Capítulo 3. -Encuentro.

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Noto una luz intensa dándome en la cara y poco a poco voy abriendo los ojos.
-Eyy. -Digo al ver que es mi hermano apuntándome con una pequeña linterna. -¿Qué haces? Aparta eso de mi. -Digo poniéndome las manos en la cara.
-Buenos días. -Dice sonriendo y yo me giro para darle la espalda, solo quiero dormir.
-¿Pero qué hora es? Por dios. -Pregunto cansada.
-Las nueve de la mañana. -Y al decir esto, empieza a agitar mi cuerpo para que me levante.
-Raúl para, que es muy pronto. -Y él seguía. ¡Qué pares! - Y seguía. -Al final me voy a levantar y te voy a lanzar por la ventana. -Le amenazó.
-A ver si puedes. -Dice desafiándome.
-No que sino me tengo que levantar. -Y me acurruco entre las sábanas de la cama, pero al instante vuelvo a notar sus manos intentando moverme y nada más notarlo me doy la vuelta, salgo de la cama y voy tras él, éste al ver que me levantaba sale corriendo y se dirige a la cocina, yo le persigo pero justo en el último escalón para llegar a la cocina me caigo.
-¡Ah! -Gemí de dolor. <<Esto me pasa por seguir su juego>> Pensé. Al levantar la cabeza veo a mi hermano descojonándose de mi.
-A la próxima hay que tener más cuidado eh. -Dice riéndose.
-Mas te vale correr. -Y nada más levantarme del suelo salgo tras él pero él entra otra vez a la cocina y se pone detrás de mi madre.
-Mamá, Eva me quiere pegar. -Miente.
-¡Oye! Pero serás mentiroso, si es él. -Digo protestando.
-Vale chicos, parecéis niños pequeños. -Dice mi madre.
-Es que él lo es. -Digo poniendo una cara de que es lógico que es pequeño. Raúl me mira mal.
-Tú tampoco eres la más mayor de todas.
-Pero más que tú si, que te saco casi 7 años. -Digo riéndome y me vuelve a mirar mal, y nada más decir esto se va.
-En fin. -Suspiro. -¿Qué estás haciendo? -Le pregunto a mi madre.
-Estoy apuntando unos números de teléfono que necesito.
-¿Para qué?
-Son de diferentes empleados.
-¿Qué empleados? -Pregunto confundida.
-¿Qué empleados van a ser Eva? El chofer, el cocinero, las limpiadoras, etcétera.
-Ah. -Respondo. Pensaba que sólo teníamos chofer la verdad. -¿A dónde fuiste ayer con papá? -La preguntó sonriendo.
-Me llevó aún restaurante demasiado pijo para mi. -Contesta riéndose, pero por cómo lo dice no se ríe por el restaurante pijo sino por alguna cosa en la que se ha acordado.
-Pero lo pasasteis bien ¿No?
-Sí, muy bien. -Dice sonriendo. -Bueno, y ¿Qué vas a hacer hoy? -Dice cambiando de tema.
-¡Ostia! ¡Que a ti no te lo he dicho! -Digo sonriendo.
-Esa boca. -Grita mi hermano desde el salón, y pongo los ojos en blanco.
-¡Qué me han cogido en un equipo de baile mamá! -Digo dando pequeños saltitos. Mi madre deja de escribir, se gira y veo que tiene la cara iluminada.
-¡Como me alegro pequeña! -Y nos fundimos en un abrazo.
-Yo si que me alegro. -Digo en cuanto nos separamos. -Así que hoy voy a ir a probar que tal, por lo que vi ayer lo más seguro es que me quede. -Digo sonriendo. Mi madre me vuelve a felicitar y sigue con lo suyo. Mientras tanto me preparo el desayuno mientras veo Friends y al terminar, decido vestirme para salir a dar un paseo. Hay que aprovechar todo el tiempo posible.
Mientras camino observo todo, a cada persona, cada vehículo que pasa, los puestos de comida, cada detalle de esta hermosa ciudad, tanto tiempo soñando venir aquí, que ahora estar aquí se me hace extraño, poder estar en Central Park, poder ver La estatua de la Libertad, la Catedral de San Patricio y como no, poder pasar por Times Square que siempre lo veía en fotografías, leía sobre ello en revistas o novelas pero poder pisar esto me hace tan feliz que se me hace hasta imposible estar aquí.
Al rato de pasear y pasear hasta que me duelen los pies, entro a una cafetería en la que pido una bebida refrescante ya que hace mucho calor y de repente me habla alguien.
-Otra vez tú. -Me giro y como no, es Derik. ¿por qué tendré que encontrármele siempre? No lo entiendo. - ¿No te cansas de seguirme? -Dice y me da dos besos, sinceramente, no nos conocemos de nada y me da dos besos como si fuésemos amigos, cosa que no es y me parece raro la verdad.
-Eso mismo té digo yo a ti. -Contesto.
-Con tanta coincidencia voy a pensar que al final si que te intereso. -Dice sonriendo y sentándose en la silla que hay al lado de mi.
-Te recuerdo que es pura casualidad así que no te hagas ilusiones. -Le digo bromeando. Este chico no se que tiene pero me gusta como es, es carismático y muy simpático, y nada vergonzoso eso seguro, ya que nada más conocerme me pidió el número, que por cierto, acabo de recordar que se lo di ayer y aún no me ha escrito ni llamado, cosa que es extraña porque siempre que nos veíamos me insistía con ese tema.
-Yo no me hago ilusiones, son cosas reales. -Y me guiña un ojo, yo me río y él me imita. -Me gustaría enseñarte Nueva York. -Dice de repente. Yo le miro con cara extraña como preguntándole por qué. -Porque ya que no eres de aquí, no conoces los rincones escondidos y me gustaría enseñártelos.
-A este paso los voy a conocer todos y solo llevo 2 días.
-No creo que los vayas a conocer todos, a menos sin mi ayuda. -Dice poniéndome cara pervertida y yo me río.
-¿Pero que confianzas son éstas? -Digo.
-Las mismas como para ofrecerte venirte conmigo hoy. -El chaval no sé si es que está desesperado o que de verdad le he llamado la atención, pero nunca me había pasado esto con nadie.
-Sorry, hoy no podrá ser.
-Ya veo que tiene la agenda apretada, pues cuando usted desee me dice señorita. -Dice poniendo cara burlona.
-Perfecto, gracias. -Sonrío tiernamente y él se ríe. -En fin, creo que va siendo hora de irme a casa que he pasado una mañana recorriéndome tooooda esta ciudad. -Digo alargando la palabra y levantándome de la silla en la que estaba sentada. Él se levanta a la vez que yo.
-Pues te acompaño. -Dice.
-No hace falta pero gracias.
-¿Cómo que no hace falta? Claro que hace falta, hay que ser un caballero para conquistar ¿No? -Dice cediéndome el paso por su lado.
-No hace falta que lo seas pero si tú quieres serlo, mejor para mí. -Digo sonriendo y dicho esto, partimos hacia mi casa.
Durante todo el camino él no paraba de hacerme preguntas tipo ¿Y por qué has venido aquí? ¿Por cuánto tiempo te quedas? ¿A qué te dedicas? ¿Cuáles son tus hobbies? ¿Qué tipo de música te gusta? Y un millón de preguntas más, por supuesto, yo he respondido a todas y alguna que otra vez, cuando me daba tiempo, yo le hacía preguntas a él y resulta que sus padres tienen una casa en España y de vez en cuando van a pasar unas semanas allí. Me he dado cuenta de que la vida da muchas vueltas, me digo a mi misma. Y por desgracia, llegamos a casa. Se me ha hecho un camino súper corto y muy agradable.
-Bueno, pues ya llegamos. -Digo mirándole a los ojos y medio sonriendo. Él aparta la mirada de mí y se fija en la casa, y como no, se queda igual de como me quedé yo la primera vez que la vi.
-¿Aquí es donde vives? -Dice anonadado.
-Sí, pero cierra la boca, no te vayan a entrar moscas. -Le digo mientras le toco la barbilla. La tiene súper suave. Vale, retiro lo que acabo de decir, eso ha sonado muy mal.
-Sí te ha tocado la lotería ya me podrías haber dado a mi algo ¿No? -Dice bromeando.
-Lo siento, a desconocidos no les doy cosas así porque si.
-A vale, ¿Aún sigo siendo un desconocido? ¿Después de acompañarte a casa y de que sepas un poco más de mi? -Dice haciéndose el ofendido.
-Exactamente. -Y sonrío.
-Pues ya no te llamo.
-Pues te quedas con las ganas.
-Pues un poco. -Dice por lo bajo, pero yo le consigo oír y sonrío. Nos miramos e inconscientemente nos acercamos y me abraza.
-Me ha encantado conocerte un poco más. -Dice susurrándome en el oído y yo vuelvo a sonreír. No sé cuantas sonrisas me han salido hoy pero son demasiadas. Y después de darnos ese abrazo, se da la vuelta y se va caminando, hasta que ya no le consigo ver.
Me doy cuenta de que estoy parada mirando hacia dónde Derik se ha ido y reacciono. <<Joder, que empanada llevo>> pienso. Y al reaccionar, voy hacia la entrada de mi casa pero antes de meter la llave la puerta se abre y es mi madre y como no, la misma historia de siempre, que quien es ese chico, que como le he conocido, que si es mayor de edad, que si tenga cuidado por si es un pervertido y millones de cosas más. <<Al menos está cumpliendo el papel de madre protectora y no pasa de mi>> me digo a mi misma. Cuando mi madre acaba de hacerme el interrogatorio subo a darme una ducha fresca y a pensar en lo que ha pasado hace un momento.

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¡¡Bueno chicos!! Aquí os dejo otro capítulo, espero que os esté gustando o al menos os haya llamado la atención. Intentaré ser más constante escribiendo y publicando capítulos pero la inspiración viene cuando quiere.
¡¡Gracias por el apoyo!!

Bailar y solo bailar.(Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora