𝗷𝘂𝘀𝘁 𝗸𝗶𝘀𝘀 𝗵𝗶𝗺 › jichen

03: he still ignores me

¿Crees que él me mire? ¿soy invisible? preguntó a su mente.

Él sólo está jugando contigo, le contestó.

Park Jisung solía hablar con su mente todos los días por momentos, aunque no era mucho de su agrado, su sub conciente solía decirle la verdad, sus ilusiones duraban poco porque él mismo decía la verdad, tal vez para no lastimarse.

Jisung estaba decidido, hablaría con él.

Pero esta vez no habría fiesta, no habría música o bailes, no habrían amigos.

Buscaría toda su valentía para hablarle, Chenle ya sabía de su existencia al menos, esa noche fue espectacular aunque uno de sus amigos al final se lo llevara a bailar, pero al menos tuvieron un momento.

Su sonrisa, sus ojos, su voz, la forma que se movía, todo Chenle, lograron enamorarlo nuevamente.

Jisung lo vió ahí en el pasillo hablando con sus amigos de siempre y parecía algo entretenido por el brillo en sus ojos, o bueno, Jisung siempre lo veía con millones de estrellas en sus orbes... palmeó con fuerza sus mejillas hasta dejarlas rojas para darle el coraje de ir hasta Zhong sin titubear, respiró profundo y caminó directo hacia el haciendo contacto con el castaño.

Chenle lo miró asombrado con la boca semi abierta más sin embargo le sonrió como siempre.

Jisung estaba por derretirse.

— ¿Te puedo ayudar? —dejó de hablar con sus amigos para mirarlo por completo.

—Ho-hola Chenle... —su cara comenzaba a arder —¿me recuerdas? soy el chico con quien bailaste el viernes, te veías increíble y bailabas muy lindo... mejor me callo.

Chenle rió apoyando una mano en el pecho de el peliazul, inclinándose de la risa.

Recupero el aire —Muchas gracias.

—De na-nada, es la verdad.

Zhong sonrió —veamos... eres... —arrugó ligeramente la nariz y entre cerró los ojos, de pronto chasqueó los dedos —¡Hendery!

—Ohhh no... —auch, se sintió pequeño —Soy Jisung.

—Oh...

Varios segundos fueron los que Chenle miraba el suelo tratando de recordar su nombre y durante todos esos segundos Jisung se hacia pequeño, pequeño y pequeño de lo avergonzado que se sentía.

—Lo lamento no recuerdo tu nombre —sonrió apenado revolviendo sus cabellos castaños.

—¡Chenle!

Fue llamado a lo lejos, sonrió hacia esa dirección —hasta luego.

Y así se fue, Jisung en cambio, se quedó ahí varios minutos mirando hacia donde estaba antes el amor de su vida, olvidandolo, olvidando su existencia. Jisung se arrodilló derrotado, sigue ignorandome, le dijo a su mente.

Qué esperabas, bailó también con sus amigos, le respondió.

—Tal vez se acabó —susurró.

Jisung sólo estaba perdido y enamorado.