[•PRÓLOGO•]

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No sé para qué le hice caso a Addison y vine hasta aquí.

En lo alto del cielo se podía ver la luna brillante, una luna llena. Era preciosa. Las calles estaban desiertas, excepto por algunos autos que iban y venían. ¡Era lunes por dios! ¿A quién se le ocurre ir a un bar/café a estás horas? Pues si, solamente a Addison.

Llego frente al bar donde la chica— mi mejor amiga— me había mandado la ubicación. No era nada del otro mundo: unas luces en neón para resaltar el nombre del lugar, un portal donde se encuentran algunas mesas con personas comiendo y bebiendo.

Entro al lugar muy sonriente mientras busco a Addison con la mirada. Adentro el aire frío del aire acondicionado me golpea la cara de inmediato. ¿Para qué ella me quería presentar a sus amigos? Ahora estaría muy bien a gusto viendo una película acostada tranquilamente.

En la esquina del bar, justo cerca de la pared final pude ver a Addi riéndo con dos chicos a su lado.

Camino entre las mesas para llegar hasta ella.

—¡Hola!— me grita demasiado alegre. Solo espero que no se halla pasado de copa.

—Hola— saludo en general para todos.

—Chicos ella es Adys— se retracta enseguida— Digo Adalyn. Adalyn— me observa esta vez a mi— ellos son Isaac y Jacob— señala a cada uno mientras dice sus respectivos nombres— son hermanos.

—Mucho gusto— le acerco la mano para estrecharla a uno de ellos. Jacob.

—Igual—me sonríe y luego bebe de una  lata de cerveza que estaba en la mesa.

  Este parece ser el hermano menor. Aunque se podía ver que era más grande qué el que está a su lado. Ojos cafés claro, cabello largo teñido de un rubio medio dorado y llevaba espejuelos.

—Un gusto— le acerco la mano al chico a su lado Isaac; mientras adorno mi cara con una sonrisa un poquito falsa. Lo menos que me interesaba ahora era hacer una amistad.

—El gusto es mío...— deja la oración a medias y me devuelve la sonrísa, pero a diferencia de la mía esta está cargada de picardía e interés. Sus ojos recorren mi rostro y luego estrecha su mano con la mía.

  El calor de su mano era agradable. Sus dedos eran suaves al tacto. Isaac también por lo qué podía ver era de ojos claros. Su cabello también estaba teñido, pero a diferencia de su hermano este tenía un rubio cenizo. En una de sus cejas adornaba un piercing de plata.

—Adalyn.

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