𝐅𝐀𝐘𝐄 →ɴɪᴄʜᴏʟᴀs sᴄʀᴀᴛᴄʜ

030. 𝐈𝐓'𝐒 𝐃𝐎𝐍𝐄

ME GIRO UNA VEZ MÁS EN LA CAMA, quedando frente a frente con Nick. Su respiración es pausada, y sus labios entreabiertos dejan escapar pequeños suspiros, una señal de que está profundamente dormido.

Mis párpados pesan, rogándome descanso, pero cada vez que los cierro vuelvo a ese túnel y al hombre misterioso. Las preguntas no dejan de asaltarme: ¿Quién es? ¿Por qué pienso tanto en él?

—¿Me observas mientras duermo? —pregunta Nick, todavía con los ojos cerrados.

—puede ser —respondo con un tono casi juguetón.

Lentamente abre los ojos, fijándolos en mí. Su mirada recorre mi rostro, y entonces siento su mano rodear mi cintura, acercándome a él. Deposita un suave beso en mis labios.

—deberías dormir un poco —susurra mientras sus dedos trazan círculos en mi cintura.

—si pudiera, lo haría —digo, dejando escapar un suspiro cansado.

—¿Es por la pesadilla?

—en parte.

—Ambrose está bien; su muerte fue evitada —murmura con calma, para después  observarme con intensidad —¿Qué soñaste?

—estaba corriendo... —empiezo a explicarle mientras me acomodo entre sus brazos —había un hombre llamándome, y cuando pensé que estaba a salvo... Lo vi salir de un túnel. Luego fuí herida con una daga.

—¿Una daga?

—¿Crees que estoy loca? —pregunto alzando la vista hasta encontrarme con sus ojos.

—creo que la falta de sueño y el estrés te están pasando factura —responde con seriedad mientras acaricia mi mejilla —intenta dormir. Yo me quedaré despierto vigilando que todo esté bien.

—no es necesario.

—Lo es. Intenta descansar.

Me presiona con suavidad contra su cuerpo y deja un beso en mi frente. Lo rodeo con mis brazos, encontrando en su abrazo una sensación de seguridad.

Poco a poco, sus caricias en mi cabello me conducen al sueño, y caigo en los brazos de Morfeo.

La noche transcurre en calma. Mi mente encuentra un remanso de paz, y las pesadillas no me atormentan. Al amanecer, mi mirada se pierde en una pequeña mancha en el techo de mi habitación. Los rayos del sol bañan mi rostro, anunciando que es hora de levantarse, pero mi cuerpo implora seguir en la cama hasta que la oscuridad regrese, haciendo que moverme sea una tarea casi imposible.

Nick se acomoda lentamente a mi lado, deja un suave beso en mi frente y luego se levanta dirigiéndose al baño. Cierro mis ojos, tratando de volver a dormir, pero el leve crujido de la puerta al abrirse me sobresalta.

Confundida, miro hacia la entrada de la habitación notando que la puerta está completamente abierta.

—¿Nick? —pregunto sintiendo una inquietud creciente.

No recibo respuesta. Me incorporo y apenas mis pies tocan el suelo, algo me empuja con fuerza, lanzándome de rodillas al frío piso. Intento levantarme, pero antes de lograrlo, siento una presión intensa alrededor de mi cuello. Soy levantada con brutalidad, mis pies dejan de tocar el suelo, hasta que mi espalda choca violentamente contra la pared.

Al alzar la vista, mis ojos se encuentran fugazmente con los de la criatura frente a mí: un espantapájaros de apariencia grotesca y mirada vacía.Su presencia es aterradora, y en un acto reflejo desvío la mirada, intentando no ceder al pánico.

Mis piernas se mueven frenéticamente, buscando apoyo en el aire, mientras mis manos intentan con desesperación apartar las garras que me asfixian. El aire comienza a faltar en mis pulmones, y aunque intento conjurar un hechizo, las palabras se atascan en mi garganta. Mi mente se vuelve un caos vacío.