RodrigoMe desperté con la alarma sonando a todo volumen y resoplé, me tenía que ir a entrenar y no me apetecía nada de nada, lo único que quería hacer era quedarme en la cama y llorar. Desde que Sara me dejó el mundo se me vino abajo, no tenía ni fuerzas, ni ganas, ni mucho menos energía, sólo quería estar solo, no quería hablar con nadie, ni con mi hermano, ni con mis padres y eso era muy raro en mí porque yo siempre tenía mucha confianza con ellos.
Sara y yo llevabamos dos años juntos, nos conocimos por la amiga de mi hermano Alejandro y al segundo nos llevamos genial, al principio empezamos como amigos y luego ya empezamos a salir. A sus padres nunca les he caído muy bien y no entendía el porque, pero Sara siempre decía que no les hiciera ni caso. Después de que Sara y yo lleváramos más de un año y medio de relación me enteré de que el motivo por el que no les caía muy bien a los padres de Sara era porque ellos querían que Sara estuviera con el hijo de unos amigos suyos, Sergio. Sara nunca me había hablado de ese chico, supongo que ya no se llevarían bien, pero me equivoqué, porque Sergio fue el motivo por el que Sara me dejó. Era alto, con ojos azules y pelo negro, egoísta, arrogante y muy antipático.
No entiendo cómo Sara puede estar con un tío
como eseHabían pasado medio año y todavía no había conseguido olvidarla, mis padres hacían todo lo posible para que me desahogara con ellos pero a mí no me apetecía, ni con ellos ni con nadie. Pablo recomendó ir al psicólogo del club, pero yo me negaba, he ido más veces pero no para hablar de esos temas.
Después de un rato largo me levanté de la cama y fui al baño a lavarme la cara, después me vestí y bajé a la cocina a pillar algo para comer, aunque últimamente no tenía mucho apetito. Cogí un plátano, pillé mis cosas y fui hacia el coche. Mis padres se habían ido a Pamplona por trabajo así que estaba yo sólo en casa, ya que no hermano Alejandro vive con su novia. Aparqué en el parking del club y me encontré a Pablo en el camino hacia los vestuarios que me saludó alegremente y me preguntó que tal iba.
—Oye bro, ¿te acuerdas de la chica esa que nos preguntó el despacho de Cerezo?
—Sí ¿que pasa?
—¿¡Sabes que es la nueva camarógrafa!?
—¿Qué?
—Sí.
—No me jodas— suspiré mientras miraba al techo.
—¿Qué te pasa ahora?
—Pues que esa no, tío.
—¿Por?
—Pues... porque no me da buena espina.
—¡Anda que dices!
—Lo que oyes— respondi haciendo una mueca.
—Pero si no la conoces- rió dándome una palmadita en la espalda.
—Pues espero no conocerla— dije serio mientras dejaba mis cosas en la taquilla del vestuario.
Llegamos al campo donde estábamos llegando todos poco a poco y empezamos a calentar, cuando terminamos el míster nos mandó a hacer ejercicios con parejas y yo claramente me puse con Pablo mientras nos pasábamos el balón él me estaba contando una historia de que su prima se cayó en no sé dónde, por lo menos eso me hizo sonreír un poco, aunque no duró mucho porque vi aparecer a Lorena, la administradora con la camarógrafa esa.
Tenía ojos verdes, alta, delgada y estaba sonriendo todo el rato. A ver, era guapa, y parecía maja, pero no me iba a dejar engañar por las apariencias, sigo pensando que puede que no sea tan maja como parece.
En cuanto se me quitó la sonrisa Pablo miró hacía atrás y luego me volvió a mirar a mí.
—¿En serio?
—¿Qué?
—Que qué te pasa con ella.
—Nada.
—Ya... ya...
—Parece que te gusta o algo, todo el rato hablando de ella que pesao'— le dije pasándole el balón con el pie.
—¿¡Pero qué dices!? sólo me parece guapilla.
—Será eso...—dije rodando los ojos.
—Pues si, tanto que dices que no te da buena espina pero bien que la estás mirando todo el rato— me dice sonriendo pícaro.
Lidia
Hoy iba a ser mi primer día oficialmente como camarógrafa, estaba súper emocionada porque iba a estar con Lorena una chica majísima que ya lleva muchos años trabajando como camarógrafa y administradora en el club y ella iba a ser la que me iba a enseñar.
Me levanté unos minutos antes de que sonará la alarma por los nervios y la emoción y fui hacia el baño para lavarme la cara y vestirme, salí de mi habitación y me encontré a Carla preparando el desayuno en la cocina. Esta al verme sonrió.
—Buenos días—sonreí alegre.
—¡Buenas! Que alegre estás hoy ¿no?— me dijo y yo reí.
—Bueno, es que hoy empiezo mi primer día oficialmente en el club.
—Que bien! Jo, me alegro muchísimo por ti tía—dijo acariciándome el hombro y yo sonreí.
—¿Que estás preparando?
—Me estoy haciendo un bowl con avena y frutas, que se lo vi a una influencer healthy de estás- solté una carcajada y ella sonrió.
—Oye pues no te está quedando nada mal, eh.
—No, la verdad, si es que estoy hecha una chef- bromeó y las dos reímos.
En los 2 días que llevo aquí en Madrid, Carla y yo hemos congeniado super bien, es una tía muy agradable y super super natural.
Cuando terminamos de desayunar nos fuimos cada una a nuestra habitación, yo me maquillé un poco, tampoco quería llevar mucho maquillaje, quería ir formal pero a la vez no muy muy arreglada. Terminé de arreglarme y avisé a Carla de que ya me iba, cogí mi coche, y me dirigí a la Ciudad Deportiva del Atlético de Madrid.
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𝘾𝙊𝙉𝙏𝙄𝙂𝙊 | 𝙍𝙤𝙙𝙧𝙞𝙜𝙤 𝙍𝙞𝙦𝙪𝙚𝙡𝙢𝙚
Romance~𝘏𝘰𝘺 𝘭𝘦 𝘱𝘪𝘥𝘰 𝘢 𝘭𝘢 𝘭𝘶𝘯𝘢, 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘢𝘭𝘢𝘳𝘨𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦 𝘠 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘭𝘶𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘻𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘴𝘦𝘯𝘵𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘺 𝘣𝘢𝘪𝘭𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘠 𝘢𝘶𝘯𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘵ú...