Una vida nueva

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Cuando llegaron a comisaría, Hans se sorprendió del

silencio que había en un sitio tan grande. Había personas arreglando papeles, una familia llorando porque uno de ellos iba a ir preso y muchos policías dando vueltas por allí.

Fueron al escritorio de un policía, era un hombre bastante grande, muy musculoso, tenía una cara muy seria y parecía que estaba enfadado. Hans se acercó con miedo de lo que le iba a pasar y lo que le iban a hacer.

Le preguntó que porque hacía todo esto, Hans le respondió que hacía todo esto, porque no tenía familiares, y no tenía amigos, porque él no era sociable, toda la gente le tenía miedo por todo lo que había hecho, no trabajaba y por esto se sentía muy solo.

Comenzó a hacer esto a los 20 años, dos años desde que se fue a España. Desde el primer día que lo comenzó a hacer nunca le pillaron. Él sabía que lo que hacía no estaba bien, pero siempre le venía el ansia de matar a alguien, le transmitía felicidad. Explicó que era una sensación muy rara, nunca fue a un médico por miedo a lo que le dirían.

Los policías se quedaron anonadados al escuchar esa historia. Sabían que lo tenían que meter preso, pero tenía que tratarle de una manera más especial que a los demás. Fue extraño para ellos que una persona tan mayor no pueda contener sus sentimientos y no se pueda controlar.

Finalmente, los policías tomaron la decisión de meterlo a la cárcel. Hans comenzó a llorar, decepcionado del mismo y muy arrepentido. Minutos después le metieron entre rejas, fue su primera vez y era un tanto extraño para él. Fue raro para el pensar que tendrá que pasar muchos años allí y sin poder salir a la calle.

Tenía a 3 personas en su celda, una de las personas está por asesinar a su familia, otro por asesinar en un atraco y la última mato a su pareja y la entero en el jardín de su cara. Todos eran muy grandes y parecían muy serios y por eso Hans pensó que no se iba a llevar bien con ellos.

Pasaron unos minutos en la celda, había mucho silencio, hasta que en un momento Hans cayó en llanto, comenzó a llorar sin parar, no podía pensar en todo lo que había hecho. Tenía el corazón destrozado de pensar en todas las vidas que ha destrozado durante tantos años.

Los compañeros que estaban con él en la celda se miraron entre ellos y se levantaron todas hacia Hans. Hans pensó que le iban a hacer algo y se asustó, les miro, y los hombres le preguntaron que le pasa, él les respondió que ha hecho una cosa que nadie la tiene que hacer, y que no podía más con su vida. Le dijeron que los primeros días ellos también estaban así, pero durante el tiempo te vas acostumbrando. Hans les dio las gracias por ayudarlo.

Pasaron los días, Hans estaba muy mal, pero ya se estaba acostumbrando a todo, porque ya era su día a día. La comida no estaba muy buena, pero se la comía con mucho gusto, ya que no tenía que pagar nada, y él antes no tenía dinero para poder comer.

Con sus compañeros no tenía tanta confianza y casi no hablaban y eso les hacía sentir bastante incómodos y siempre había un silencio, muy pocas veces hablaban y si hablaban era algo de la cárcel.

Hans estaba en la celda, y de repente se acercó un oficial.

-Hola, buenas tardes.- dijo el policía.

-Hola oficial-dijo Hans asustado

-Vengo a hacerle una pregunta, Hans.-dijo el oficial

-Dime.-respondió Hans

-¿Tú tienes estudios?-pregunto el policía

-No-le dijo Hans triste

-Ya que no tienes estudios, te podemos dar la opción de poder estudiar,

mecánico, fontanero o electricista.-ofreció el policía a Hans

-Con mucho gusto oficial, me gustaría hacer el de mecánico si es posible.-dijo Hans muy feliz, porque por primera vez iba a tener un trabajo.

-Vale, en unos días comenzarás, adiós.-se despidió el policía mientras se iba.

-Adiós- se despidió Hans con una sonrisa en la cara.

Pasaron unas horas y le trajeron la cena, mientras estaban comiendo los tres hombres y Hans, comenzaron a hablar de porque cada uno estaba en la cárcel, Hans contó toda su historia, pero los hombres no se sorprendieron porque ya estaban acostumbrados a escuchar eso.

El hombre que asesino a su familia comenzó a contar su historia, se dieron cuenta de que él y Hans tiene una historia muy diferente. El asesino a su familia y Hans comenzó a matar a la gente porque no tenía a su familia a su lado.

-¿Cómo has podido hacer eso?-dijo Hans sorprendido

-Tuve una época de mi vida muy difícil y lo primero que se me vino a la mente fue eso.-dijo el hombre triste.

-Pero eso no es así, la familia es lo más importante.-le dijo Hans

-Ya, me arrepiento, pero no hay vuelta atrás.-dijo el hombre arrepentido

Todos contaron su historia y casi todo eran de lo mismo.

Era la hora de dormir ya, todos fueron a sus sitios. Hans no pudo dormir, se quedó pensando en todos los asesinatos que hizo, pensó y pensó durante muchas horas hasta que amaneció. Encontró a su amigo Adam, que era el que asesino a su familia, se quedaron 10 minutos hablando hasta que un policía les aviso que tenían que ir a desayunar.

Hans y Adam despertaron a sus compañeros, y se fueron los cuatro a desayunar, estuvieron hablando durante todo el desayuno. Se comenzaron a llevar muy bien, al principio se odiaban, pero ahora tienen mucha confianza y se ayudan entre ellos.

Cuando estaban en la cárcel, los 4 vieron que había una escapatoria muy fácil, se quedaron pensando, pero al final disidieron que mejor no, porque terminaría muy mal y podría ir muy mal. Pero Mohamed, que era el que mato a su pareja, disidió que el sí se iba a escapar, los otros se fueron a la celda sin decir nada.

Cuando llegaron a la celda, comenzaron a hablar de lo que acababa de pasar y todos decían que no iba a salir bien. Pasaron unas cuantas horas y Mohamed apareció con dos policías agarrándolo de los brazos. Le metieron otra vez a la celda con sus compañeros. Los tres se pusieron a hablar con Mohamed y a decirle que ellos le avisaron, él se arrepintió y dijo que no lo iba a volver a hacer.

Al día siguiente vino un policía para avisar a Hans que iba a comenzar él, estudio que le dieron. Después de desayunar se fue a estudiar, le gusto mucho, estaba muy contente porque era la primera vez que estudiaba.

Pasaron unos cuantos meses y Hans comenzó a trabajar de mecánico en la cárcel, se lo pasaba muy bien haciendo eso, ahora tenía con que pasar el rato, sus compañeros de celda también comenzaron a trabajar pero cada uno de una cosa diferente.

Cada noche cuando acababan el trabajo se iban a la celda y se contaban todo, como le ha ido el día, si ha pasado algo interesante y muchas más cosas, cenaban y se iban a dormir muy pronto para tener energía para el siguiente día.

Pasaban los días, y tenían la misma rutina siempre, pero ellos les gustaba lo que hacían. Un día Hans pudo llamar a su madre y hablar con ella un rato, aunque no ha sido lo suficiente para contarle todo lo que le había pasado todo ese tiempo, él era feliz con solo poder escucharle la voz.

Pasaron 6 años y por fin llegó el día que tanto esperábamos todos, ya le dieron la libertaria a Hans, llego el día que Hans iba a salir a la calle después de tantos años. El policía fue por él a la celda, Hans cogió todas sus cosas, miro a sus compañeros y se dieron un abrazo todos juntos, se les cayeron unas cuantas lágrimas porque se habían vuelto muy unidos y se ayudaban en todo.

Le desearon lo mejor a Hans y le dijeron que nunca vuelva a hacer eso, Hans les prometió que algún día se iban a volver a ver.

Hans salió a la calle y estaba muy feliz de poder estar libre después de tanto, lo primero que pensó es que nunca jamás iba a hacer eso, y que iba a pensar en su futuro y dejar el pasado atrás.

El arrepentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora