Capítulo 2. -Emoción.

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Al fijarme mejor en la persona vi que era un chico joven.
-¿Que haces aquí?-volvió a repetir al ver que yo no contestaba.
-Ehh... -Me puse muy nerviosa, me habían pillado con la música alta en un sitio que no era mío. -Estaba bailando. -Conseguí decir mientras iba a apagar la música. Había bastante gente detrás suya y cada vez me ponía más nerviosa.
-Ya me había fijado. ¿Qué haces aquí?¿Eres la nueva? -Preguntó cruzandose de brazos.
-No no, perdona, vi este sitio y entré nada más, ya me voy. -Dije mientras recogía mis cosas.
-No hace falta que te vayas, quiero que sigas. -Dijo mientras se sentaba en unas pequeñas escaleras que había dentro de la sala y la gente que había detrás de él hizo lo mismo.
- No hace falta de verdad, ya me voy. -Y de seguido fui directa a la puerta.
-¡Hey! -Gritó el chico y yo me giré. -Después de entrar a un sitio que no conoces y no es tuyo ¿Te vas a ir de esta manera?
-Supongo. -Contesté. Se acercó a mi, me llevó hasta el centro de la sala y me cogió las bolsas.
-Sigue. -Y acto seguido puso la música. Yo estaba muerta de la vergüenza porque toda la gente que estaba allí no me quitaba el ojo. Al ver que no me movía el chico apagó la música. -¿Ya no bailas?
-No puedo.
-¿Por qué? -Preguntó de lo más normal. Que se ponga el en mi posición a ver si le gustaría que todo el mundo le mirase.
-Porque no. -Contesté.
-No bailas mal, solo te falta práctica. No sé, ni me importa por qué has entrado aquí, pero cuando alguien entra en mi sala y empieza una cosa no se va hasta que la termina. -Dijo el chico. - ¿Estás en algún equipo de baile? -Me preguntó.
-No.
-Bien, ¿Quieres unirte al nuestro?
-¿En serio? -Dije sorprendida. Me acababan de pillar en una sala bailando sin su permiso y ahora quiere que me una a su equipo de baile.
-No, en broma. Claro que lo digo en serio.
-Pues sí, supongo. -Contesté al final.
-Bien, pero para eso tienes que quitar esa timidez. ¡Chicos! -Dijo girándose mientras llamaba a la gente que estaba sentada en las escaleras. -Tenéis compañera nueva, tratadla bien eh, que os conozco. -Yo sonreí tímidamente mientras los chicos y chicas me saludaban y me preguntaban mi nombre.
-Bien chicos, empezamos con el calentamiento. -El chico que dirigía la clase (Que al parecer se llamaba Abraham) me explicó como iba todo,  los días que se entrenaba y a qué hora se entrenaba, la ropa que tenía que traer, aunque eso era lógico, etc. Nada más explicarme todo me fui bastante contenta pero a la vez un poco avergonzada de lo que había pasado, el primer día que llego y ya tengo plan para 4 meses.
Ya eran las 19:30 y estaba bastante hambrienta así que decidí irme a casa. Durante el camino estuve pensando en lo que había pasado, había sido todo tan rápido que me había confundido, no me acordaba ni de lo que le había dicho a Abraham.
Al llegar a casa fui directa hacia la cocina y  estaba Raúl allí jugando a la Nintendo.

-Holaaa. -Saludé sonriendo mientras le despeinaba el pelo.
- No me despeines el pelo, ¿Cuántas veces te lo he dicho? - Contestó mientras se lo volvía a poner bien.
- ¿Tú saludas así siempre? -Dije mientras cogía un vaso del armario y me echaba agua.
-Hola hermanita, ¿Que tal lo has pasado durante el día? -Dijo él sarcásticamente.
-Así mejor. -Dije sonriendo. -¿Sabes qué? ¡Estoy en un equipo de baile! -Dije dando pequeños saltitos.
-¿Cómo es eso posible? -Preguntó en broma dando a entender que yo no bailaba bien.
-¡Oye! -Le dije fingiendo que me había molestado dándole un pequeño golpe en el brazo.
-No pero enserio, ¿Cómo? -Insistió.
-Sinceramente ha pasado todo muy rápido y muy extraño todo pero la cuestión es que lo estoy y estoy bastante ilusionada.
-Pues ahora solo me falta a mi apuntarme a un equipo de fútbol. -Dijo él sonriendo.
-No te van a coger, eres muy malo. -Le dije devolviéndole la contestación que me había dado él a mi antes. Me miró mal y luego se rió.
-Ya verás como sí. Por cierto, papá y mamá han salido un rato, vendrán tarde y me han dicho que compres pizza.
-¿Seguro que te han dicho eso? O ¿Eso es lo que tú quieres para cenar? -Dije acercándome a la mesa en la que él estaba.
-Mitad y mitad. -Dijo riéndose y yo de seguido.
-Voy a comprar una pizza porque no me apetece nada cocinar así que has tenido suerte esta vez renacuajo. -Dije pasando por su lado mientras le despeinaba el pelo y me dirigía hacia el salón en el que estaba el teléfono.
-¡El pelo! -Oí de lejos y yo reí. Llamé a una pizzería que había encontrado por internet y me atendió un chico, que la verdad, su voz me sonó bastante pero no le di importancia.
-La pizza llegará en 30 minutos o sobre esa hora. -Grité para que me oyese mi hermano y de fondo oí un "¡TOMA!. Me senté en el sofá para hacer tiempo y cogí mi móvil, me habían enviado un mensaje. <<¡Esther!>> dije para mis adentros y el mensaje decía así:

Esther:
¡¡Evaaa!! Cuando vi el mensaje en el que me decías que te ibas ya me entraron ganas hasta de llorar, te voy a echar mucho de menos, bueno, que digo! Ya te echo de menos. Espero que lo estés pasando bien allí, igualmente cuéntame qué tal todo, te quierooooo!!

Me alegra tanto ver que me ha escrito, yo también la echo mucho de menos y no creo que en estos 4 meses vaya a encontrar a alguien como ella.
Le contesté al mensaje diciéndole que todo estaba súper bien, que había entrado a un equipo de baile y de aquella manera... y al pensarlo me reí, pero que la echaba mucho de menos. Deducí que no me contestaría al instante porque allí en España sería una hora diferente a la de aquí así que dejé el móvil y me puse a ver la televisión, pasando canales me encontré con una de mis series favoritas F•R•I•E•N•D•S y sí, lo recalco así porque me encanta. Estuve viendo el capítulo que echaban hasta que llamaron a la puerta.
-¡Ya voy! -Grité. Abrí la puerta y me encontré con un chico y con el casco de moto puesto. -Hola buenas. -Sonreí.
-Buenas, ¿Es usted Eva?
-Así es.
-Aquí tiene. -Dice dándome la pizza.
-Pase y póngamela en la cocina por favor. ¿Cuánto es?
-18,90 dólares. -La voz del chico me estaba sonando muchísimo y no se de qué.
-Vale, voy a por el dinero. -Fui al salón, cogí el dinero y volví. <<No puede ser>> pensé. Al llegar a la cocina el chico se había quitado el casco y no era nadie más que Derik, el chico con el que me choqué esta tarde.
-¿Derik? -Pregunté para estar segura y en efecto, era él porque enseguida se giró. Al verme reaccionó de la misma manera que yo, sorprendido.
-¡Pero bueno! Si eres tú. -Contestó.
-Sí, soy yo, ¿Cómo es que no me has reconocido?-Le dije.
-Es por el casco que no suelo ver muy bien con esto puesto.
-Pues no quiero imaginar como vas por la carretera. -Dije riéndo y el sonrió. -Bueno, aquí tienes el dinero, gracias.
-No no, te invito. -Dijo.
-¿Cómo? ¿Cómo me vas a invitar? Si ni siquiera sabes mi nombre ¿Recuerdas? -Dije haciéndole recordar que soy una desconocida.
-Que sí, te invito, además, ya se como te llamas Eva. -Dijo sonriendo y le miré mientras pensaba que como podía ser posible que me haya vuelto a encontrar con él. -Y me debes tu número de teléfono. -Me recuerda.
-Joder, es verdad.
-Ya no vas a tener más excusas para evitarme. -Dijo bromeando. Al final, le di mi número y se fue invitándome a la pizza ya que no paraba de insistirme e insistirme.
El resto de la noche la pasé con Raúl haciendo bromas, comiendo la pizza y luego viendo una peli en la que él se durmió y yo acabé llorando, como no. Tapé a Raúl con una manta y yo subí a mi habitación, ha sido un día muy largo y muy extraño y al cabo de 5 minutos ya estaba durmiendo.

Bailar y solo bailar.(Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora