Capítulo 11

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Jaemin no estaba seguro de qué esperar cuando entró en la gran habitación a la que había sido conducido. Ciertamente no esperaba ver al Anciano Sihyuk, a Minho, y a un hombre al que nunca había visto antes y sentarse a charlar sobre el clima. Incluso tenían bebidas en sus manos.

Esta tampoco era la oficina del Anciano Sihyuk. Parecía una especie de sala de reuniones. Más o menos. Incluso con los paneles oscuros y los suelos de mármol, era muy marcado. Una mesa lo suficientemente grande para sentar al menos a diez personas estaba asentada en un lado de la habitación. Había una zona de asientos en el otro lado.

Ahí es donde estaban todos. Bueno, todos excepto los dos guardias parados a cada lado de la puerta.

—¿Quería verme, señor? —preguntó cuando los tres hombres se volvieron hacia él.

—Oh, bueno, Jaemin —el Anciano Sihyuk se puso de pie y se acercó para tomar una de las manos de Jaemin entre las suyas. — Gracias por venir tan rápido. El Alfa Minho ha venido a registrarte como su omega. Le informé que otro alfa también lo había solicitado para su clan, por lo que necesita negociar sus servicios.

Jaemin sabía todo esto, por lo que no podía entender por qué el Anciano lo estaba repitiendo. Frunció el ceño mientras miraba al Anciano Sihyuk hacia el extraño y luego a su antiguo alfa. Su garganta se tensó cuando miró a Minho. Podía ver fácilmente la ira hirviendo a fuego lento justo debajo de la superficie. La había visto con suficiente frecuencia.

—Me temo que tengo otras cosas que necesito atender, por lo que el Anciano Lee ha aceptado mediar en esta reunión.

La mirada de Jaemin volvió al Anciano Sihyuk.

—¿Se va? —Jaemin sabía que el Anciano dijo que no podía estar en la habitación mientras escuchaba las mentiras de Minho, pero no había esperado que se fuera tan rápido. Él no estaba listo

—Si me necesitas, estaré en el pasillo de mi oficina —el Anciano Sihyuk le dio una sonrisa que probablemente debería ser tranquilizadora antes de salir de la habitación. No fue para nada reconfortante. Jaemin todavía estaba muerto de miedo.

Se volvió hacia los otros dos hombres justo a tiempo para ver al Anciano Lee agitando la mano. El miedo de Jaemin se convirtió en algo viviente, que respiraba cuando los dos guardias en la puerta salieron de la habitación y cerraron la puerta detrás de ellos. El Anciano Sihyuk dijo que los ejecutores del consejo estarían con él todo el tiempo. ¿Por qué se iban?

Sabía que sus ojos eran enormes y redondos cuando vio la sonrisa en el rostro de Sihyuk. El hombre podía oler su miedo. Jaemin estaba sorprendido de que el Anciano no pudiera. O tal vez podría y simplemente estaba ignorándolo.

El hombre era todo sonrisas, sin embargo.

—Minho me ha explicado la situación y...

—¿Qué le dijo él? —Jaemin realmente quería saber qué tipo de cuento Minho había soltado.

—Bueno, cuando el Alfa Minho vino a mí, me dijo cómo te habían quitado. Él me explicó que estabas emparejado y que tenían cachorros juntos. Dadas las circunstancias, creo que podemos prescindir de las formalidades. Tengo los papeles aquí para que los firmes.

El Alfa Minho estaba mintiendo entre dientes. No estaban en una especie de relación, no como decía el Anciano. Oh, tenían una. Minho disfrutaba torturando a la gente, y Jaemin era el objeto de sus deseos perversos.

Jaemin no sabía si señalar las mentiras que Minho le había contado ahora o dejar que esta farsa continuara.

—¿Qué papeles? —preguntó, con curiosidad por ver a dónde iba todo esto.

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