𝗷𝘂𝘀𝘁 𝗸𝗶𝘀𝘀 𝗵𝗶𝗺 › jichen

06: shyness is a game

Un mes, todo un mes donde Chenle y Jisung hablaron y compartieron momentos juntos, momentos felices que Park tatuaría en su memoria para nunca olvidarlo.

Estaba hermosamente enamorado.

Y no podía hacer mas que confirmarlo cada vez que lo tenía enfrente, automáticamente se sentía en otro lugar donde todo era rosa pastel y dulce, tan dulce como Chenle.

Pero, ¿por qué seguía dudando de si mismo? sabía perfectamente lo que estaba pasando, pero, aún la voz en su mente le decía que nada de esto era real, que sólo se estaba ilusionado más y que dolería una vez que caiga de lo más alto.

— ¿Oye?

El castaño le tocó el hombro repetidas veces tratando de llamar su atención, duró unos segundos más para que el antes nombrado saliera de su ensueño.

—¿Me escuchaste?

La cara de Jisung se pintó de carmesí —en realidad, no.

Chenle frunció el ceño y se cruzó de brazos.
— Estaba en la parte más importante de la serie y no me escuchaste —miró a otro lado indignado —ya no me acuerdo que decía.

En cambio para Jisung eso fue lo más lindo que a visto, sin poder evitar reír soltó carcajadas tratando de ocultarlas con su mano siendo un fracaso. Paró una vez que sintió las manos de Zhong sobre sus mejillas, Chenle amasó su rostro y se acercó demasiado, al punto que sentía su respiración sobre la comisura de sus labios.

—Tienes una linda risa —afirmó Chenle —no lo había notado.

Jisung miró a otro lado, la timidez es un juego y Jisung siempre perdía en el.

—Su-supongo.

Chenle sonrió tomando asiento nuevamente, tomó la mano de el peliazul y un marcador en el bolsillo delante de su bolso, colocó varios números y letras, por último una carita sonriente.

—Sabes... —por último guío su mano hasta dejarla sobre el pecho de el alto —habrá otra fiesta en casa de mis amigos, me gustaría verte ahí.

Jisung parpadeó varias veces —¿a mi? ¿por qué?

Zhong rió en bajo —¿por qué será?, tonto. —Se levantó de su asiento tomando su bolso —nos vemos.

Con ello se fue despidiéndose con la mano repetidas veces. Una vez que Jisung estuvo solo miró la palma de su mano con tinta sobre ella y la linda cara sonriente que estaba ahí, sonrió tan grande que sintió su estómago revólverse con mariposas y su rostro cosquilleando.

—Moriré de amor —dijo para si mismo.

No escuchó tu nombre, ni siquiera a dicho tu nombre, y de los nervios, comenzó a escuchar de nuevo la voz de su cabeza.