Epílogo

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¿Quién lo diría?

Los exámenes finales acabaron, ya no estudiamos en el instituto. Las cosas no acabaron tan mal después de todo.

Luego de unas semanas sin hablar con ningún miembro de Out Voices, volví a retomar nuestra amistad, ellos me comprendieron así que no hubo ningún problema. Con Ángel seguí la linda amistad que teníamos antes de mi confesión, y pues con Alan... Las cosas fueron bien. Decidí no romper el lazo que habíamos formado en tan poco tiempo por algo como lo que pasó, no tenía caso.

-Ricitos, ¿vienes esta noche? -dijo Alan en un tono bastante alto desde su casilla en el inmenso pasillo del instituto, al ser el último día, todos recogían sus cosas, yo hacía lo mismo-

-Estaré ahí -respondo con una sonrisa, él la devuelve y se marcha-

Hoy en la noche la banda tocará en un bar al centro de la ciudad, con su primer tema propio, yo estuve presente en cada momento de su progreso, les llevó un mes y medio lograr hacerlo.

///

-Diablo, ¿Por qué será que Elisdey nunca está lista a tiempo? -se queja Kathy, quién está a mi lado en el asiento del copiloto-

-Ni lo digas, aún tenemos que pasar por Debb y seguramente tampoco lo estará -contesto algo frustrada, no me gusta ser impuntual-

-Haz algo para que llegue ya, por favor -esta vez habló Yanisley, quien estaba junto con Jennifer en los asientos traseros chateando con algún ligue-

Bien, ya son las 8:48pm, el concierto empieza a las 9:00pm, me harté.

Comencé a presionar el claxon del auto más de cincuenta veces por segundo, ella debía escucharme desde su casa. Pasó un minuto de claxon intensivo, hasta que por fin salió.

-Lo siento, saben cómo soy -se excusa la morena impuntual entrando al auto-

-Pues deberías comenzar a alistarte tres horas antes -ataco, siempre la reprendo cada vez que hace algo como esto, o sea, llegar tarde-

-¿Crees que no lo hice?

-Como sea, ahora vamos a por Deborah, llámenla desde ahora para que termine de alistarse en los diez minutos que llego a su casa.

///

Ya llegamos al bar, diez minutos tarde, como de costumbre por culpa de la rubia y la morena impuntuales. Por suerte y desgracia, Out Voices tuvo un problema con el sonido, así que se atrasó un poco y no nos perdimos nada. El sitio estaba lleno prácticamente, conseguimos una mesa gracias a que Alan y Daniel la reservaran para nosotras, era la más cercana a ellos.

Pude mirar a Alan, concentrado mirando fijamente sus baquetas apoyadas en la batería, parecía nervioso. Aunque el más nervioso, como de costumbre, era Helen.

-¡Buenas noches, bello público! -gritó Tobías con ánimos, él nunca está nervioso-

Mis tímpanos sufrieron los gritos y aplausos de los presentes, incluyendo los de mis amigas.

-¡¿Listos para ser los primeros en escuchar nuestra primera canción?!

Más gritos de:

"Te amo, Tobías"
"Cásate conmigo, Alan"
"Helen hermoso"
"Daniel que guapote"
"Ángel, embarázame"

Claro, un público muy sano.

El pelirrojo de ojos verdes le hizo una seña a los demás, Alan con sus baquetas marcó el tiempo para iniciar, Y COMENZARON.

Vaya canción, desde el inicio con un ritmo pegajoso y único. Claramente, hablo como si no la hubiese escuchado millones de veces durante un mes y medio, pero en ese momento, en ese lugar, la canción se volvió increíblemente espectacular. Los chicos la daban toda, y nosotros sus espectadores la disfrutábamos a lo grande.

La canción cesó, Out Voices se sintió satisfecho con el resultado, lo sé. Todos sudados y jadeando, con una sonrisa extendida en todo su rostro agradecían a los que vinimos a observarlos.

Su segunda presentación también fue un éxito. Pidieron un tiempo para beber agua y descansar, aunque haya sido una sola canción, sus nervios de mostrarlas agotaron sus energías por un rato. En unos minutos estaban con nosotras, Daniel a un lado con Debb, Tobías con Elisdey y pues, todos los demás regados por ahí entre nosotras. Alan, como de costumbre, a mi lado.

Hablamos por un tiempo, dándole mérito a la banda por el trozo de espectáculo que brindó, luego, pasó a ser una conversación de cualquier tema. Un camarero se acercó con nuestras bebidas, el chico de ojos hipnotizantes me tiende la mía, y él toma la suya. Noto que se me queda mirando unos segundos más de lo que debería, debo decir que me siento juzgada.

-Ricitos.

Levanto la vista, incluso sentado a mi lado es muchísimo más alto, lo miro unos segundos cortos y vuelvo la mirada hacia mi copa con piña colada.

-Ujum... -hago un sonido mientas sorbo mi bebida para indicarle que continúe-

-Está muy hermosa usted esta noche.

No pude evitar sonreír aún con la pajilla en mis labios, admito que fui bien arreglada.

Mi vestido negro, sin estampado, dejaba a la vista mi tatuaje del muslo. Ceñido excepto las mangas, las cuales eran holgadas que quedaban tal cual como alguna túnica de un mago de Hogwarts. Mi cabello iba alocado, el maquillaje era sencillo, pero igual no es algo que me hago todos los días. Y el calzado que llevaba era unos tacones no tan altos y unas cintas lo ataban alrededor de la mitad de mi pantorrilla, eran simplemente precioso. De mi cuello colgaba una cadena fina plateada, luciendo bien gracias a mis hombros descubiertos.

-Gracias, guapo. Usted también luce muy bien.

Alan sonríe y yo finalmente lo miro directamente a los ojos, esos ojos azules en los cuales me pierdo cada vez que los veo. Son tan... Increíbles. Alan en los últimos meses fue el mismo que antes, y lo agradezco. Seguía siendo el mismo chico que a veces dan ganas de aventarlo por una ventana, pero con buenas intenciones.

Decidimos olvidar todo lo que pasó, yo me obligué a hacerlo. Al final, me apresuré mucho, nadie tuvo la culpa de nada, solo las cosas no debían pasar y ya. Estoy consiente. Antes me empeñaba en culpar a alguien, para después de un tiempo caer en cuenta que nadie tenía la culpa.

Ahora estamos todos juntos siendo felices a nuestra manera.

Daniel y Deborah eran felices juntos, ella pudo entrar a una academia de fotografía.

Elisdey y Tobías tenían una relación muy peculiar, ella también pudo incluirse en una academia de moda.

Kathy y Yanisley se fueron más por el baile y no, no les interesaba ningún chico.

Jennifer pues, no tenía muchas ganas de seguir estudiando así que no lo hizo, seguía con sus miles de ligues y existiendo, simplemente.

Alan entró a una universidad para poder estudiar medicina.

Helen y Ángel, pues seguían con su banda sin que nada ni nadie les pudiera quitar más tiempo.

Y yo pues, pude también entrar a una universidad donde espero al finalizarla convertirme en bióloga. Estoy siendo feliz, estudiaré lo que siempre quise y estoy rodeada de personas que quiero en mi vida.

¿Se podrá decir que esta historia fue TODO MENOS UN CLICHÉ?

Nah... no lo creo.

Todo Menos Un ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora