~𝐹𝐿𝑂𝑅 𝐷𝐸 𝐿𝑂𝑇𝑂~

Un rumor

El joven eunuco de ojos amatista se encontraba caminando rumbo a su residencia para ir a descansar después de un largo día de trabajo.
Esta vez iba caminado él solo, ya que su asistente aún estaba bastante ocupado como para poder acompañarlo como de costumbre.
Mientras tanto el joven eunuco caminaba pensativo.

Estos días fueron tan largos y con mucho trabajo...
Quiero descansar por un buen rato, me lo merezco.

He tenido que lidiar con otra montaña de papeles por atender.

Un oficial militar me envió unos bollos con afrodisíaco y dos concubinas tenían las intenciones de llevarme con ellas a su habitación.

Es increíble... Por mucho que el emperador lleve tiempo sin visitarlas, no significa que tengan que irse con otro hombre.

Vulgares...

¡Ahora que lo recuerdo! Actualmente hay planes en marcha para entregar a una concubina como esposa para un militar. Tengo entendido que es una princesa...

En fin, siempre que la entreguemos y sigamos con el plan, no debería de haber ningún problema.

De todas formas planeo pedirle ayuda a esas dos boticarias. Las dos se me hacen algo curiosas, pero hay una de ellas que me causa más curiosidad.

Creo que puedo sacar más provecho del que había previsto.

Apuesto a que ella piensa que lo está ocultando muy bien, pero he notado como me mira con esa expresión en su rostro. Como si estuviera viendo a un insecto.

Han habido personas que me han mirado sin ningún deseo sexual, pero esta es la primera vez que me ven de esa forma.

No es que sea un masoquista o algo por el estilo, pero esta situación es tan interesante... De una manera extraña, claro.

¡Es como si tuviese un nuevo juguete!

                 
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—¿Un fantasma? -Preguntó Maomao.

—Sí, al parecer ya hay varias personas que dicen haberlo visto y eso no es todo, también me contaron algunos detalles, escucha. —Tuzi trataba de disimular su gran emoción.

—A ver, te escucho. -Dijo Maomao cruzando los brazos.

—Dicen que se trata del fantasma de una mujer que baila sobre los muros del palacio todas las noches...

—Tuzi, sabes perfectamente que yo no creo en esa clase de cosas.

—¡Pero yo creo!

—Ese rumor ya lleva circulando un mes, ¿verdad?

—Sí...

—Ya verás como desaparece ese rumor y se inventan uno nuevo.

—¡No! Estoy decidida a investigar si se trata de un fantasma de verdad.

—¡Aquí traigo las galletas de arroz! -Dijo el matasanos con una amable sonrisa.

Así es, ahora es nuestro amigo y siempre que podemos, venimos aquí para charlar, comer y beber un buen té con él.

¡También nos cuenta historias muy entretenidas!

—¡Muchas gracias! -Dije acercando mi mano al plato.