14.

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Felix no podría decir que no sentía cierta culpa de ocultarle a Minho sobre su amigo, él sabía que el mayor podría intentar  mover cielo y tierra por verlo bien, pero eso no significaba que sus acciones fueran las más acertadas.

Jisung jamás había perdido su celular, solo que sus contactos habían sido bloqueados por su padre, ¿qué cómo conservaba el número de Felix? Ambos ya habían pasado por eso antes, tenían números de reserva para esas situaciones desesperadas, así que el único que no había perdido contacto con el chico era en cuestion Felix, pero cada vez que Minho llegaba inesperadamente frente a su instituto para preguntarle por su ahora novio, el negaría con la cabeza y evadiria cualquier pregunta.

No es que quisiera mentir, pero Jisung lo había obligado a quedarse callado.

-¿No crees que esto le dolerá más? -le había preguntado una noche mientras hablaban por teléfono, cada uno en su mundo, conectados por ese pequeño aparato

-Lo estoy tratando de cuidar -se quejó en un susurro Jisung y Felix pudo sentir cómo le temblaba la voz- Lix, mi padre me dijo que es capaz de matarlo...

El sueño que lo estaba molestando desde hace unos minutos se disipó por completo y tuvo que sentarse sobre su cama para acabar de procesar lo que acababa de escuchar.

-Ji, ¿no crees que deberíamos hacer algo? podemos mandarlo a la cárcel... olvídalo, ya se, está todo trucado -suspiro al darse cuenta de sus palabras- ¿qué harás?

-Nada, mi padre ha dicho que nos iremos, desde hace meses lo había estado planeando -susurro pasando la mano por su rostro, apretando la base de su nariz para apaciguar el dolor de cabeza- no he podido dormir de pensar en eso, pero no veo más solución, no me puedo quedar porque le pueden hacer algo, no me puedo escapar porque mi madre necesita de mí, no quiero irme porque renunciare a todo lo que quiero... no tengo control sobre nada y tengo miedo

El menor no podía verlo, pero sabía que las lágrimas ya estaban corriendo por el rostro de su amigo, y lo peor de todo es que no tenía forma de consolarlo, él también sabía que la situación no tenía una salida.

Después de esa noche sus conversaciones se volvieron más limitadas, sabía el riesgo que corría Jisung cuando hablaban, así que tampoco presionaba con los mensajes, simplemente esperaba que nunca dejarán de llegar. No esperaba realmente que su amigo se fuera, creía que podría buscar otra alternativa, entonces se empeñó en buscar una, al fin y al cabo no tenía más que hacer, ni a quien buscar.

Claro, ese era su plan hasta que dos días antes de su cumpleaños la persona que menos creía ver tocó su puerta. La bicicleta tras él, su rostro ligeramente enrojecido y su cabello ondulado alborotado le dieron a entender que probablemente habría venido apurado hasta allí, aunque la razón no parecía ser exacta para Felix.

Tras darle su regalo de cumpleaños en la casa de playa, el cual tenía puesto alrededor de su cuello en ese momento, el mayor le había dejado en claro que por "el bien de su amistad" deberían quedarse solo como amigos. El problema de esa sugerencia es que el pecoso no creía que allí existiera una amistad, y mucho menos creía que podía ser amigo de alguien por quien tenía sentimientos.

El resultado fue que ambos optaron en dejarse de hablar y olvidar todo lo que había pasado, como si lo último fuera tan fácil de hacer.

-Perdón -se disculpó cuando Felix le abrió la puerta y ninguno de los dos estuvo seguro de porqué lo decía- ¿Podemos hablar?

"No, no porque me conozco y sé que lo que sea que dirás, yo lo aceptaré", pensó asintiendo, mientras salía de la casa y cerraba la puerta tras él.

-Te escucho

-Se que debes estar enojado, pero siento que en la fiesta no quedaron claras muchas cosas, y solo quería decirte que no es que yo no sienta algo por ti o que sea tu culpa, es solo que... no tenía las cosas claras -comenzó a explicarse con prisa, como si tratara de no olvidar nada, era obvio que había pensado mucho en lo que iba a decir

End of the night. | Minsung |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora