¿Casualidad O Destino? - Minsung

6. Las oportunidades solo se dan una vez | pt. 1

¿No han vivido aquel sentimiento cuando tú crush deja de ir a la escuela y te sientes vacío porque no hay razón para pasear en el receso? Pues que bueno, porque yo sí, y créanme que no es nada bonito.

Por alguna razón, te sientes diferente y sensible, más cuando esa persona sin querer se convirtió en tu nueva y horrible obsesión, sientes que sin verlo te mueres lentamente de la inquietud, de los pensamientos que inundan tu cabeza preguntando si algo malo le habrá pasado o simplemente ya no quiere ir.

Y como dije anteriormente, yo lo he pasado, más bien, lo estoy pasando. Ya no aguanto un día más sin ver su cara, sin saber cómo se encuentra aunque claro, solo lo veo de lejos, pero creo que cuando alguien me gusta puedo adivinar cómo está con solo verlo. Cuando le conté a Felix como me sentía, el solo rió y me dió ánimos, que pronto regresará, pero, ¿qué tan pronto? La salida de los terceros está a la vuelta de la esquina y me aterra no poder verlo antes de eso, ni siquiera he sido capaz de hablarle y saber que si no vuelve o en todo caso, no le dirijo la palabra, podré perder todo chance posible y vivir con ese arrepentimiento de por vida.

He estado sobrepensando toda la situación exageradamente, tanto que puedo decir que él tiene el control de mi mente más que yo mismo.

Y como si el universo me escuchará y me dijera "ya cállate, me tienes harto" a lo lejos veo su silueta caminando hacia su fila y con esa sonrisa que tanto me gusta. Mis ojos se abren de repente y mi boca empieza a deformarse en una gran sonrisa expresando mi felicidad de poder verlo de nuevo.

- Pero mira, apenas lo ves y te pones como bebé cuando le dan un chupete - dice Felix mientras se acercaba a la fila - ¡Ay! Lo que hace el amor - exclama, ganándose una mirada efusiva de mi parte.

- Calla, que tú estás exactamente igual con Hyunjin - me defiendo - y tampoco le hablas así que no tienes derecho de decir nada.

El rubio ya no dijo algo más y solo se terminó de acercar con una sonrisa burlona en su rostro, sabía muy bien que nuestros casos eran totalmente diferentes, mientras él todavía tiene un año más para poder hablarle, mi oportunidad se estaba desvaneciendo poco a poco, en menos de mes y medio, Minho ya no estaría y probablemente nunca nos volvamos a encontrar.

Más sabiendo que muchos de tercero dejan de ir a la escuela porque ya no tienen que hacer ahí, su examen de admisión había pasado y lo que les enseñaban en la secundaria esos días eran temas que muy seguramente verán más detalladamente en el siguiente nivel.

Pero en fin, lo importante acá es que por fin pude verle la cara y deje de preocuparme, aunque para mí mala suerte, era viernes, así que sí, tendría que esperar otros dos días para poder verlo de nuevo; por un lado agradezco que haya faltado éstos días, ya que el lunes en plena ceremonia, al dar una de las indicaciones, mi voz se quebró haciendo que un gallo infernal se escuchará por todo el patio, a lo lejos escuché una que otra risa, juro que quería que me enterraran vivo ahí mismo, pero porque yo creía que Minho estaba ahí y me había oído, luego me percate de que ni siquiera había asistido, así que mí gran error solo lo escuchó toda la escuela, pero él no.

Cómo sea, después de todo el comunicado que nos dieron mientras nos regañaban por no dejar limpios los baños de la escuela (nos dicen eso y ni siquiera hay agua) por fin pudimos subir al salón y dejar la mochila que pesaba toneladas, en realidad no, pero si era cierto que llevaba demasiadas cosas que lastiman a mi pobre espalda. Debería estar prohibido pedir demasiados cuadernos.

Mientras Chris, nuestro profesor de Inglés, daba su clase, a lo lejos ví como el grupo del tercero "C" se acercaba a nuestro salón con varios plumones en mano y sus playeras blancas totalmente llenas de rayones. Sabía a lo que venían, existe una tradición entre los grupos que se gradúan la cuál consiste en pasar por todos los grados de la escuela para que los alumnos que quisieran escribieran alguna frase motivacional o cualquier tontería en ellos y llevarse eso como un bonito recuerdo de los años que pasaron ahí.