18: Tentación o impotencia... ¿Cuál prefieres?

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____ 𝗔𝘀𝗵𝗳𝗼𝗿𝗱

—¿Cariño, te pasa algo?

Mi guapo ojiverde se había quedado callado y con la vista perdida en la nada.

—Yo... Estoy bien, no es nada.

—¿Seguro?

—Sí —afloja un poco el nudo de su corbata—, ¿qué hay de ti? ¿tienes sueños?

—No lo sé, creo que el más cercano a un sueño como tal es el de ser una artista.

—Pues si haces cuadros como ese —señala con la cabeza el que hice de él—, te aseguro que nadie va a comprarte ninguno.

Suelto una gran carcajada que lo hace reír también.

—Primero, ese cuadro es fabuloso, así que cállate. 

Él no deja de reír.

—Y no creas que no sé pintar, las clases con mi madre desde que puedo usar mis manos razonablemente no fueron en vano. 

Suelta una risita burlona—¿Usar tus manos razonablemente? Lo dudo.

—¿Qué quieres decir? —esto se está poniendo más divertido.

—Tienes manos peligrosas, no creo que las uses de manera razonable precisamente. 

Eso acaba de encender una chispa en mí.

Jugueteo con mi copa mirándolo fijamente.

—¿Quieres saber de lo que son capaces mis manos? —digo con tono seductor.

—Espera, ¿de qué estamos hablando ahora? ¿De arte o de–

—De lo que tú quieras.

Five mantiene esas hermosas esmeraldas fijas en mí, analizando cada parte de mi rostro. 

Mis manos empiezan a temblar un poco ante los nervios que él me causa.

—Basta, sé lo que estás haciendo y no lo lograrás. 

—No sé de que hablas —digo con inocencia.

Se levanta de la mesa para tratar de llevar los platos a la cocina, pero yo soy más rápida y lo detengo, quedamos frente a frente.

—Aleja tus manos irracionales de mí.

Ambos reímos levemente ante el comentario.

Nuestras miradas acaban en la boca del otro, como impulso entreabro mis labios. 

Mi mano se desliza lentamente por su pecho, sintiendo lo fuerte que está.

«Dios mío, ¿cómo pudiste crear un hombre tan bueno como este?»

Siento su mano posarse sin un grado de timidez en mi cintura, apretándome contra él.

Nuestras respiraciones empiezan a descontrolarse con rapidez, por lo que ambas se mezclan de forma tentadora al estar tan cerca.

—Dime, Five...

—¿Qué?

—¿Crees en serio poder resistirte a mí? 

Acaricia suavemente con su pulgar mi labio inferior, mis piernas flaquean como espaguetis. 

—Vaya que eres egocéntrica.

—No lo digo con egocentrismo, se lo pregunto a tu corazón y cuerpo, no a tu mente.

Su dedo sigue acariciando mi labio mientras observa cada detalle de mí.

¿Quién es el secuestrado? - Five Hargreeves ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora