola cada día.
Yoongi no se aguantó más y se lo reprochó(jalándole del pelo y diciendo que no lo iba a soltar hasta que hubiera democracia) hubo una pequeña discusión en la que a favor del pueblo y gracias a que los tres se fueron en contra del tatuado, Yoongi pudo escoger una canción.

Goosebumps, y fué maravilloso, por fin cerrando todo un ciclo.
Qué alivio.

— Me quitaste casi un mechón entero. Agradece que no he publicado tu foto vergonzosa de cuándo te vestiste de maid por una frikiland cuándo éramos otakus. — Masculló entregándole el parlante a Yoongi. ¿Desde cuándo los duendes tenían tanta fuerza? Casi le arrancaba hasta el cerebro, maldito salvaje.

— ¿Y si mejor cierras la boca? Qué no se te olvide que todos aquí tenemos fotos humildes. — Apenas y se podían escuchar entre ellos por el volúmen de la canción, pero una vez cerca del salón se dedicaron a bajarle.

Entraron con normalidad, mirando de reojo al bajito de cabellera rubia que se hallaba mirándolos con cara de perro, eran idiotas(claro que sí, obvio, siempre) pero no lo suficiente como para no darse cuenta de que él era el nuevo de quién hablaba Yoongi, o para no darse cuenta de que Jungkook andaba de ojo alegre.
Eran las 7:30am cuándo llegaron, y no fue hasta que tocaron el timbre que el pelirrubio se fué.

— Fua, qué mino más precioso. — Suspiró embobado Jeon en su lugar finalmente relajando su cuerpo y dejando ir la tensión que se había acumulado en el mismo, todo por andar intentando mantenerse en posiciones que lo hicieran ver interesante. De todas formas fué en vano porque el rubio no volvió a dirigirle la mirada, esa llamativa mirada de ojos zafiro que estaba dispuesto a volver a conseguir.

— No te lo niego, pero el princeso tiene una cara de ser un pesado de mierda. — Opinó Yoongi lanzando su cuaderno y estuche de mala gana sobre la mesa antes de que la clase comenzara.

Jungkook sólo pensaba una cosa

¿Cómo puedo acercarme a ti? Tú.