03. Keep an eye on them

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-Capitulo 3: Mantenerlos vigilados-

El amor es un sentimiento universal, experimentado por todos, pero comprendido por pocos. Es un enigma que nos embarga, una maravilla para algunos y un misterio para otros. No se limita a la devoción de entregar cuerpo y alma completamente a quien más hemos llegado a apreciar; es también el dar y aceptar, el abrazar cada defecto a pesar de ser opuesto a nuestros planes.

El amor no se planea, es impredecible, un viento que sopla sin previo aviso. Es fácil confundirlo con otros sentimientos, ya que no sigue patrones ni reglas. Por eso, surge la pregunta: ¿existe el amor verdadero en esta corta existencia llamada vida? La respuesta es realmente complicada. Nadie se entrega completamente sin reservas, y así, la línea entre amor y obsesión se difumina. La posesividad agresiva y la necesidad de control pueden enmascarar el amor, convirtiéndolo en una carga pesada.

¿Cómo mantener el balance entre querer y aceptar? La vida es un enigma, incluso para los expertos. Sin embargo, hay algo que nos impulsa a seguir adelante, a pesar de las dificultades.

Nadie puede detener el impulso de observar cada movimiento de quien amamos, de sentir esa posesividad que nos consume. Pero, ¿qué es lo que nos detiene? Nada. Nada puede contener el poder del amor.


"Cellbit, estás siendo muy obsesivo" Se repitió a sí mismo una y otra vez en el transcurso de la fría y silenciosa noche donde la luna no fue vista desde los nublados cielos de la ciudad, quería aceptar el no hacer nada por su mente floja pero al mismo tiempo le emociona dejar su tan molesto itinerario.
Al parecer de nuevo cometería una estupidez por sus tan apreciados amigos.

Si, lo comprobó después de no haber dormido toda la noche ideando como mantendría máxima seguridad en cada una de las acciones de aquellos problemáticos chicos que alguna vez fueron muy cercanos a el -y, que de hecho siguen siendo-
No era por nada, el simplemente se repetía que era por la seguridad de ellos y el hecho de que podían matarse uno al otro, no confía en la salud emocional de ninguno de los dos.

Se mantuvo en su cama por un tiempo hasta decidir que es lo que tenía que hacer con una gran precisión, vago en sus pensamientos hasta que la alarma de su mente se encendió recordando que en definitiva tenía que salir de su casa y vigilar unas cuantas cosas.
Salió de la forma más vaga posible de su cama queriéndose arrastrar al no estar totalmente despierto, pero no podía hacerlo y tenía que apresurarse por lo que tomo un cambio de ropa al azar que ya estaba organizado en su armario y se cambió de la forma más apresurada posible.

No espero mucho, tomó su teléfono con el mayor cuidado posible para que no se le cayera de sus manos y aprovecho para salir de su habitación que cada vez se le hacía más sofocante; sin saber que hacer decidió adentrarse a la cocina para poder tomar un vaso de agua y salir del departamento. Hizo eso, antes de salir tomó su llavero asegurándose de guardarlo en su chaleco para que no se le perdieran y tuviera que pedir algún tipo de repuesto o cambiar la cerradura nuevamente.

Incluso afuera de su casa la sensación sofocante no cesó, cada vez se hacía más y más insistente en si pareciendo no querer parar. De ser posible, lo único que necesitaba en ese momento era calmarse y de uno u otra forma asegurarse de que su plan marchara bien.

Reviso su teléfono una vez más, queriendo confirmar que la hora no fuera demasiado tarde para 'cuidar' a los chicos.

Por primera vez agradecía que su armario se basará en ropa de colores apagados y sudaderas básicas, sino en estos momentos estuviera desesperado por encontrar un atuendo con el que logrará pasar desapercibido ante los ojos de los demás y que al mismo tiempo no fuera alguien sospechoso.

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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