Lidia
Nervios, felicidad, ansias y miedo, eso era todo lo que estaba sintiendo en ese momento pero sobretodo nervios, era raro en mí porque yo nunca me suelo poner nerviosa, pero está vez era normal que los tuviera. Me mudaba a Madrid, era algo emocionante pero a la vez triste porque me separaba de mi familia y mis amigos pero estaba muy contenta porque iba a cumplir unos de mis sueños "Trabajar como camarógrafa en el Atlético de Madrid". Desde niña soñaba con trabajar en el Atlético de Madrid, pero mucha gente me decía que no podía debido a que vivía en Barcelona, pero aquí estoy, con dos maletas y una mochila enorme en el AVE. Iba a compartir un chalet precioso en Las Rozas con Carla, una chica majísima también de mi edad que trabaja en una tienda cerca de la ciudad deportiva.
Después de 2 horas y 30 minutos ya había llegado, me bajé del AVE y cogí un taxi para dirigirme a la Ciudad Deportiva del Atlético de Madrid. Escribí a Enrique Cerezo, el presidente del Atleti, para avisarle de que ya había llegado. Me respondió con un "ok" y después me informó de que me pasara por su despacho dónde estaría él. El taxi paró y me bajé, cogí mis maletas del maletero y me dirigí a la recepción. Al entrar no había nadie en la recepción así que decidí acercarme a dos chicos que estaban sentados en un sofá para preguntarles si sabían donde estaba el despacho de Enrique.
—Hola, siento molestaros pero ¿sabéis dónde está el despacho de Enrique Cerezo?
Los dos me miraron un poco extrañados y yo fruncí el ceño.
—Ehh, ¿no habláis mi idioma verdad?— pregunté.
Uno de ellos rió y respondió: —Si, si hablamos tú idioma, sólo nos ha extrañado que no vinieras a pedirnos una foto o algo.
Yo asentí y les miré pensativa, y pensé que serían famosos o algo así, pero no le di importancia.
Su compañero carraspeó y entonces salí de mis pensamientos.
—Perdón, perdón— me disculpé.
—Al fondo a la izquierda, puerta 5— me dijo un poco borde pero yo no le di importancia y les di las gracias.
Llamé a la puerta y Enrique me abrió con una sonrisa.
—¡Bienvenida! pasa, pasa— dijo alegre mientras se echaba a un lado de la puerta para dejarme pasar.
—Gracias.
Dejé mis maletas a un lado y me senté en una silla, Enrique me estuvo explicando todo lo que tenía que hacer y dónde estaba mi despacho.
—Bueno, ahora te tendré que presentar a los jugadores ¿no?— preguntó y yo asentí.
Salimos de su despacho y antes de presentarme a los jugadores estuve conociendo a todo el equipo técnico, los médicos, los psicólogos, los administradores, etc.
Llegamos al campo donde estaban entrenando los jugadores, Enrique los llamó y todos se fueron acercando a nosotros formando un círculo.
—Chicos, os presento a la nueva camarógrafa del equipo.
—Hola, soy Lidia, encantada.
—Hola— dijeron todos al unísono.
—¿Que tal?—me preguntó Koke, el capitán.
—Muy bien, muy contenta la verdad.
—¿Eres de aquí o de otro lado?— preguntó Saúl.
—No, soy de Barcelona, pero del Atleti- recalqué y todos rieron.
—¿Ya viniste más veces acá o es la primera vez que venís?- preguntó Rodrigo De Paul.
—Sí, sí, aquí he venido varias veces ya, a parte también tengo familiares y amigos aquí así que...
—Oye, ¿y Riquelme y Barrios?— le preguntó Morata a Koke.
—Ni idea tío, se habrán ido al vestuario ya.
—Yo les vi antes en la recepción, pero no sé si seguirán ahí—les dije.
—¿Y para que habrán ido a recepción?— preguntó Griezmann y yo me encogí de hombros.
—Bueno, nosotros nos tenemos que ir ya, un placer conocerte- me dijo Koke sonriendo y yo le devolví la sonrisa.
—Igualmente, adiós.
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𝘾𝙊𝙉𝙏𝙄𝙂𝙊 | 𝙍𝙤𝙙𝙧𝙞𝙜𝙤 𝙍𝙞𝙦𝙪𝙚𝙡𝙢𝙚
Romantizm~𝘏𝘰𝘺 𝘭𝘦 𝘱𝘪𝘥𝘰 𝘢 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢, 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘢𝘭𝘢𝘳𝘨𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘠 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘭𝘶𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘻𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘺 𝘣𝘢𝘪𝘭𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘠 𝘢𝘶𝘯𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵ú...