Capitulo 19: Casa de muñecas

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<< Tick... tick >>

Ese es el sonido que mas he escuchado el último mes, y no es el sonido de un reloj ni el sonido de un corazón, el lugar donde habíamos decidido pasado nuestros días estaba plagado de lluvias constantes que hacían que las gotas resonasen en el techo.

Pero para ser sinceros, solo a mi me consternaba, Fujin rara vez dejaba la casa, yo salgo a buscar comida y cosas que el quiere, aunque ha estado deprimido por todo lo sucedido en la fragua poco a poco ha mejorado, incluso volvió a su hobby de la costura y últimamente ha estado dedicandose a volver a hacer su colección que dejo en Tanshukaku... por supuesto esta vez la tenia mas fácil, pues solo tenia que hacer dos muñecos.

Nuestra rutina diaria se redujo a algo muy extraño... todos los días nos levantábamos temprano sin razón, pero Fujin siempre insiste en que me ocupe de ir a buscar comida para que el nos haga de comer, así que cumpliendo su capricho voy a unos arboles y corto algunas Calavandas, cuando regreso el con una fogata encendida me ordena cortarlas para añadirlas a la sopa, cuando esta esta lista nos sentamos a comer.

No necesitamos comer...

Y aun así el insiste en hacerlo, en llevar esta rutina, intento hacernos nueva ropa e insiste en que vaya a cortar madera para prepararnos para un invierno que ni siquiera nos causaría frío.

Ahora solo somos un par de muñecas jugando a la casita... Pero, a pesar de no ver el sentido de todo esto en cierto modo me hacia feliz, en mi mente, como si se tratase de un libro, imginaba que solamente éramos dos niños que habían huido de casa; Aunque en realidad nunca fuimos niños, lo parecemos por nuestra apariencia y baja estatura pero, creo que no somos niños, lo que me pregunto de verdad es sobre si somos capaces de crecer, desde que corte mi cabello nunca volvió a crecer mas, es como si a una muñeca le hubiese pelado una niña, por mas que pasase el tiempo, esa muñeca estaba destinada a una cabeza vacía.

Como una muñeca, he estado viva casi 100 años y sigo viéndome igual,sin cambios, estática, congelada para siempre en el tiempo, y aun sabiendo eso no puedo evitar con la espalda al piso y la mirada al techo pensar, imaginándome, en 200, 300 o tal vez 500 años mas, alta, con mi cabello largo de regreso, mas... como mi creadora.

—¡Raijin!—Escuche el grito de Fujin desde la entrada de la casa, sacándome completamente de pensamiento. Con lo sucedido en la Fragua, volvimos a nuestros nombres originales, pues Fujin ya no quería pensar en ello, pero tampoco teníamos ganas de darnos nuevos nombres.

Estire mis brazos para levantar mi torso del piso, y mis piernas me llevaron a donde me llamaban.

—¿Pasa algo?—Dije casi susurrando, a pesar de no estar dormida hace poco, masajee mis ojos para concentrarme en la vista ante mi, era mi contraparte con dos muñecas de trapo, terminadas, no eran iguales a las de Tenshukaku, eran ligeramente distintas, después de todo esta vez no teníamos acceso a telas caras y finas.

—¿Que opinas?—Preguntó dándome la que imitaba mi apariencia, los materiales no tenían la misma calidad, pues la tela que usába antes costaba mas que comida para un año, sin embargo, por alguna razón que estuviesen hechas con tela que conseguimos por nuestros propios medios las hacia mas bonitas, eran completamente nuestras.

—Son bonitas, ¿la hiciste con la tela de mi camiseta vieja?—Pregunte sin mirarle a los ojos, mis ojos ocupados jugando con la muñeca, moviendo y admirando su cuerpecito de trapo.

—Si... cuando me dijiste que no encontraste tela blanca entre los mercaderes ambulantes tuve que improvisar—En el medio de esa ultima palabra hablo entredientes y arrugo sus cejas y me miro de reojo antes de continuar, y mientras el volvio a hablar con tanta delicadeza me desasocie mirandole, desde los eventos en tataratsuna el se habia vuelto diferente....

Moneda de Doble Cara - Scaramouche x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora