4. Nexo

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¿Qué acaba de pasar? ¿Cómo consiguió apartarlo? ¿Será el efecto de la adrenalina? Buscará las respuestas una vez que tenga la certeza de que podrá salir de ahí con vida.

—¡Tú! —El vampiro frunce el ceño y lo apunta con el dedo, al tiempo que avanza con el propósito de acorralarlo de nuevo—. ¡¿Quién demonios eres, maldito?! ¡Confiesa!

Al oír el reclamo, es inevitable que media sonrisa se forme entre sus labios.

—Alguien que... —Chifuyu responde a medias, mientras inhala y exhala para controlar su respiración—. Alguien que no se va a convertir en tu cena, hijo de perra.

El vampiro le regala una mirada desdeñosa. Arrogancia típica de una criatura superior.

—Estás de suerte, no como porquerías. —se jacta. Y Chifuyu se reiría del insulto si las condiciones fueran otras; en cambio, se apoya del muro para volver a ponerse de pie—. Y mucho menos cuando acabo de comprobar que eres uno de ellos.

—¿Uno de ellos? —Ladea la cabeza.

—Deja ya de fingir, maldito brujo.

—No sé de qué me hablas. —Le han maldecido de distintas maneras antes, aunque duda que alguna vez la palabra brujo estuviera presente. La criatura da dos pasos más—. Pero si te acercas no respondo de lo que te pueda pasar —advierte, porque pretender que posee la fuerza para repetir su hazaña, es mejor que no hacer nada en lo absoluto.

Sin embargo, su breve amenaza parece renovar la ferocidad del vampiro, que se echa a correr de nuevo hacia él. Los colmillos al descubierto, en todo su esplendor.

—¡Atrás!

En respuesta a su indicación, una nueva ventisca lo lanza contra la pared una vez más y lo mantiene ahí, cual mosca pegada a un parabrisas. El impacto es menor, pero igual de efectivo. En esta ocasión, Chifuyu se permite sonreír. Tal vez la balanza está de su lado.

—¡¿Qué clase de truco de mierda es este?! —La criatura patalea—. ¡Bájame!

—Ni hablar. Si lo hago soy hombre muerto.

—Descuida. Ya lo eres. —Chifuyu traga saliva—. No importa qué tipo de manipulación de energía utilices, no durará por siempre, y te mataré en cuanto el efecto termine.

—Claro, del mismo modo en el que mataste al rebaño de ovejas. —Camina pegado a la pared, en extremo cauteloso para poder recoger la linterna abandonada a un costado del baúl.

—Te equivocas. Con ellas fui piadoso. A ti, en cambio, te haré sufrir.

—Sí, bueno, espero que estés cómodo ahí arriba. —Se encoge de hombros. Debería dejar de burlarse y marcharse antes de que los vientos cambien.

El problema al que se enfrenta es que no logra discernir cuál es la mejor opción. Cómo provocar que esta nueva fuerza extraña que le ha ayudado hasta el momento le facilite deshacerse del vampiro. Por otro lado, está el hecho de que, si lo dicho por el chupasangre es cierto, tiene que tomar una decisión pronto. Si consigue hacerlo entrar de nuevo al baúl, ¿bastará con cerrarlo para que no pueda escapar? Y, de presentarse el peor de los escenarios, ¿cómo se supone que se "mata" a alguien que ya está muerto?

Mientras piensa en ello, Chifuyu encuentra acomodo sobre uno de los peldaños de la escalera. Así, por lo menos tendrá tiempo de echar a correr. Mantiene la linterna dirigida hacia la criatura de colmillos prominentes, el reflejo de la luz sobre el collar que lleva puesto produce un destello inusual. Casi podría jurar que, de hecho, el collar brilla por sí solo.

—¿Cuál es tu nombre, brujo? —Levanta la cabeza al escucharlo hablar. Que note su expresión un poco más relajada parece un punto a favor.

—No voy a decírtelo.

Eternal | BajiFuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora