𝙏𝙧𝙞𝙜𝙜𝙚𝙧.. | [𝘏𝘠𝘜𝘕𝘐𝘕] (EN EMISIÓN).

𝙒𝙚𝙡𝙘𝙤𝙢𝙚 𝙩𝙤 𝙮𝙤𝙪𝙧 𝙘𝙤𝙡𝙡𝙖𝙥𝙨𝙚.

Domingo 27 de agosto, 2023.

Cuando uno es padre, ¿qué cosas debería permitir que su hijo hiciese?

Los jóvenes con sueños de tener una familia tradicional suelen preguntarse ese tipo de cosas, les parece divertido pensar en que algún día serían la autoridad de un menor por aproximadamente dieciocho años. Creen que será fácil, pero no lo es en absoluto.

Al menos esa es la experiencia de Hwang Doyoung.

Desde que supo la existencia de los dos pequeños en el vientre de su joven esposa, se prometió a sí mismo, como cualquier otro padre amoroso, cuidar de ellos con su vida y ser un buen guía en su camino a convertirse en adultos responsables. Se prometió ser una figura presente en sus vidas, no quería cometer el error que muchos terminaban haciendo; dejar a sus hijos a la deriva, sin un padre que les enseñe lo más importante de la vida, sin un padre que les oriente y ayude a levantarse en cada caída.

Pero como todo hombre con destino a heredar un negocio grande, todas esas promesas se fueron por dónde vinieron. Su apretada agenda nunca le permitió tener al menos un día entero de convivencia con sus hijos, nunca le permitió sentarse en la mesa con su familia para tener un almuerzo alegre y tranquilo. Sobre todo, nunca le concedió amar a sus hijos de la forma más correcta y libre posible.

Yeji siempre supo entenderlo bien, pero Hyunjin jamás se guardó una sola palabra.

Sabemos bien que las hijas con más apegadas a sus padres, como los hijos lo son con sus madres, aún así no podemos negar que el cariño por ambos padres debe existir. Yeji nunca se inmuta, siempre asentía con una sonrisa comprensiva en el rostro antes de marcharse a su habitación; en cambio de Hyunjin, quien siempre se encargó de recriminar su desempeño como padre, diciéndole que nunca debió haberlos procreado si nunca tendría el tiempo de verlos ni un solo día entero. Le llamaba un asco, una mierda, un esperpento en su vida.

¿Lo merecía? Claro que sí, el sabía que merecía cualquier insulto por su fantasmal presencia en la vida de sus hijos, de sus dos pequeños, porque eso serán siempre para él, sus dos pequeños. Jamás supo ser padre, y no creé aprender sobre ello a su ya larga vida.

Ahora lo confirmaba más que nunca, con lágrimas en sus ojos mientras observaba el rostro sangrado de su hijo, este mirándole con tanto repudio, como si estuviese cargando con todo el odio que existía en la Tierra.

—¡Tienes una maldita denuncia penal por violación, maldita sea!—Su esposa había dejado caer su peso sobre la silla más cercana, lágrimas rodando sin descanso por sus mejillas.—Te creí más correcto que esto, Hyunjin.

—...

—Eso es, quédate con la boca cerrada. Cualquier cosa que digas, no voy a creerla.

—¿Y lo que tú digas, lo debemos de creer?