CAP 4: "Tu amiguita"

234 10 2
                                    

NARRADOR: ÁLEX
Pero quien se ha creído está para llamarme mosca. Me coloco delante del micro todavía cabreado con su comentario y busco con la mirada a Mónica, parece sorprendida e ilusionada. Nunca le he dedicado una canción, pero es que sinceramente era lo único que podía hacer con tan poco tiempo.

Me acerco al micro y todo el bar se calla. Justo antes de empezar digo:

- Esto va para ti bebe.

Y empiezo a cantar Ladrona de Morat. Todo va bien, Monica está encantada. Pero de repente mis ojos ven a cierta chica rubia de esta mañana mirándome fijamente mientras estoy cantando: "tu has ganado cada batalla, pero no has ganado la guerra". Y cuando me doy cuenta ya estoy en la última frase. Mis ojos se mueven rápidamente hacia mi novia en el momento de pausa antes de decir la última palabra y veo como sigue mirándome esta vez con las lágrimas cayéndole por la cara. Le encanta montar el numerito, y por eso este era el mejor regalo.

Le doy las gracias a los músicos que me han acompañado y me bajo del escenario. Mientras bajo las escaleras veo a la rubia que se gira rápidamente para seguir la conversación con su compañera. Entonces en un momento tengo a Monica encima mío abrazándome muy fuerte, tanto que parece exagerado. Nos sentamos en nuestra mesa y entonces procedo a darle el perfume que le he comprado esta mañana. Entonces la rubia se acerca y mi novia se gira y dice:

- Mira que bonito el regalo que me ha dado.

Ella no contesta por lo que Monica añade:

- Tengo el mejor novio del mundo. Encima después del súper regalo que me ha hecho de la canción. ¿Sabes que llevamos saliendo 3 años?
- Vaya que bien me alegro, ¿queréis algo de postre?
- Si.-contesta rápidamente con una cara que me conozco demasiado bien, ¿que estará tramando?- Queremos un batido de chocolate para compartir porfavor.- dice poniendo la sonrisa más angelical que le he visto nunca.

Se da la vuelta y se va. Mientras tanto yo me quedo mirando a la que está sentada conmigo:
- ¿Qué pretendes?
- Yoo-dice ofendida- yo solo estoy pidiendo el postre. Si no te gusta la idea no haberme traído a un bar de mala muerte.
- Ale ya lo has dicho, ¿te has quedado tranquila ya?
- No te quepa la menor duda.

Al cabo de un rato se levanta de la mesa con la excusa de ir al baño y justo cuando pasa al lado de la camarera que nos está trayendo el batido. Se choca contra ella, le suelta cuatro cosas y sale indignada del bar. Yo voy a la barra y la chica con la que hablaba antes la que nos ha atendido me cobra. Salgo rápidamente, pero antes de salir le digo que si se puede saber en qué narices estaba pensando, y que si se ha propuesto destrozarnos el puto aniversario tirándome por encima primero a mi la cocacola y luego a mi novia el batido. Finalmente le digo que alomejor sería buena idea que se dedicase a otra cosa y salgo por la puerta.

Al salir veo que Mónica no tiene ni una sola mancha en su ropa. Está ella cabreada esperándome en la calle con el móvil en su mano.

- ¿Me puedes explicar que cojones acaba de pasar ahí dentro?- me acerco furioso hacia ella.

Ella me mira cínicamente sonríe y me dice:

- ¿Te crees que no me he dado cuenta?
- ¿De que?- estoy estupefacto
- De lo que ha pasado mientras cantabas. ¿Por eso me has traído aquí? ¿ Por que querías ver a tu nueva amiguita?
- Primero, no es "mi amiguita" -digo imitando su voz- y segundo, ¿quien te crees que eres para montar este numerito? ¿Acaso te importa que yo haya perdido la oportunidad para conseguir un sitio en el que cantar más a menudo?
- Con que no era un regalo para mi la canción eh, era una prueba para ver si podías venir a tocar más a menudo. Pues mejor, no necesitas venir a este barucho con gente como ella para cantar.
- Claro que era un regalo para ti, pero también me servía a mi como prueba. Tal vez tú tengas un padre que te consiga todo con solo pensarlo, pero hay gente que tiene que esforzarse para conseguir lo que quiere.

Y ahí estaba había tocado su punto débil y lo sabía, pero me daba igual, había arruinado mi oportunidad y no iba a soportar que sé comportarse como la cría consentida que era cuando nos conocimos. Cogí me di media vuelta y me largué dejándola ahí plantada en medio de la calle. Yo me alejaba y ella solo gritaba mi nombre muy cabreada.

EL PERFUME DE ALMENDRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora