Capitulo 11

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Cada vez que recuerdo las palabras de Cesar, siento como si mi mundo se desmoronara a mi alrededor. El impacto de sus palabras se cuela en mi mente como una tormenta, trayendo consigo una mezcla abrumadora de emociones. En mi pecho, un nudo apretado me recuerda la traición que siento hacia mis propios sentimientos y deseos.

Me encuentro en un constante vaivén emocional. Por un lado, la alegría y el asombro de la noticia de mi embarazo se entrelazan con la ilusión de convertirme en padre nuevamente. Siento amor y protección hacia el pequeño ser que crece dentro de mí. Pero por otro lado, el miedo, la confusión y la tristeza se apoderan de mí al considerar la posibilidad de deshacerme de mi hijo por la presión de Cesar y las posibles repercusiones en nuestra relación y en mi vida.

Cada vez que me enfrento al espejo, me encuentro con un torbellino de pensamientos y emociones. Me pregunto cómo puedo manejar esta situación, cómo reconciliar mis propios deseos y felicidad con las demandas y expectativas de Cesar. El conflicto interno me consume, y me veo atrapado entre mi lealtad hacia él y mi instinto protector como futuro padre.

(. . .)

Durante las jornadas laborales no me hablaba, ni me miraba, me ignoraba, como si yo y el bebé fuésemos un problema que él puede ignorar y no hacerse cargo.

A las 9:30 tuvimos que ir a misa por el aniversario de la escuela y con eso, estarían presente las tres secciones, primaria, secundaria y preparatoria. Me hubiera gustado descansar de César por esto, pero al parecer la vida no me esta sonriendo por esto... Yo me quede con los de 1°B y atrás de ellos estaba el grupo de 2°B el cual los estaba cuidando Cesar, así que estaríamos en la misa juntos.

¿Por que tan tenso, amor?— Me susurro a mi oído haciéndome estremecer poco por su aliento cálido—

Es la emoción... Jeje...— Trate de disimular los nervios de que estará atrás mío cuidándome igual—

Mmh... Eso pensé— Me agarro de la cintura atrayéndome más a él, me sentía humillado por hacer eso en un lugar público como es una maldita Catedral

(. . .)

Durante toda la misa a estado cerca de mi y no me a querido soltar, los que estaba del otro lado nos miraban de vez en cuando y eso me hacía sentir aún más humillado. Pero es lo que uno aguanta por amor, supongo...

Al final de la misa se empezaban a levantar los grupos uno por uno, primero fue la sección de primaria seguidos por los de secundaria. Los secundaría estaban más que felices por pasar otra vez en el centro y aunque algunos bromeaban con escaparse sin duda es algo que se ve pocas veces.

Yo me fui con mi grupo estando un poco más adelante de César así que tendré un ligero descanso en lo que llegábamos a la escuela.

(. . .)

Una vez recreo, Jess se me acercó algo preocupada.

Dustin, te veo un poco más decaído, ¿que tienes?—

Nada, estoy bien—

Note en su rostro que no estaba del todo convencida.

Mmh... ¿Seguro?...— Me empezaba a poner más nervioso con su insistencia—

Si, ¿que le podría esconder a mi mejor amiga?— Un embarazo puede ser, pero es algo sensible para mi en estos momentos—

Bueno tienes razón, ¿quieres algo de la tienda?— Se notaba un poco más convencida—

Así estoy bien, gracias Jessi— Le di una sonrisa amable, al parecer Cesar sigue en su salón y no se el por qué, supongo que está arreglando unas cosas—

Decidí enfocarme en mis asuntos de las clases y pensar de que tema darle a los chicos, cuando empecé a sentir muchas náuseas, me fui rápido al baño antes de que uno de los presentes en la sala de maestros se diese cuenta de eso.

Narra Jessica

Estaba volviendo de la tienda, decidí comprarle sus dulces favoritos a Dustin aunque él me haya dicho que no, pero es mi amigo y quiero consentirlo como un niño. Cuando estaba cerca pude ver que se fue muy deprisa al baño, eso levantó más mis sospechas de su posible embarazo. Aún así deje que se tranquilizara y fui otra vez a la sala de maestros y dejarle su dulce.

Jessi— Digo una voz femenina dulce, al voltear vi que es Ashley—

Jeje, qué tal— Con mi mano le indiqué que se podía sentar a mi lado en lo que llegaba Dustin de su situación—

Las dos empezamos a conversar de lo típico, de su fin de semana, de sus planes para el próximo y de cosas del trabajo.

Narra Jhsotin

Regrese del baño un poco mareado por las náuseas, espero que nadie empiece a sospechar de mis cambios drásticos o podré levantar más sospechas entre alumnos y compañeros de trabajo. Ya casi cumplo la quinta semana de embarazo y eso me causa felicidad de que esta creciendo bien... Pero aún sigo pensando en lo de Cesar, será complicado ir al doctor si él se niega.

Regrese a la sala de maestros para seguir mi trabajo, vi a Jess hablando con la maestra Ashley, aunque César me compare mucho con ella sé que es buena persona y puede ser que ambas puedan tener un amorío, opinó.

Me senté a lado de ella sin prestarles mucha atención y que ellas sigan con su charla, Jess me vio y me dio una pequeña nota sin que Ashley la vea, la agarro y la empiezo a leer.

Dustin, no debes de ocultarlo, mis sospechas nunca fallan, pueden confiar en mi ;)

Mire de reojo a Jess con algo de nervios, ella me miro y me dio una sonrisa amable, ella a sido mi amiga desde que éramos alumnos y e tenido mucha confianza en ella, pero este embarazo me causa inseguridad y no se como ella pueda reaccionar.

Una vez en la salida, Jess se acercó a mi, esperaba a que le contara.

Entonces, ¿me vas a contar o no— Dice jugando un poco con mis rulos—

No lo sé... No se como puedas reaccionar— Baje la cabeza con pena por su reacción—

Dime, nunca te e juzgado, o como dicen los chicos, funado. Jaja— Eso me hizo sentir un poco mejor, el humor de ella me hace sentir mejor—

Tome aire pensado en cómo decirle.

Si sospechas que estoy, embarazo... Es verdad... Cesar tuvo su ciclo de celo y como omega lo tuve que complacer... Al parecer eso fue suficiente para dejarme con sorpresa— Levante mis ojos un poco para verla y su reacción era de sorpresa pero pude ver algo de emoción—

Eso significa, ¡¿que seré madrina otra vez?!— Me abrazo, pensé que se iba a enojar por lo de Cesar pero al parecer está feliz de eso— Si necesitas mi ayuda, yo y Ashley estaremos contigo—

Levante una ceja cuando menciono a la maestra, ella reaccionó cuando digo su nombre y se puso roja, creo que estoy empezando a entender lo de ellas dos.

Me sentía más cómodo contando con la ayuda de Jess y Ashley, tal vez cuando nazca mi niña o niño, pueda tener una familia normal...


(Perdón si no actualizo rápido, la secundaria me esta matando con tantos trabajos, los exámenes vendrán, espero actualizar más rápido, chao)

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