2. La profecía va a llegar

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- Anoche tuve un sueño raro-

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- Anoche tuve un sueño raro-. comento por lo bajo a mi hermano, mientras desayunamos en el comedor. Corta otra rebanada de pan y luego de untarle mantequilla me lo tiende-. gracias.

- tuviste un sueño raro. ¿En qué sentido? ¿Era una pesadilla?- pregunta curioso.

- No era una pesadilla.

- ¿Entonces?

- Era otra época, mejor dicho otro siglo. Vivía en un castillo y me querían casar con un príncipe pero yo no quería y entonces...

Le relato los detalles que recuerdo del sueño mientras me observa con atención y después comienza a reírse a carcajadas. Lo miro boquiabierta y niego con la cabeza.

- eres malo, Elijah. Ni un sueño te puedo contar-. le recrimino y pongo cara de poker.

- eres dramática, ¿sabías? -. dice aún riéndose y secándose una pequeña lágrima que se le ha escapado.

- no soy dramática-. mantengo el gesto serio pero me es imposible evitar sonreír.

- llamaste raro a ese sueño que tuviste-. cuadra los hombros-. quizás sea una señal del destino de que pronto vendrá un príncipe para tí.

- eres un tarado-. ahora soy yo la que ríe-que príncipe ni príncipe.

- no todos los hombres son como..

- no lo digas. - su boca se cerró de golpe.

Lo detengo bruscamente y levanta ambas manos y después hace el gesto de un cierre en la boca.

Acaba de cortar el buen ambiente de la mañana, suficiente para eliminar la sonrisa que tenía por una expresión de fastidio en mi cara.

No obstante, termino la desagradable oración en mi mente.

«no todos los hombres son como Félix».

Félix es mi exnovio.

Una persona que con la misma intensidad que me gustaba lo odié. No estuve enamorada pero, sentía gran atracción por él.

Era el típico chico deportista, popular y con un montón de chicas queriendo salir con él. Sabía que no iba a ser fácil. Era un reto estar con él y aún así decidí aventurarme. Una vez escuché que si tienes ganas de algo debes darte el gusto, que en este mundo debes quedarte con todo menos con las ganas. Y eso hice, aunque al final terminara con un sabor amargo.

Al principio todo era idílico no obstante, habían ciertas actitudes y vicios que dejaba poco que desear. La relación se fue tornando monótona después y ya hasta me aburría. Él salía con sus amigos mientras yo estudiaba para algún examen de la Universidad. No se preocupaba por mi bienestar, ni por como me iba en los estudios y poco después comprendí que yo era solo una chica con la que pasar el tiempo.

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