La Canción del Final

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En las antigüedades que se cuentan en Zhecidarta, parte del Imperio Blanco de Primiterra, hay muchos mitos y leyendas que, como el licor de Parra, mejoran con los años. Mucho mejor si se añejan en las odres mentales de personas bendecidas por Hoo-ang, el héroe de la imaginación.  Muchos son fuertemente increíbles, como la casa invertida, cuyo interior lo habita un pueblo, y los dueños de la casa pasan su vida alrededor de esta, pero trabajan en una habitación de la misma, hacen las compras en el salón principal, y estudian en el sótano. O las aguas del pozo que reflejan las palabras, dónde siempre sucederá lo contrario a toda frase que sea dicha frente a este pozo. Pero otras historias fueron tan bien adornadas a lo largo del tiempo, que tomaron matices reales, y es difícil de probar su calidad de mito, y pasan a ser tomadas como verdaderas, pero de tiempos lejanos. 
   Entre estas historias se encuentra la de la canción del final. Un conjuro escondido en una canción. Se dice que hubo una época en que la presencia física del Malodio era más constante sobre Primiterra y desataba maldiciones por dónde quiera que andaba, hilvanando historias alegres, poemas de amor, alguna que otra broma con tono inocente, pero siempre sembraba un hechizo entre las palabras. Y así , durante una serenata se desataban tormentas, en una canción de cuna al niño le crecían orejas y cola de jabalí, o mientras algún abuelo contaba sus hazañas a la familia brotaban gusanos y demás alimañas de la comida. Pero la peor era la canción de despedida.  
  Dicen que la descubrió una madre que saludaba a su hijo que partía a un patrullaje más allá del Yermo. Éste le dijo que le dejaría un recuerdo, y una promesa. Su canción y el compromiso de traerle el más bello vestido de la última ciudad que visite. Pero este joven, al finalizar su canción, se marchitó de inmediato. Al principio nadie daba con la causa de la muerte.  
  Tiempo después, esa mujer llena de estaciones, rodeada de amistades y vecinos, contó como fué la última vez que vió a su hijo. Y al igual que él, mientras cantaba aquella canción ante la mirada incrédula primero, triste después, de sus queridos, se marchitó. Fue perdiendo el color blanco de su piel, hacia un ceniciento. Los ojos una vez grandes y brillantes, fueron secos como ciruela al sol. Su cabello, crespo como hierba del Yermo. E igual de seco. 
   Los testigos, después de sufrir, empezaron a sacar conclusiones. Que si fue la tristeza, que la falta de comida, que el exceso de comida. Cualquier cosa podía ser el factor de su muerte. Solo una vecina de muchas estaciones juntas se acercó a la verdad de la situación. Había algo en esa canción. No sabía si era la melodía, o la letra. Una parte de esta, o toda completa, pero por las dudas decidieron olvidarla. Pero cuanto menos querían pensar en aquello, más fuerte era su recuerdo. Y aún más fuerte el temor a descubrir la verdad. Sabían que quien llegara al final de esa canción también vería el final de su vida.
   Las estaciones fueron y vinieron, llevándose la tristeza. Trayendo buenas nuevas. El fin de la espera de la bonanza. 
   La Gesta de los Mestizos devolvió la paz tan ansiada. La muerte volvió a ser natural. El pergamino fué enterrado. Pero no olvidado. La canción pareció perder su poder. O quizás cumplió con el cupo de almas que debía tomar. Cuando ya  se había vuelto inútil, alguien la adoptó como propia, y la popularizó. Quizás la hayan oído. No sé si quieran repetirla…

No recuerdo cuando entendí 
El juego de vivir 
Cuánto más serio me lo tomé 
Más difícil ser volvió 
No tenía idea como pasó 
La vida frente a mis ojos 
Entendí cuan poco conseguí 
Mis planes truncados 
Mientras oigan esto sepan que, 
Amigos, los quiero aún 
Sonrían recordándome 
Solo es mi cuerpo 
Lo que partió

A todo El mundo 
A todos mis amigos 
Los quiero, más debo partir 
Son las últimas palabras 
Que hoy diré 
Y libre seré

Si aún latiera mi corazón
Sé que se partiría en dos
Y mis recuerdos les dejo aquí 
Nada más por decir 
El continuar, muy simple es 
Lo duro queda atrás 
Los que parten, no sufren ya 
Los que quedan, heridos están

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⏰ Last updated: Apr 21 ⏰

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