Isidoro el gae y su esposo Freddy tuculazo

Principio

Siempre se negó el ser gae, pero desde que empezó a tener pensamientos y más que todo acciones con su amigo y comisario Freddy Trucazo, empezó a cuestionarse sobre su verdadera sexualidad.

—Que si Gustabo, soy gae.

—¿Cómo?—Gustabo, quien aún estaba impresionado por la declaración de su amigo, habló nuevamente.—Pero gay en que sentido, ¿que te gustan los hombres dices?

—Claro, tete.

—Pues bueno, es tu culo, tu sabrás que haces con el. A todo esto, ¿eso a mí que coño me importa?

—Primero que todo, mi culo no lo toca nadie, que lo sepas. Segundo, nunca te puedo contar nada o qué.—Simuló llorar, y Gustabo rodo sus ojos.

—Bien. Pero una sola pregunta Isidoro..¿cómo lo descubriste? O mejor dicho.. ¿con quién?

Bueno, esa es una excelente pregunta Gustabo..

—

—Isidoro..—Un suspiro, dos y hasta tres se hicieron escuchar.

—¿Si? Dime, amor.

—Eres gilipollas..

—No puedes decir eso mientras estas así para mí, Freddy.

Freddy suspiro, dispuesto a calmarse. Pero teniendo a Isidoro entre sus piernas, claramente no ayudaba.

Se removió, sus muslos eran apretados y su masculinidad era estimulada a un modo en el que no podía resistir sus casi gemidos. Porque aunque quisiera dejar de lado su timidez, la situación le seguía pareciendo vergonzosa y difícil de ver.

—Apartate.—Dijo, como pudo, ya que era demasiado el sentir. Su orgasmo se hizo presente, y su cuerpo tembló con anticipacion.—Ah.—Un suave gemido salió de sus labios, no puedo recistirse más y lo hizo. Se liberó en el rostro y labios de su esposo. Maldiciendo entre dientes ante tal espectáculo, dónde Isidoro era el protagonista.

Isidoro buscó los labios de Freddy, y estando a escasos centímetros de estos, susurró.

—¿No que una paja no era suficiente para hacerte venir, tete?—Bajo nuevamente, lamiendo los restos que cayeron en su rostro, todo esto mirando directamente a Freddy a los ojos.

Freddy trago fuerte. Había caído ante los ojos marrones que lo miraban desde abajo. Tan hipnotizantes, que no dudo ni un segundo en quedarse atrapado por estos.

Con su mano acarició el rostro de Isidoro. Observó como este volvía a retomar acción en su cuerpo, por lo cual lo tomo de sus cabellos, alejándolo en totalidad de su intimidad.

—¿Qué pasa chochito?

—No me digas así neno, que asco me das de verdad.

—Si, si, ahora doy asco. Eso no dices cuando te hago las pajas.

Freddy se sonrojó. Podrían hacer aquel acto miles de veces, pero aún Freddy seguía estático, incrédulo ante la facilidad con la que Isidoro pedía que pasarán un momento a solas, con la excusa barata de que tenían trabajo.

Freddy podía ser alguien tosco, de porte serio y fuerte. Pero en los momentos íntimos, tenía cierta vergüenza, miedo e incertidumbre. No es que sea malo en el sexo, de hecho, se considera experto y maestro. Más sin embargo, no se cree capaz de controlarse al tener a Isidoro debajo suya.

Pero por primera vez, se atrevió a ser alguien violento, un sádico, que cada día con ver a su presa quería mas de ella.

Sus movimientos se volvieron fuertes, tomando a Isidoro con una fuerza totalmente bruta, que pudo haberlo lastimado, pero que solo encendió aún más la llama de pasión en ambos.