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—Me gustaría darle a la nueva integrante un tour por el circo —afirmó Caine, haciendo girar su bastón con energía, señalándola. La agarró de debajo del hombro, y sus manos enguantadas tenían más fuerza de la que la joven había creído en un inicio—. ¡Nos vamos! 

De repente, vio cómo sus entornos se emborronaban a su alrededor, convirtiéndose en un amalgama de colores chillones antes de convertirse en formas nítidas de nuevo. Siguiendo con la mirada el dedo índice de Caine, se topó con una carpa de circo, pintada de rayas rojas y amarillas. A pesar de su diseño sencillo, la nueva sospechaba que su interior era mucho más grande de lo que parecía desde fuera; de hecho, a juzgar por lo enorme que había sido el escaso interior que había visto, y lo probable que era que hubiera más ahí dentro por explorar, estaba segura de que tenía razón.

—¡Esta es la Carpa! —gritó Caine en ese momento, su actitud igual de dinámica. Se inclinó hacia ella con los brazos en jarras, y ella sintió la necesidad inconsciente de encogerse bajo su mirada fija—. Aquí está tu alojamiento, al igual que todo tipo de actividades. Estas actividades pueden incluir... —Elevó el índice una vez más, reclinando la cabeza (¿dentatura?) como si fuera a hablar, pero para sorpresa de la chica, sus ojos se tornaron azules, cubiertos por filas y filas de letras y números cual programa de ordenador confundido. Casi podía imaginarse los pitidos intermitentes que produciría—. Piscinas, mini golf, ¡y más! —exclamó como si nada, sus ojos retornando a la normalidad. 

Otra vez, percibió el fuerte agarre del director de circo en su brazo, y todo se difuminó, aunque el efecto no duró tanto como la primera vez. No sabía si era porque se estaba acostumbrando, o porque la distancia era efectivamente más corta. 

—¡Y aquí tenemos los Terrenos! —Extendió los brazos hacia los aires, entusiasmado—. ¡Ahógate en el Lago Digital —Durante un instante, la chica se dio cuenta de la gran masa acuática que había bajo ellos. Un momento. ¡¿Cuándo habían empezado a flotar?!— o participa en las atracciones del Carnaval Digital! —Vaya, hasta parecía divertido. Pero, por algún motivo, la chica dudaba de que fuera un parque de atracciones corriente. Caine hizo señas hacia tanto la Luna como el Sol, ambos en el cielo a la vez, cada un tiñendo sus respectivas mitades de tonos azules claros u oscuros—. ¡Día, noche, todo está bien! ¡La elección es tuya, un bufé cósmico!

—¿Eso es... todo lo que hay? —inquirió ella, nerviosa. No fue capaz de contener el tartamudeo en su voz. 

—¡Por supuesto que no! 

Qué sorpresa.

Por vez tercera, se transportaron a otro sitio, aunque se dio cuenta de cuán extraño era de inmediato. Para empezar, no había colores. Ni sonidos. Nada. Nada de nada. Una sensación de desasosiego reptó por su espina dorsal. No le gustaba en absoluto; el resto de la extraña dimensión en la que se había encontrado era una locura, pero no se le hacía tan inquietante. Este sitio, sin embargo, era otra historia. 

—¡Esto es el Vacío! —Para su sorpresa, a pesar de la fuerza con la que Caine vociferó, no hubo eco alguno. O quizá no era tan sorprendente, después de todo—. No nos aventuramos al Vacío —dijo, su tono desprovisto de su energía habitual, más bien un comentario quedo—. Ni siquiera yo sé que hay ahí fuera —Los reflejos azulados presentes en sus ojos, de repente más cerca de ella de lo que le habría querido, le conferían un aspecto algo espeluznante.

—Eh-

Al siguiente instante, habían vuelto a la parte elevada desde la que se veía todo. Caine había recobrado su vigor característico, su postura cambiando cada segundo como lo solía hacer.

—Nos quedamos aquí, donde puedo mantener mis cientos de ojos que todo lo ven sobre ti —exclamó dramáticamente, a la vez que un grupo de ojos flotantes se reunían efectivamente a su alrededor, sus pupilas clavándose en las de la chica. No supo qué comentar al respecto, pero tampoco hubo necesidad de hacerlo, pues alguien (o algo) se encargó de intervenir en la conversación-monólogo.

—Hola, Caine —murmuró la Luna de repente con voz dulce, su tono seductor—. Te quiero.

Soltando una exclamación de horror, su guía se sobresaltó, los ojos a sus espaldas retrocediendo a su vez. Se apresuró a empujar a la chica en la dirección contraria a la Luna, claramente nervioso. La nuevo no pudo sino preguntarse qué historia compartían esos dos, dado que hasta entonces no le había visto expresando esa mezcla de horror, pánico, y nerviosismo. 

—¡Eaugh! ¡Vayámonos de aquí antes de que la Luna se ponga juguetona! —decidió, todavía desplazando a la joven por el aire. Sin embargo, le dio tiempo a entrever una puerta anaranjada y común, clavada en el suelo a una distancia corta de ellos. En su superficie rezaba una única palabra, que tanto había querido ver nada más llegar: "Salida".

—Espera, ¿eso de ahí-? —empezó a preguntar, esperanzada. No pudo seguir, porque se encontró de pie en el suelo en el interior de la carpa. Antes de que pudiera cuestionarse todo lo que acababa de vivir, sintió cómo su estómago se revolvía, y no tardó en expulsar por la boca una cascada de un líquido negruzco, que se expandió por el suelo rápidamente, creando un charco enorme bajo sus pies. 

Los ojos de Caine parecieron crecer en tamaño, contemplando la manera en la que la nueva se tambaleaba, mareada. Intentando sonar estricto, meneó el índice en el aire, reprochándole:

—¡Vaya, limpieza requerida en pasillo tú! —comentó, y de la nada, una burbuja translúcida surgió de debajo de su sombrero de copa y se abalanzó sobre el líquido. 

—¡En ello, jefe! —Su enorme sonrisa dentada, que consistía de perfectos dientes blancos y afilados y ocupaba la mitad de su cara, se abrió, revelando una lengua rosada que comenzó a lamer lo negro del suelo. Hasta parecía disfrutarlo. Caine la contempló en silencio.

—¿Qué narices te pasa? —murmuró, como si hubiera perdido toda esperanza.

—¡Espera, espera! —La chica se apresuró a intervenir, sus pensamientos acelerándose—. ¿Qué era esa puerta de salida? ¿Es una forma de irse? 

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⏰ Última actualización: Apr 24 ⏰

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The Amazing Digital Circus: PilotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora