1. εκείνο το βράδυ του Ιουλίου

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Han Jisung fue transferido a la escuela en plena mitad de semestre.

Para los estudiantes de aquella secundaria el evento fue visto como algo un poco extraño. Los exámenes finales ya se habían terminado y a estas alturas entrar en la institución solo significaba dos cosas; era el hijo de algún docente y fue integrado por problemas económicos a cambio del trabajo de sus padres, o era un prodigio que fue adelantado de nivel a mitad de curso.

Para sorpresa de todos (y entusiasmo de la mayoría) el recién llegado no resultó encajar en ninguno de los rumores, logrando levantar nuevas teorías de su repentino íntegro y creando una fama que ni siquiera Jisung sabia que tenia. Se decía que lo expulsaron por comportamientos violentos y había conseguido un cupo a esas alturas del año solo por la influencia de su padre, luego se escuchó entre los pasillos que había salido de una correccional para menores después de que lo metieran por un caso de bullying.

Cualquiera que fuera la verdad parecía no importar, entre más rumores se extendieran y se distorsionara su nombre, más morbo se crearía entre los estudiantes, y por lo tanto, una emoción rara por saber la verdad. Han Jisung se volvió entonces en una especie de celebridad en unas pocas semanas, sin embargo, para él, de todas las cosas que esperaba que pasaran, eso era lo último.

Odiaba la atención que su íntegro generaba y odiaba más el hecho de que los rumores solo le causarán más problemas en su casa. Daba igual si su familia sabía que él no era un bully o había salido de una correccional, los rumores generaban una imagen de él, y su padre, que vivía y respiraba por montar un teatro de buena familia comenzaba a enfadarse por eso.

-He hablado con tus profesores -le había dicho una tarde el hombre después de que volviera del instituto

Jisung ni siquiera esperaba encontrarlo ese día, así que cuando lo vio en la cocina, recostado contra la isla, con un café en su mano que probablemente contendría algunas gotas de alcohol para "calmarse", sintió el peso del mundo sobre sus hombros, y las palabras que salieron de su boca solo sirvieron para hacerlo temblar. "Esto es malo, estoy muerto", pensó sin desviar la mirada, forzando sus piernas a seguir funcionando correctamente.

-Sabes que te diré, así que seré breve -su voz era fuerte y clara, la misma que usaba para hablarle a la gente del amor y bondad de un dios, la misma que la gente adoraba, pero Jisung no podria estar mas horrorizado- solucionalo o tendremos problemas

No le bastó decir más, Jisung asintió con la cabeza, se inclinó en busca de perdón por causar rumores que ni siquiera había querido que existieran y salió de nuevo hacia el instituto para buscar la forma de solucionar el problema y estar lejos de su casa. No tuvo más opción que empezar a ser un estudiante activo, entrar a grupos deportivos, socializar con la gente, apoyar en todo para que los rumores se dispersaran. Lo que no sabía era que entre más trataba de encajar, más resaltaba, y que su mayor error sería optar por un deporte en lugar de irse por artes, porque allí conocería al mayor problema de su vida.

Las clases deportivas se desarrollaban después del horario escolar de la jornada de la tarde, especialmente porque el clima comenzaba a volverse más aceptable a medida que descendía el sol y porque era la única forma que los equipos entrenaran sin el grito de sus admiradoras. Aquella fue una de las razones por las cuales Jisung se fue por los deportes, eso y porque no quería volver a su casa temprano.

Aunque no era especialmente bueno en los deportes, con el paso de las clases el entrenador y sus compañeros notaron esa cualidad suya de perder el balón y tropezarse en medio de los partidos, así que dejaron de meterlo en la cancha con la excusa de que se podía hacer daño y le dieron otro trabajo en el equipo, el de ir por agua.

La verdad no le molestaba, era mejor de lo que había pensado, su única queja era que caminar por ese lugar tan tarde en busca de agua solía no ser el escenario más lindo. Los salones vacíos y oscuros parecían sacados de un juego de terror, mientras que los árboles que se movían por el viento de julio producían sombras que lo seguían silenciosas.

End of the night. | Minsung |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora