Tristeza C A P I T U L O 1

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Así se siente, como si te sacaran el corazón del pecho, lo estrujan y revienten en mil pedazos, como ojos que lloran lloviznas eternas de lágrimas que luego se convierten en sangre por sentir tanto dolor, como la lejanía de dos personas que un día juraron amor eterno y se amaron tanto, pero tanto que hoy se miran y se odian. Así es la tristeza que busca un hueco en tu piel y se hunde, escarba y se aloja en las entrañas mas profundas de tu ser. Así se siente, como la perdida de mamá, de papá y del hermano que ya no tengo, que ya no siente. Que tenía las mismas posibilidades que tengo yo para realizarse e intentar ser "feliz" y hoy ya no puede.

Así se siente, cuando tu compañero de vida decide cambiarte por otra persona a mitad de camino, a mitad de carrera, con la casita casi terminada, con el auto, con la perra, con el patio donde soñabas algún día ver a tus hijos correr. La tristeza se siente también en la soledad, aquel sentimiento letal, que romantizamos en pleno siglo XXI, que no damos cuenta de lo grabe que es, hasta que un amigo decide acabar con su vida de la peor manera y luego están todos lamentándose y resaltando sus valores y lo buena persona que era en redes sociales, cuando en lo cotidiano a ese amigo nunca le llego un mensaje ni siquiera de los buenos días.

Un día eres niño, amaneces en tu cama, calentito, entra mamá a la habitación y te dice está lloviendo, de repente todos esperamos la magnifica pregunta de mamá: ¿Queres quedarte? Nuestra mirada ya decía si, sabíamos que era el día mas espectacular de la semana, desayuno en la cama, dibujos animados en la tv, el día se pasaba compartiendo con mamá, papa y hermanos. Son recuerdos que se atesoran en el corazón, alma y memoria. Es triste no volverán. El tiempo no puede volver atrás, pero ese sentimiento de satisfacción de recordar el mejor o los mejores momentos vividos, son tuyos, nadie te los puede quitar. Haya la veo, se aproxima, ahí viene, es la tristeza, que se apodera de mí, de mi familia y la rompió para siempre, cada uno tomo su rumbo, agarro viaje, como dirían por ahí. De repente los domingos de almuerzos quedan suspendidos, por el resto de las semanas, los meses, los años, por siempre. Ya no recuerdo la última vez que compartimos la mesa, donde estábamos todos, donde ahora no hay nadie, ahora ocupan otras mesas, sus mesas.

Recuerdo la cachetada que papá le dio a mamá, pero más la cachetada que medio mamá, hay golpes que quedan marcados en la piel, y no se olvidan, eso fue triste, fue tristeza, que se repita una y otra vez, significo para mi terror, miedo, sumisión. Ahora como intentarlo, si una equivocación significaba la cachetada de mamá asegurada.

La tristeza se representa en la vida a través de múltiples momentos, escenas, vivencias, palabras, es un sentimiento que habita en el corazón, en el cuerpo, alma y espíritu de cada SER HUMANO. Es un sentimiento que mata, pero que también transforma, estuve al borde de mi abismo, prometiéndome una y otra vez no dejarme caer. Mil veces estuve a punto de perder la batalla, de darme por vencido, pero cada intento fue inútil, una voz me dijo Lautaro no lo hagas. Desde entonces comencé a transitarla, a encontrarme con ella, tratar de conectar con el origen que la causo, aquel momento que me daño. Teniendo  el último gatillo, decidí apostar por la vida, mi VIDA. Así que ánimo, no estás solo, no minimices tu tristeza, habla con un amigo y si no tiene un amigo de confianza, haz mil cosas más. Haz ejercicio, grita encima de una montaña a los cuatro vientos, escribe canciones, párrafos, libros enteros, baila, canta, pero no te guardes por nada en el mundo tu puta TRISTEZA.  

El Prófugo RefugiadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora