EL REENCUENTRO CON MI HOMOSEXUALIDAD EN LAS DISCOTECAS DE AMBIENTE
L
o que creí asunto acabado renació, y no podía ser de otra manera, pues sin proponérselo, en la escuela ya estaba rodeado de otros homosexuales; sin embargo, aunque tuviera mayor contacto con ellos, no di cabida a ningún hombre. Roberto Aguilar apareció en mi vida tal como lo hizo Beto en mi adolescencia, incondicional y alcahuete. Era compañero de clase, pero sólo al año tuvimos la confianza necesaria para hablar de lo que a mí me podía gustar sexualmente. El primer actor del que me hice amigo fué Edgardo Sierra, director del Grupo Paloma, y para variar también gay. El me presentó a Noly Bisso, a quién ya había visto en las discotecas de ambiente que descubrí con Roberto. Ambos hacían teatro para niños, y fué por invitación de ellos que Roberto y yo fuimos a Le privé, una discoteca por la Plaza de la Bandera, en Pueblo Libre. Invité a Manolito Renteras, un chico adinerado con el que andaba de arriba abajo; fué él quien me hizo conocer más allá de mis narices. Hasta la fecha mi itinerario era de la casa a la escuela y de la escuela a la casa, y de vez en cuando a alguna discoteca; pero con él conocí el centro de Lima, un lugar que me deslumbró, por lo distinto que era de los sitios que yo apenas conocía. Llegamos a esa discoteca muy interesados en ver el show de Noly Bisso, decían que uno de sus números era un himno a los homosexuales. No se equivocaron, cuando lo anunciaron vi por primera vez a Noly en su faceta de transformista. Estaba vestido de mujer fácil, y no pensé que se le pudiera ver tan bien a pesar de su prominente nariz.
Mientras el playback con el tema de Martha Serra Lima, a mi manera, sonaba, Noly, en escena, llegaba a nuestra más profundas fibras... Amé, también sufrí y compartí caminos largos... Perdí y rescate, más no guardéee tieeempos amaaargos... Jamáaas me qrrepentíii, si amando di todos mis sueños... Lloréee y si reíii, fué... A mi maneeeeeera... Me pueden decir oncriticar, si yo aprendí a renunciar... Si hay que morir, hay que pasar... Nada dejé sin entregar, porque viví, siempre vivíii... A mi maneeera... Culminaba la canción y se entremezclaba la emoción con la ovación cuando Noly, ya sin peluca, enfundado en jeans y en posesión de macho, dejaba escapar sus lágrimas, poniendo punto final a su show. Desde entonces Noly — a quien todo el mundo admiró su talento — fué más amigo y siempre tuvo la discreción de no preguntarme por mis preferencias sexuales. Lo único lamentable de Noly, cuyo verdadero apellido era de origen francés, Leclér, era su adicción a las drogas y su desenfrenada vida en las discotecas, que le ocasionaron más de un problema laboral, pues en las de una ocasión dejó plantada la función. Ni su abuelita podría haber imaginado que quien le dió sus primeras cátedras en Asuntos de coquearse era quién ella y él consideraban su maestra en materia artística. Se trataba de una popular animadora de programa infantil, en cuyo taller Noly se entrenó en el baile, y a quien le debía su primer contacto con el mundo artístico.
En medio de esta gentita con la que compartía mi mundo, estaba yo, pretendiendo negar mi identidad, pero todo fué en vano. Por más de haber cumplido el Pacto conmigo mismo de estar con alguna chica, cosa que lo conseguí sin buscarlo, difícilmente pude desprenderse de los deseos de estar con otro hombre, más aún sabiendo que en la escuela abundaban los romances gay. Lo que pude sentir por la chica con la que llegue a estar — Blanquita por cierto, y de ojos verdes, muy asediada por los chicos — fué ternura, Perón jamás pasión. Ella descubrió mi homosexualidad y yo mismo se lo confirme, sin embargo seguimos. Decía que por mi honestidad me quería más que antes. "No todo está perdido tú aprenderás que sí puedes amar a una mujer si te lo propones", era lo que siempre repetía; pero así y todo intentó estar con otro chico y yo preferí terminar. No hubo resentimientos, más bien me regaló algo tan preciado como sus buenos deseos, aunque sé que yo lo único que hice fué partirle el alma con mi verdad.
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Canto de dolor, no repitan la canción: la historia de Alex Brocca
De TodoHistoria autobiográfica del bailarín Alejandro Iván Gutiérrez Brocca, más conocido como Alex Brocca, que cuenta con muchos detalles su experiencia, pasado, romances, su viaje de autoconocimiento, entre más. DERECHOS DE AUTOR AL LIBRO ORIGINAL. DER...